Mucho se insiste con la necesidad de tener una alimentación saludable o una alimentación sana; desde estas mismas páginas decenas de artículos aluden a la alimentación saludable como uno de los pilares de una vida sana (los otros dos, vale la pena recordarlo, son actividad física y el cuidado de los afectos).
Pero… ¿sabes exactamente de qué se habla cuando se habla de alimentación saludable? Mucha gente confunde la alimentación sana con una dieta baja en calorías; en realidad, la alimentación saludable está rodeada de mitos e inclusive falsas expectativas. En esta nota trataremos de aclarar las cosas. ¿Te interesa? ¡Sigue leyendo!
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¿Qué es la alimentación saludable?
Los organismos globales como la OMS definen la alimentación saludable como “la que aporta todos los nutrientes esenciales y energía que cada persona necesita para mantenerse sana”. Es un buen punto de partida, ya que contiene varios elementos que nos indican que “alimentación saludable” no es una expresión estricta ni existe una alimentación saludable igual para todos; de hecho, cada persona tiene diferentes necesidades energéticas y, si bien hay algunos patrones comunes o guías que nos pueden ayudar, esas necesidades están relacionadas con muchos factores como la edad, el estilo de vida, el peso, el estado de salud y mucho más.
Pero comencemos por el principio: la definición nos habla de “nutrientes esenciales”. ¿Los conoces? Son:
- Proteínas
- Hidratos de carbono
- Lípidos (grasas)
- Vitaminas
- Minerales
- Agua (lee aquí acerca de los beneficios de beber agua)
Se denominan “nutrientes esenciales” porque son imprescindibles para la vida pero nuestro organismo no puede fabricarlos por sí mismo, por lo que deben ser incorporados a través de la alimentación. Y aquí empieza el juego: ¿Estás segura de que están presentes en tu dieta? ¿Sabes qué función cumple cada uno y en qué alimentos se encuentran? Son muchas preguntas, ¿no es cierto? Y quizás nunca te las formulaste… sino más bien te dejabas guiar por preconceptos o por los mitos acerca de la alimentación saludable.
Creencias y mitos sobre alimentación saludable
La mayoría de la gente entiende cuál es la finalidad de la alimentación: obtener energía para mantenernos sanos y así poder, no sólo enfrentar los desafíos cotidianos, sino también disfrutar la vida.
Pero la alimentación, que en las primeras etapas de nuestra vida se impone como una necesidad del organismo que no se puede dejar de satisfacer, apenas adquirimos un poco de autonomía se convierte en algo voluntario. Es decir: comemos si queremos, comemos lo que queremos o podemos, y no todo el mundo come de la misma manera.
La falta de comprensión acerca de la importancia de una alimentación sana y equilibrada lleva a los graves problemas nutricionales que afectan a la sociedad hoy en día: obesidad y sobrepeso, y también a enfermedades de la nutrición como la bulimia y la anorexia. En realidad, nuestra alimentación está condicionada por nuestros gustos, hábitos y los alimentos de los que podamos disponer de acuerdo a nuestro presupuesto; pero su consumo está sujeto a una serie de creencias de las que resulta difícil escapar. Chequea esta lista:
- Determinados alimentos “hacen bien” o “engordan” o “adelgazan” o “contienen” tal o cual nutriente o elemento. Estas creencias, o bien se basan en conocimientos seudo científicos o verdades mal difundidas, o son instaladas por la publicidad para estimular el consumo de determinados productos.
- La preparación de comida sana en casa es lenta y costosa y los platos son poco sabrosos o atractivos. Falso. Nuestras percepciones acerca del tiempo y el trabajo de preparación de las comidas en casa están sobreestimadas y esto lleva a reemplazar la comida casera por alimentos industrializados, embutidos, fiambres y otros productos que son muy poco saludables ya que contienen excesos de grasa, sales y azúcares.
- “Snacks”: creemos que los “snacks” o bocadillos que tomamos entre horas nos ayudan a combatir el hambre y mantenernos dentro de un peso adecuado. Falso; la mayoría son alimentos industrializados son caros y estimulan el picoteo aumentndo el consumo de gaseosas o refrescos. Así lo único que hacemos es consumir cada vez más sales y azúcares o grasas, y a desear comer más de esos productos ya que los azúcares y grasas industrializados generan reacciones en el organismo similares a las adicciones.
Por otra parte, distintos grupos de alimentos tienen su propia mitología, como los lácteos.
Por ejemplo:
- El consumo diario de leches fermentadas ayuda a no enfermarse: falso. Para mantenernos saludables los lácteos imprescindibles son la leche, el queso y el yogur. El yogur nos aporta las bacterias buenas de los intestinos, dedicadas a proteger el sistema digestivo de infecciones e inflamaciones.
- La leche entera tiene más calcio que la descremada: falso. Los dos tipos de leche tienen la misma cantidad de calcio, la diferencia está en la cantidad de grasa. Las personas con sobrepeso, obesidad o diabetes deben consumir leche descremada.
- La leche de soja tiene las mismas propiedades que la leche de vaca: falso. Para comenzar, la “leche de soja” no es leche sino el jugo de los granos de la soja. La UNICEF recomendó no llamar “leche” a esta bebida, ya que puede llevar a confusión. La leche de soja no puede sustituir a la leche de vaca en la alimentación, y de hecho se desaconseja su inclusión en la dieta de niños menores de 5 años. En los niños de 2 años puede producir alergias alimentarias.
¿En tu caso alguno o varios de estos mitos están presentes? La buena noticia es que con información, educación y un poco de buena voluntad… ¡todos podemos hacer algo para mejorar nuestra alimentación!
Los cuatro pilares de la alimentación saludable
La alimentación saludable no es ningún secreto, ni es complicada o difícil de hacer; de hecho no es una dieta sino un estilo de vida. La alimentación saludable se apoya en cuatro pilares:
- Alimentación variada: evita las dietas repetitivas, prueba nuevos alimentos y formas de preparación, incluye vegetales y carnes blancas y rojas en proporción adecuada;
- Incluye alimentos de todos los grupos: analiza los grupos de alimentos como la famosa “pirámide” y procura que todos los grupos estén presentes a lo largo del día; prefiere los panes integrales para incorporar fibra;
- Consume las proporciones sugeridas de cada grupo;
- Acompaña las comidas con agua potable en vez de bebidas gaseosas o azucaradas.
Simple, ¿no es cierto? Si comienzas por estos pasos, ya estás en el camino de una verdadera alimentación saludable para ti y tu familia.
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