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Vivir el momento: la clave de la felicidad está en el presente

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Vivir el momento: la clave de la felicidad está en el presente

A veces nos desviamos del camino. A veces le damos importancia a cosas que, realmente, no la tienen. A veces pensamos que encontraremos la felicidad cuando tengamos más dinero, cuando cambiemos de trabajo, cuando logremos tener una casa más grande. Y entonces, cuando eso llega, nos damos cuenta que la clave de la felicidad no era esa, que lograr nuestros objetivos solo nos da un respiro temporal (más o menos corto según nuestras propias características personales) pero que al final nada parece hacernos tan felices como lo hacía en nuestra mente, cuando era solo un sueño y no una realidad. Entonces, ¿dónde está la clave de la felicidad? En algo tan sencillo y tan complejo como vivir el momento.

El eterno «carpe diem» que tanto escuchamos, que nosotros mismos ponemos en redes sociales como estado o que incluso conocemos a alguien que lo tiene tatuado. Pero, ¿realmente sabemos vivir el momento? Lamentamos decirte que, en la mayoría de los casos, no.

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Vivir el momento es todo lo que necesitamos

Está muy bien tener retos, sueños, objetivos, de hecho, son imprescindibles para ayudarnos a movernos cada día, para tener algo por lo que luchar y una meta a la que llegar. Sin embargo, debemos ser mucho más que eso, debemos estar plenos y saber que, tanto si lo conseguimos como si no, no nos sentiremos vacíos llegados al final de ese sueño.

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Por ello, aunque, repetimos, debemos tenerlos, no podemos olvidar en ningún momento que lo que importa es el ahora, el hoy, este momento. Como se suele decir, «lo mejor del viaje no es el destino, es el camino», y en la vida ocurre lo mismo.

Párate a pensarlo: ¿cuál es el último objetivo de la vida, la última meta? Efectivamente, la muerte. Entonces, no tendría mucho sentido luchar por alcanzar ese objetivo, pero sí disfrutar del camino. ¿Cómo? Viviendo el momento.

Pero vivir el momento no siempre es tan fácil. Veamos a continuación los obstáculos que nos podemos encontrar en el camino en nuestro día a día.

¿Qué te imposibilita vivir el momento?

¿Sientes que no eres capaz de vivir el aquí y el ahora? Lo primero que debes hacer es evaluar si siempre has sido así o si es una situación que se está dando en este punto de tu vida. En el primer caso, debes tratar de cambiar tu manera de pensar y de ver la vida. Es difícil, lo sabemos, pero no imposible. Detecta si hay algún tipo de problema psicológico que te impida concentrarte en el tiempo presente. Por ejemplo, es muy habitual que aquellas personas que sufren ansiedad no sean capaces de concentrarse en el presente.

Pero, como decimos, también es posible que nos encontremos en una etapa algo «rara» de nuestra vida. No te preocupes, incluso si eres la persona más feliz y optimista del mundo, es normal atravesar este tipo de rachas. A veces se trata de problemas hormonales o de algún acontecimiento que ha ocurrido y que no has sabido afrontarlo bien. En cualquier caso, si es temporal, intenta salir del bucle y que no se te haga crónico.

Si estás en el primer caso, indudablemente necesitarás ayuda profesional. No lo demores: la ansiedad o los trastornos psicológicos deben ser tratados igual que tratarías un problema físico. En el segundo caso, trata de recuperar la ilusión apoyándote en tu círculo social y en aquello que te guste. Elimina pensamientos negativos y lucha por lo que quieres.

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Cómo aprender a vivir el momento

Sin duda esto es algo bastante difícil, pero no imposible. Cuando comprendas que el momento actual es lo que importa, podrás ser más feliz y dejar de preocuparte tanto por lo que vendrá. Te damos algunas claves que te ayudarán a vivir el momento, pero ten en cuenta que si estás atravesando una etapa complicada el cambio no va a llegar de un minuto a otro. Debes tener paciencia y confiar en que estos pasos te llevarán al lugar en el que quieres estar: una vida feliz.

Ten metas, pero no te obsesiones con ellas:

Una vida sin sueños no es nada. Ten metas, objetivos, sueños, caminos, y trabaja para enfocarte a ellos pero teniendo claras dos cosas: no pasa nada si lo consigues y tampoco vas a experimentar grandes cambios psicológicos si lo consigues. Por lo tanto, no te obsesiones con que «o consigo esto o nunca seré feliz» porque, si llegas a ello, te darás cuenta que en tus sueños todo era siempre mejor.

Reparte tu tiempo de manera efectiva y no te olvides de ti:

Todos tenemos obligaciones y es posible que no sepas disfrutar del momento porque tu cabeza siempre está pensando en lo siguiente que tiene que hacer o en que no llegará a todo. En este caso, corres el riesgo de sufrir bloqueo y, por tanto, ser más infeliz.

Conciénciate de repartir bien tu tiempo. Dicen los expertos que deberíamos tener 8 horas para responsabilidades, 8 horas para dormir y 8 horas para ocio. Una proporción bastante complicada en la mayoría de los casos pero que debes intentar ajustar todo lo posible.

Y sobre todo, esas horas que consigas libres, no las inviertas en cosas «que debes hacer». Inviérteles en ti, en escucharte, en cuidarte, en hacer aquello que te gusta o que te gustaba. Te ayudará a redescubrirte y a disfruta de quien eres realmente.

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No caigas en el victimismo:

Un error cuando estamos agobiados, estresados, tristes o cualquier otra cosa negativa es caer en el victimismo. No nos malinterpretes, estás en tu derecho de estar mal un día, de llorar, de no querer salir de casa y estar solo. Pero no más. No te levantes cada día lamentándote por lo malo que es el mundo contigo, seguramente estás mirándolo con la óptica menos adecuada. Sal ahí fuera y sé tú quien se coma el mundo. ¿Te consideras una víctima? Conviértete en ganador.

Deja ir, no te aferres:

El apego en la edad adulta es una de las peores cosas que nos pueden pasar porque no disfrutarás nunca del presente. Siempre estarás mirando atrás, recordando un tiempo mejor o un momento feliz y perderás de vista todos los momentos felices que te quedan por vivir de ahora en adelante.

Vale, sabemos que nunca vas a vivir dos cosas iguales, ni aunque lo intentes, pero te aseguramos que siempre queda mucho, mucho, por vivir y sentir. Lo único que debes hacer es estar receptivo y, cuando lleguen, disfrutarlos como se disfrutan las cosas que sabemos que no se van a repetir.

De hecho, deberías «entrenarte» para esto. Si consigues disfrutar al máximo de cada momento feliz, conseguirás precisamente tu objetivo de vivir el momento.

Y es que si quieres una vida plena y feliz, no hay más. Eso es todo lo que necesitas. Vivir el momento, ser feliz con lo que tienes, trabajar en una mejor versión de ti mismo y dejar ir aquello que te está haciendo más mal que bien, identificar a quién quieres en tu vida y a quién no, qué quieres hacer y lo que no y tratar de que todo esto esté en armonía.

Y por último, recuerda siempre algo: «Si te hizo feliz, no cuenta como error».

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