Como hemos visto en artículos anteriores aquellas personas que tienen abundantes pecas en su piel, se queman con facilidad o se broncean con dificultad con posterioridad a la exposición a las radiaciones solares son especialmente susceptibles de padecer de cáncer de piel, luego deben protegerse del sol.
Las manifestaciones agudas de la afectación por las radiaciones solares pueden reflejarse como enrojecimiento de la piel (eritema), dolor y ampollas. En tanto las manifestaciones crónicas son: fotoenvejecimiento y zonas donde disminuye la pigmentación de la piel (melasma).
Los protectores solares son una alternativa, pues es conocido que los beneficios potenciales que se derivan de su uso son incuestionablemente superiores al potencial perjuicio producido por el uso de estos, como pueden ser reacciones alérgicas cutáneas y menor producción de vitamina D.
¿Cómo establecer los programas para luchar contra el cáncer de piel?
Las pruebas de susceptibilidad al cáncer de piel, teniendo en cuenta los tipos de piel así como el daño en la piel causado por el sol deben ser consideradas de conjunto con la capacidad individual de responder a la exposición solar. De esta forma se dan las bases sustantivas para poder establecer los programas de prevención primaria del cáncer de piel.
Este enunciado está acorde a los preceptos técnicos pero vale la pena llevarlo a lo cotidiano.
¿Qué hacer para protegerse del sol, independientemente del uso de los protectores solares?
Según la página de la FDA sobre la Información Actualizada al Consumidor que brinda la información acerca de los productos reglamentados por la FDA encontramos que existe un cuerpo de consejos prácticos para protegerse del sol, independientemente del uso de los protectores solares al menos 1 onza (28,35 gramos) cada 2 horas. Se debe disminuir el entretiempo de las aplicaciones en dependencia de si está entrando y saliendo del agua o sudando. Entre estas medidas extras encontramos:
- Tomar agua en abundancia
- Limitar el tiempo de exposición en el sol.
- No debe exponerse a las radiaciones solares en el horario comprendido entre las 10 a.m. y 2 p.m., horas en que los rayos del sol presentan la máxima intensidad.
- Usar ropas para cubrir la piel expuesta al sol, como pueden ser pantalones, camisas de manga larga, sombreros de ala ancha y gafas de sol.
- No fumar, bueno contra el efecto de las radiaciones solares y para la salud en general.
- Evitar los efectos de la contaminación ambiental,
- Eliminar los hábitos de vida inadecuados
Puede influir la alimentación para protegerse del sol…
Obviamente la alimentación es uno de los elementos esenciales si queremos protegernos del efecto dañino de las radiaciones solares máxime si tenemos en cuenta que la piel se renueva cada 28 días, es decir, la calidad de los nutrientes que ingerimos afectará definitivamente la calidad de las nuevas capas de células que conforman la piel.
Entre los múltiples alimentos que podemos utilizar se encuentran aquellos que son ricos en antioxidantes teniendo en cuenta el relevante papel que tienen estos por su participación en el combate al daño oxidativo que producen las radiaciones ultravioleta.
Tengamos un acercamiento en este listado basado en los que con mayor frecuencia se utilizan en función de la capacidad protectora que tienen:
- Pimientos: ricos en vitamina A.
- Tomates: alto contenido en licopeno, poderoso antioxidante.
- Sandía: rica en licopeno, propio de su típico color rojo.
- Cacao: aporta flavonoides
- Té verde: antioxidantes y flavonoides
- Grasas monoinsaturadas: presentes en el aceite de oliva
- Grasas poliinsaturadas: ácidos grasos omega 3 y omega 6 presentes en semillas de sésamo, girasol, calabaza, lino entre otros. También podemos encontrar estos ácidos grasos en pescados azules.
- Cereales integrales: fuente de vitamina E
- Calabazas y zanahorias: ricas en beta carotenos
- Familia de las coles (col, coliflor, brócoli): aportan Vitamina C
- Cítricos (naranja, toronjas): Vitamina C
- Frutas (manzana, albaricoque): licopeno
- Minerales (zinc, hierro, selenio): cereales integrales, legumbres y verduras.
- Vino rojo: aporta resveratrol y flavonoides, poderosos antioxidantes
- Hierbas y hojas verde (perejil, espinacas, salvia, albahaca, acelgas, romero): Aportan antioxidantes
- Yogur
- Ciruelas pasas. alto contenido de flavonoides y antioxidantes
- Maíz y alcachofas.
- Melón: rico en la enzima superóxido dismutasa (SOD)
En fin, para protegerse del sol podemos tomar medidas por dentro y por fuera. Usando protectores solares, ropas, gafas pero también con nuestra nutrición.