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Cómo sobrevivir a un verano en la oficina sin vacaciones

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Cómo sobrevivir a un verano en la oficina sin vacaciones

Llega el verano. Llega el buen tiempo. Llegan los helados. La ropa más ligera. Las noches charlando en las terrazas. El aire acondicionado y el abanico. Llega una época del año que, para muchos, es sinónimo de descanso, de vacaciones, de recompensas por todo el tiempo que hemos pasado durante el invierno quejándonos del frío, de los madrugones y de la rutina. ¡Ha llegado el momento de disfrutar! Oh, espera… ¿seguro? ¿Para todos? Evidentemente, no. Aunque la mayoría de los trabajadores cogen sus vacaciones anuales en verano, coincidiendo con las vacaciones escolares, muchos tenemos que quedarnos cubriendo esa oficina que en julio y agosto está más desierta que nunca. ¿Es tu caso? Sigue leyendo, hoy queremos enseñarte cómo sobrevivir a un verano en la oficina sin vacaciones con una serie de ideas, consejos y trucos que te harán pasar un mejor verano.

Toma nota. Aunque trabajes, este también puede ser el mejor verano de tu vida.

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¿Cómo sobrevivir al verano en la oficina si no tienes vacaciones?

depresión postvacacional concentrarte mejor en el trabajo

Exprime lo mejor de tu ciudad:

El primer consejo varía mucho según dónde vivas. No es lo mismo que vivas en una ciudad de playa a que estés en el centro de una gran capital de interior o en un pueblecito perdido en la montaña con apenas más compañía que un par de vacas y los vecinos (escasos) de toda la vida.

Pero en cualquier caso, todas las ciudades tienen algo bueno. ¿Qué es lo que más te gusta de ella? ¿La playa, la naturaleza, la oferta de ocio, los restaurantes…? Te proponemos que busques un plan en tu ciudad que te guste para cada semana o cada dos semanas de este verano y lo pongas en práctica. ¿Quién dijo que no se puede ser turista en tu propia ciudad?

También puedes planear alguna escapada de fin de semana para una ciudad cercana a la tuya y así «engañar» al cerebro con una actividad distinta y una maleta en la mano. Aunque no te lo creas, funciona mejor de lo que piensas, volverás renovado y en cierto modo, aunque solo sean un par de días, tu cabeza habrá desconectado de la oficina y creerá que has tenido unas mini vacaciones.

Tira de agenda, ¡arriba la vida social!

amigos

Lo mejor del verano es que invita a salir y a hacer cosas al aire libre. Si te ha tocado un verano en la oficina, nada te impide hacer planes cuando acabe tu jornada. ¡Tira de agenda! Es el momento ideal para quedar con los amigos del colegio, con tus vecinos, con los compañeros de tu anterior trabajo o incluso con los del gimnasio. Hay mucha gente como tú, que se ha tenido que quedar sin vacaciones trabajando, y que están deseando tomar una cervecita cuando acaba el día de trabajo.

Lo importante si te ha tocado pasar el verano en la oficina es que en tu tiempo libre aproveches como si estuvieras fuera en un lugar paradisíaco de vacaciones o incluso en tu ciudad, pero sin trabajar.

Haz planes, no dejes que te venza la pereza y no te encierres en casa después del trabajo. Trata de minimizar las obligaciones y responsabilidades y disfruta del verano. No son vacaciones, pero sí tiempo libre, uno y otro no deben ser excluyentes. Si disfrutas del tiempo libre, conseguirás afrontar el trabajo con mucho mejor humor. Te lo prometemos.

El entorno cuenta, y mucho:

Vale, todos los consejos que te estamos dando son para hacer fuera de la oficina. Pero, ¿qué hay de las interminables horas que tienes que pasar encerrado en ella mientras te imaginas al resto del mundo disfrutando de la playa o de una cervecita en las terrazas? Pues precisamente este es el tiempo más importante.

Créate tu propio ambiente de vacaciones en la oficina. Lo primero, debes estar a gusto en ella: no pases calor, crea un ambiente fresquito con aire acondicionado o ventilador en el peor de los casos, ten bebidas fresquitas a mano, cambia tu fondo de pantalla por uno más «veraniego» e incluso, si es posible, aprovecha que más de la mitad de la oficina está de vacaciones para cambiar de lugar de trabajo estas semanas y sentarte junto a ese compañero o compañera con quien tanto te ríes.

Lo importante es crear el mejor ambiente posible y aprovechar la ausencia de jefes para, dentro de la responsabilidad que te caracteriza y del buen trabajo que haces, hacerlo lo más agradable posible. Si consigues llevar al trabajo un ambiente «vacacional» conseguirás darle a tu cerebro un mensaje de descanso y mejores condiciones. Pruébalo, seguro que te gusta.

Aprovecha los días más largos:

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Volvemos a hacer foco en lo que debes trabajar fuera del trabajo, valga la redundancia. De verdad, no te quedes lamentándote de tener que pasar el verano en la ciudad y te limites solo a ir del trabajo a casa y de casa al trabajo. Ahora los días son mucho más largos, no anochece hasta muy tarde y puedes aprovechar para hacer mil cosas cuando termine tu jornada laboral.

Incluso las noches, gracias al buen tiempo que ya nos acompaña, son geniales para hacer planes, salir, disfrutar del aire libre. ¡Hazlo! No te decimos que no puedas disfrutar de tu casa también, que oye, es un lujazo eso de poder tirarse en el sofá con el aire acondicionado puesto, después de un duro día de trabajo, para disfrutar de tu serie preferida de Netflix, pero recuerda que esto también lo puedes hacer en invierno (cambiando aire acondicionado por mantita y calefacción), y ahora tu principal objetivo debe ser disfrutar del aire libre.

Lo importante es que, de este modo, le dejes al cerebro un mensaje de «ey, no estamos de vacaciones pero en el momento en que salgamos de la oficina, tú piensa que sí». De este modo, verás como pasa volando el verano en la oficina y que lo disfrutas como nunca.

Enfócate en lo que más te gusta de tu trabajo:

Por último, volviendo a las horas que vas a pasar este verano en la oficina, hazlas más interesantes. Debes pararte a pensar cuál es la parte que más te gusta de tu trabajo, con qué actividades disfrutas más y, en la medida de lo posible, poder dedicarles el mayor tiempo posible de tu jornada laboral. Si es no posible, al menos, dedícales un ratito cada día, pero no dejes un solo día sin hacer algo que realmente te gusta.

Por otro lado, aprovecha también para pensar qué te gustaría estar haciendo el día de mañana y cómo lo puedes conseguir. No nos referimos a un cambio de trabajo aunque, si es lo que deseas, también puedes enfocarte en ello. Incluso dentro de tu propio trabajo seguro que hay muchas cosas que puedes hacer para mejorar (ascender, cambiar de departamento, iniciar nuevas ideas que te gustaría poner en práctica pero que no te atreves, etc.). Ahora es el momento de soñar, de inventar y de dar el paso para que tu trabajo, una parte fundamental de tu vida, sea lo mejor posible y disfrutes realmente con él, aunque tengas que pasar el verano en la oficina.

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