La soja ha pasado de ser una gran desconocida a estar muy presente en nuestras vidas. Incluso se ha colado en nuestro desayuno, la comida más importante del día, en forma de leche de soja. Pero también la vemos en salsas, en pastas, en sopas y en muchas más formas de productos de alimentación. La soja ha venido para quedarse.
Pero, ¿es tan buena como dicen? Lo cierto es que la soja tiene muchos beneficios, pero también un montón de efectos negativos que no debemos dejar pasar. O, por lo menos, que debemos conocer para poder decidir con libertad si queremos tomarla o no.
Sigue leyendo, vamos a intentar que comprendas los efectos perjudiciales de la soja, un tipo de alimento que, como todo, tiene las dos caras de la moneda.
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Contenido
Valores nutricionales de la soja: su parte positiva
Como decimos, la soja tiene su cara y su cruz. Por ello queremos comenzar hablando de los aspectos positivos de la misma. Sus valores nutricionales nos devuelven resultados muy sanos y deliciosos.
Entre otros, encontramos ácidos grasos omega 3, isoflavonas, lecitina, aminoácidos esenciales, calcio, fósforo y vitaminas del grupo B.
Entonces, ¿por qué muchos médicos y nutricionistas desaconsejan tomar soja? Te lo contamos a continuación.
Efectos perjudiciales de la soja
Entramos de lleno en la materia que nos ocupa en este artículo y analizamos los principales efectos perjudiciales de la soja.
Rica en genisteína:
¿Que es la genisteína? Te lo explicamos brevemente: es una proteína que altera el páncreas y el tiroides, provocando así mismo alteraciones endocrinas. Consumir genisteína en grandes cantidad nos puede causar hipotiroidismo, bocio o tiroiditis, entre otras.
El problema de todo esto es que los efectos de la genisteína son irreversibles sobre las hormonas del tiroides, siendo responsables directos no solo de problemas de tiroides, también de cáncer de tiroides o diabetes.
¿Merece la pena consumir soja en exceso? Sin ninguna duda no. Solo con este efecto secundario ya es suficiente motivo para dejarla de lado, pero vamos a seguir viendo más.
Problemas de fertilidad:
Como decimos, los efectos perjudiciales de la soja van más allá. Entre las alteraciones endocrinas que nos pueden dar, también se encuentran los problemas de fertilidad. La soja contiene fitoestrógenos, los cuales nos pueden causar problemas sexuales, hormonales, andrógenos y de fertilidad, tanto en hombres como en mujeres.
Para los hombres, afectan a la toxicidad del esperma y disminuyen los andrógenos; para las mujeres, afecta directamente a la retención de líquidos, hinchazón y mamas. En el caso de la infancia, acelera la pubertad y anomalías relacionadas con el aparato reproductor. También influye en el feto cuando las madres consumen mucha soja.
Alteraciones alérgicas:
La soja también nos puede provocar alergias y reacciones con las que no contábamos. De hecho, se cree que genera en torno al 30% de las reacciones más graves.
Alopecia:
Otros de los efectos secundarios de la soja es la pérdida del cabello. Perder densidad capilar y que este además sea más fino y poco saludable es algo que se le achaca a la soja.
Alteraciones en el sistema inmunitario:
Volviendo a la genisteína, encontramos con que además esta proteína nos da un efecto inmunosupresor, por lo que no es recomendable ni en embarazadas, ni en niños ni en personas que presenten propensión a sufrir un sistema inmunitario débil.
Alteraciones en el sistema nervioso:
Pero no solo el sistema inmunitario sufre estos efectos de la soja. También se ha demostrado que el sistema nervioso se ve afectado. De hecho, los expertos afirman que tomar 25 gramos de leche de soja diaria nos lleva a empeorar nuestras habilidades mentales y a padecer problemas cognitivos.
Alteraciones en la personalidad:
Con la soja también podemos sufrir problemas de personalidad y de comportamiento, como estrés, ansiedad, irascibilidad y problemas para relacionarnos. Es curioso que la alimentación pueda influir en nuestra personalidad, pero así es.
Malformaciones de nacimiento:
Un consumo excesivo de soja durante el embarazo aumenta las posibilidades de contar con defectos de nacimiento (ausencia de órganos, extremidades deformes, espina bífida…) e incluso riesgo de aborto. ¿Te la vas a jugar? Seguro que no.
Aumenta el riesgo de padecer cáncer:
¿La soja previene el cáncer? Las campañas publicitarias han tratado de utilizar este tema en beneficio propio, pero lo cierto es que podríamos catalogarlo de publicidad engañosa. Los científicos nos dicen que no, que no lo previene y que, para más inri, puede aumentar la posibilidad de sufrir cáncer relacionados con la ginecología y el tiroides.
Esto es debido a que cuando la soja se somete a procesos industriales, se produce la lisinealina, una sustancia cancerígena.
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Cáncer de mama y menarquía:
Extendemos un poco la información anterior a un tema que preocupa a todos. El cáncer de mama cada vez tiene más influencia en nuestros días y la alimentación está muy ligada a él. Es fundamental prevenirlo, pero también detectarlo a tiempo para evitar males mayores. La alimentación y la autoexploración juegan un papel fundamental en ambos temas. Y con la soja, debemos tener cuidado.
¿Qué tiene que ver la soja con él? La soja es rica en fitoestrógenos, los cuales además están ligados a este tipo de cáncer. En este caso, el riesgo de desarrollarlo por un consumo excesivo de soja es mayor en las mujeres que aún no han pasado la menopausia.
Asimismo, la soja también está relacionada con la menarquía. Aquellas mujeres alimentadas con soja desde la infancia, tienen un 25% más de probabilidades de sufrir problemas uterinos y menarquía (ausencia de menstruación).
Cálculos renales y osteoporosis:
Por último, destacamos otros dos problemas de salud que pueden estar relacionados con un consumo elevado y continuado de soja. Así, a pesar de contar con calcio, la soja bloquea su absorción y causa deficiencia de vitamina D, dos imprescindibles para el desarrollo y mantenimiento de los huesos.
Esto podría explicar los problemas de crecimiento de tierras asiáticas, donde la soja es parte del menú diario.
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Además, su riqueza en oxalatos (un elemento que no puede ser eliminado mediante la orina), puede causar cálculos renales si se une al calcio en los riñones.
Entonces, ¿podemos tomar soja?
Efectivamente, estos efectos perjudiciales de la soja no te afectarán si la tomas de manera ocasional y en cantidades pequeñas. Estos peligros están más relacionados con aquellas poblaciones en las que la alimentación se basa en este alimento. Si te gusta la soja, consumirla en una cantidad pequeña una vez por semana no te va a hacer mal.
Sin embargo, si estás embarazada sí deberías apartarla de tu dieta hasta que termine tu gestación y lactancia. Cuando hay una nueva vida en juego, mejor no arriesgar nada.