Hoy queremos conocer hábitos que engordan sin que te des cuenta. A todos (o a casi todos) nos ha pasado alguna vez en nuestra vida que empezamos a engordar sin motivo aparente. Normalmente, cuando una persona engorda suele existir algún problema de alimentación detrás casi siempre. Y a priori no es preocupante. Estas subidas de peso ocurren principalmente después de ciertos períodos del año en los que nos pasamos con las comilonas (vacaciones, verano, Navidad…) o si estamos sufriendo algún período de estrés o ansiedad y lo pagamos vaciando la nevera a horas intempestivas. ¿No es tu caso, pero, aún así estás engordando? Tal vez te interese conocer estos hábitos que engordan y a los que quizás no estás tomando en consideración.
Ten en cuenta, por otro lado, que lo primero que debes hacer es valorar si existe algún problema de salud. Hay ciertas patologías, enfermedades o desequilibrios que, sin ser importantes, o al menos no urgentes ni graves, nos hacen sufrir variaciones significativas de peso.
Descarta esto antes de atender a estos hábitos que engordan y, por supuesto, dale siempre prioridad a tu salud.
Otros artículos de interés: Cómo dormir mejor
Atiende a estos hábitos que engordan
Dormir poco
El ritmo de vida tan ajetreado que llevamos nos conduce, a la mayoría de nosotros, a arañarle horas al reloj a cambio de dormir poco. Este es uno de los peores hábitos que engordan y es que no solo trae consigo variaciones de peso, si no que también provoca otros problemas de salud.
La solución es sencilla: trata de monitorizar la cantidad de horas que duermes y también la calidad de tu sueño. Existen muchas pulseras de actividad en el mercado que te ayudarán a valorar estos dos parámetros, te darán recomendaciones sobre cómo mejorarlo y te ayudarán a ser consciente sobre lo bien o lo mal que descansas, a tener a mano una progresión para ver si avanzas bien y a ponerle solución. No juegues con tu descanso y, sea como sea tu vida, respeta las ocho horas diarias de descanso que mereces y, sobre todo, que necesitas. Sin excusas.
Sedentarismo extremo
El otro hábito que perjudica gravemente no solo al peso, si no también a la salud, es el sedentarismo. La baja o nula actividad física conduce a graves problemas que pueden llegar, incluso, a desarrollar enfermedades y otras patologías mortales. Por eso, es muy importante que nos concienciemos de la importancia de tener una buena forma física, tanto por peso, como por salud.
Pero esto no siempre es posible. La falta de tiempo y de costumbres conducen a que cada vez abusemos más del tiempo que pasamos sentados y de los transportes. No andamos, no realizamos tareas al aire libre y nuestro esfuerzo físico se basa, en muchas ocasiones, en ir de casa al trabajo en coche, pasar el día sentados en una oficina y volver a cada para engancharnos a alguna serie de Netflix todo el día en el sofá. Si te sientes identificado con esta descripción, es el momento de cambiarlo. Ponte objetivos y, sobre todo, cúmplelos. Introduce la actividad física como parte de tu rutina diaria. Por ejemplo, trata de estudiar la viabilidad de ir al trabajo andando en lugar de en transporte y reserva al menos una hora al día para salir a caminar al aire libre, ir al gimnasio o hacer alguna actividad deportiva con tus amigos. No te pedimos que te conviertas en un deportista de élite, pero sí que seas más activo y verás como tu cuerpo poco a poco te lo agradecerá.
Hábitos que engordan: El estrés
Otro de los grandes enemigos del peso es el estrés. No solo afecta a nuestro metabolismo, si no que también es capaz de cambiar nuestras rutinas sin que nos demos cuenta. Comemos más y peor, lo hacemos a deshoras y, por tanto, consecuentemente esto nos engorda de una manera que no nos damos cuenta. El silencio a la hora de ganar peso es el peor aliado. Como veremos en un punto más abajo, no tener en cuenta la hora a la que tomamos ciertos alimentos es una batalla que perderemos contra nuestro cuerpo.
¿Cómo podemos solucionarlo? Seguramente nos dirás que no debemos decirte simplemente que te relajes, ya que quizás tu tren de vida no te lo permite. Y es probable que sea así. Pero sí puedes tratar de mantener hábitos sanos dentro de ese gran vértice que te absorbe día a día. Por ejemplo, no dejes de practicar algo de ejercicio diario (lo cual, además, te ayudará a aliviar el estrés), mantén horarios para tener el control sobre tu vida y trata de introducir alguna actividad que te relaje y que a la vez te obligue a tener tiempo para ti mismo, como leer o hacer algún tipo de acto de cuidado personal.
Beber poco
Tan importante como comer bien puede ser beber bien. En la bebida está la clave de muchos de los hábitos que engordan sin que apenas nos demos cuenta.
La solución pasa por beber agua siempre que puedas, incluso si no tienes sed. Recuerda que la cantidad diaria recomendada de agua que debes tomar es de dos litros. Esta cantidad es la suficiente, según los médicos, para mantener tus órganos bien hidratados y para que todo funcione correctamente. No es lo mismo beber agua que beber cualquier otro líquido, aunque a veces lo confundamos. Por supuesto, el alcohol es una fuente de calorías vacías que además daña nuestro organismo, pero tomar otras bebidas tampoco es especialmente saludable, como los refrescos, con un extra de azúcar que tu cuerpo no necesita, o incluso los zumos. Incluso es negativo abusar de los zumos naturales, ya que son una fuente de azúcar. Mejor toma la fruta entera para aprovechar todas sus propiedades.
Hábitos que engordan: No tener en cuenta el reloj
Y llegamos al último punto de los hábitos que engordan con este tema que ya hemos mencionado anteriormente y que a la mayoría de nosotros se nos pasa por alto. El reloj puede ser nuestro mejor aliado, pero también nuestro mayor enemigo. Comer a deshoras engorda mucho, incluso aunque comamos poco. Lo mismo sucede si abusamos del ayuno o si nos saltamos el desayuno. Lo ideal es seguir una alimentación correcta y equilibrada, tanto en cantidades como en calidad y, por supuesto, en horarios.
Esta rutina de horarios no solo aplica a la hora de la comida, también lo debe ser para hacer ejercicio y para dormir. Acuéstate siempre a la misma hora, levántate en una horquilla horaria similar y deja tiempo entre digestiones. Evita los alimentos pesados a última hora del día y toma los carbohidratos y la fibra en las primeras horas. Los azúcares, también al principio de la jornada y por la noche, lo mejor, el magnesio, el triptófano y los alimentos bajos en calorías para que tu estómago no dificulte tu descanso y, por tanto, no empieces en una rueda difícil de parar que solo te conduce a malos hábitos que engorda.
Ahora que ya tienes algunas nociones sobre los hábitos que debes seguir para conseguir mantenerte en tu peso, verás que todo se reduce a una sola cosa: llevar un estilo de vida sano, equilibrado y con cabeza.
Sigue leyendo: Evita el picoteo entre horas