La enfermedad de Parkinson se encuentra entre las dolencias más frecuentes, y en particular entre las alteraciones del sistema nervioso central de tipo degenerativo.
A pesar de esta alta frecuencia, normalmente no nos percatamos de su existencia. Así, muchas veces sorprende su aparición como le ocurrió a Daniel, un vecino que me consulto sobre las manifestaciones que presentaba.
Durante muchos meses, Daniel había padecido de un dolor en el cuello, para el cual ni la más moderna tecnología de imágenes había encontrado una explicación plausible. Después apareció el temblor en su mano derecha y entonces fue remitido al neurólogo. Este, luego de examinarlo, además del temblor, detectó rigidez en su brazo derecho y teniendo en cuenta la evolución, emitió como diagnóstico presuntivo: la enfermedad de Parkinson.
Esta primera noticia lo intranquilizó mucho, pero frente a su dolor asomaba una esperanza. Incluso si se corroboraba que padecía la enfermedad de Parkinson, el médico le informaba que el diagnóstico y tratamiento temprano podía mejorar en mucho el pronóstico a largo plazo.
Y este diagnóstico temprano puede ser favorecido por el conocimiento sobre los diferentes aspectos relacionados con la enfermedad de Parkinson, como los que te explicamos en este artículo.
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¿Qué es la enfermedad de Parkinson?
Se puede considerar que la enfermedad de Parkinson es una alteración en la que ocurre una degeneración o deterioro de las células o neuronas de una región del encéfalo, encargadas de producir una sustancia denominada dopamina.
Durante la enfermedad de Parkinson se pierden las neuronas de la denominada sustancia negra y otros grupos de células ubicados en el tronco encefálico y que liberan dopamina. Este es un neurotransmisor, es decir, una sustancia que participa en la transmisión del impulso nervioso, y participa en el control de los movimientos.
La disminución de la producción de dopamina provoca un desequilibrio que conduce a la acción desproporcionada de otro neurotransmisor con acción estimulante: la acetil-colina, lo cual es responsable de la mayor parte de los signos y síntomas que caracterizan a la persona con enfermedad de Parkinson.
¿Cuál es la causa de la enfermedad de Parkinson?
La causa de la degeneración y pérdida de neuronas en la enfermedad de Parkinson, también denominada parkinsonismo primario, es desconocida.
Existe una variante clínica denominada parkinsonismo secundario, porque se debe a otras causas tales como:
⦁ Ingestión de medicamentos antipsicóticos. Esta es la causa más frecuente de parkinsonismo secundario, pues estas medicinas impiden la acción de la dopamina. Incluye a los antipsicóticos convencionales.
Se presenta más frecuentemente con las fenotiacinas piperacínicas como la trifluoperacina y la flufenacina. También es frecuente con el uso prolongado de las butirofenonas como el haloperidol, los tioxantenos y los preparados de depósito. Estos últimos están designados para su acción a largo plazo y ejemplo de ellos son las microsferas de risperidona.
⦁ Intoxicación por monóxido de carbono o manganeso
⦁ Hidrocefalia
⦁ Tumores e infartos encefálicos
⦁ Traumatismo craneal
⦁ Hematomas encefálicos
⦁ Encefalitis
⦁ Drogas ilegales, como el N-MPTP o metil-fenil-tetrahidropiridina
⦁ Otras enfermedades degenerativas del sistema nervioso central
¿Cómo se puede identificar la enfermedad de Parkinson en una persona?
Recordemos que el cuadro clínico de Daniel fue precedido de dolor en el cuello varios meses antes de presentarse el temblor. Y esto no es casual, porque la presencia de dolores en el cuello o la espalda es muy común en el marco de los primeros síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Después, de manera gradual y progresiva se van desarrollando, los denominados síntomas motores, que resultan característicos de la enfermedad de Parkinson incluyen:
⦁ Temblor en el reposo. Se refiere a movimientos rítmicos oscilantes causados por la contracción alternante de grupos musculares con acciones opuestas.
Suele comenzar en una mano, aunque también puede afectar a ambas manos desde el inicio. Se incrementa con el cansancio, las tensiones emocionales o la ansiedad, y disminuye con el movimiento; mientras que con el sueño desaparece.
Aunque es más frecuente en las manos, brazos y piernas, también puede involucrar la mandíbula, la lengua, los párpados y la frente.
⦁ Rigidez muscular. Es frecuente que se presente rigidez en ausencia de temblor. Se manifiesta como una resistencia que experimenta el médico al tratar de cambiar la postura del miembro o extremidad de la persona enferma.
A diferencia del temblor, la rigidez aumenta durante el movimiento y cuando se le solicita a la persona que mueva la extremidad del lado opuesto. Los músculos del cuello resultan afectados más frecuentemente. La rigidez provoca dolor y también dificultades en la marcha.
⦁ Disminución de los movimientos o bradicinesia. Se produce enlentecimiento y disminución de la amplitud de los movimientos, ya sean voluntarios o involuntarios. Provoca una falta de expresión en la cara característica y dificulta las actividades de la vida diaria.
⦁ Alteración de la marcha y los reflejos posturales. En la postura clásica de esta enfermedad tanto la cabeza como el tronco y las extremidades se encuentran en flexión y se observa una inestabilidad postural. También hay desviación lateral del cuello y el tronco.
La persona camina con pasos cortos, arrastrando los pies, y sin balancear los brazos a los lados del cuerpo. La alteración de los reflejos posturales provoca que no pueda enderezarse y que camine con el tronco doblado hacia delante.
Es muy difícil para la persona con enfermedad de Parkinson iniciar la marcha o cambiar de dirección.
⦁ Dolores musculares o mialgias
⦁ Dificultades en la articulación del lenguaje hablado. Son causadas por la rigidez y la bradicinesia. Se hace muy difícil alzar la voz, y la persona se comunica a través del susurro y con tartamudeo frecuente.
⦁ Trastornos mentales. Los enfermos pueden desarrollar dificultades para el aprendizaje, de la memoria y de la expresión oral, además de depresión y demencia.
⦁ Otros síntomas y signos. Incluyen: nsomnio, salivacion ecesiva o sialorrea, sensación de cansancio, estreñimiento, sofocos, exceso de sudoración, dificultades para tragar y trastornos urinarios como la incontinencia urinaria, entre otros. Además pueden experimentar hipotensión ortostática que se manifiesta por una disminución de la presión arterial al pasar de la posición de sentado o acostado a parado.
¿Tiene tratamiento la enfermedad de Parkinson?
En estos momentos la droga más efectiva para el tratamiento de la enfermedad de Parkinson es la levodopa. Esta es una sustancia que se puede convertir en dopamina en el encéfalo y el resto del organismo.
Para limitar su efecto al encéfalo, se combina la levodopa con la carbidopa, la cual inhibe la formación de la dopamina fuera del sistema nervioso central. Esto disminuye algunos de los efectos adversos de la levodopa como son las náuseas y los vómitos.
La respuesta favorable inmediata a la levodopa, permite muchas veces diferenciar la enfermedad de Parkinson o parkinsonismo primario, del parkinsonismo secundario.
Provoca alguna mejoría en el temblor, pero es más eficaz en la disminución de la rigidez y la bradicinesia.
Produce algunos efectos secundarios que obligan a ajustar las dosis y utilizar las menores dosis necesarias para mejorar la mayoría de los síntomas de la enfermedad de Parkinson.
Efectos secundarios de la levodopa:
⦁ Efectos centrales o sobre el sistema nervioso central:
⦁ Falta de apetito
⦁ Hipotensión ortostática
⦁ Pesadillas
⦁ Mareos
⦁ Discinesias o movimientos involuntarios anormales
⦁ Agitación
⦁ Psicosis. Alucinaciones esporádicas o delirio tóxico
⦁ Somnolencia
⦁ Cefalea
Efectos periféricos:
⦁ Coloración rojiza de los fluidos corporales
⦁ Vómitos y nauseas
⦁ Cólicos
⦁ Palpitaciones
⦁ Taquicardia tambien reconocido como aumento de la frecuencia cardiaca
⦁ Arritmias o alteraciones del ritmo cardiaco
⦁ Neuropatía periférica
⦁ Alteraciones del gusto
⦁ Sangramiento gastrointestinal
⦁ Picazón o prurito
Aunque frecuentemente la levodopa es el primer medicamento indicado por los médicos, algunos creen que es preferible utilizar otros fármacos primero, y dejar la levodopa para cuando haya un mayor avance de la enfermedad. Ellos consideran que esto demora la aparición de los efectos adversos de este medicamento.
Entre los fármacos alternativos o complementarios se encuentran:
⦁ Amantadina. Se puede utilizar para el tratamiento inicial cuando los síntomas son leves y también posteriormente para potenciar el efecto de la levodopa.
⦁ Agonistas dopaminérgicos.Estos potencian la acción de la dopamina al activar sus receptores. Entre ellos se encuentran la bromocriptina, la pergolida, el ropinirol y el pramipexol. Su uso se restringe generalmente a unos pocos años en cualquier etapa de la enfermedad de Parkinson. Presentan algunos efectos secundarios que en ocasiones limitan su utilización.
⦁ Selegilina y Rasagilina. Inhiben la degradación de la dopamina en el encéfalo. Por ello, incrementan el tiempo de acción de la levodopa. También pueden utilizarse al inicio del tratamiento. Se ha reportado que pueden retrasar el avance de las manifestaciones de la enfermedad de Parkinson y la necesidad de utilizar levodopa. Por ello adquieren relevancia como tratamiento preventivo.
⦁ Entacapona. También inhibe la degradación de la dopamina pero por un mecanismo diferente al de las dos anteriores. Puede combinarse con levodopa y carbidopa.
⦁ Medicamentos anticolinérgicos. Pueden utilizarse solos al inicio de la enfermedad de Parkinson o como complemento de la levodopa con posterioridad. También comprenden los antihistamínicos con acción anticolinérgica como la difenhidramina.
⦁ Cirugía. Se indica cuando los medicamentos no son eficaces y ya la enfermedad está avanzada. Incluyen la estimulación eléctrica con alta frecuencia de regiones del encéfalo involucradas, la eliminación de determinada región del encéfalo y el trasplante de neuronas fetales, entre otros procedimientos.
¿Se puede curar la enfermedad de Parkinson?
El tratamiento de la enfermedad de Parkinson es para toda la vida. Es decir, que no existe cura para la enfermedad, que cursa entonces con un carácter crónico. Sin embargo, con un adecuado esquema de tratamiento, la persona puede continuar realizando o incorporarse a sus actividades habituales y sobre todo cuando la enfermedad se detecta y trata de manera temprana.
El uso de las células trasplantadas que producen dopamina y las interconexiones neurales estan presentes 25 años después de la operación de trasplante.
Además de los efectos del tratamiento medicamentoso o la cirugía descritos, son de gran importancia el seguimiento de programas conductuales y de fisioterapia para el mantenimiento de la calidad de vida de la persona con enfermedad de Parkinson.
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