Una vez, dijo John Lennon: «Cuando fui a la escuela, me preguntaron que quería ser de mayor. Yo respondí: ‘feliz’. Me dijeron que yo no entendía la pregunta, y yo les respondí que ellos no entendían la vida». Esta es probablemente una de las citas más célebres del cantante de Los Beatles y no le faltaba razón. La meta de la vida, siempre tiene que ser buscar la propia felicidad, por encima de todo. Sin embargo, nos esforzamos tanto en otras cosas, terminamos confundiendo prioridades y nos apartamos del camino. Terminamos anteponiendo otras cosas a vivir feliz y cometemos el mayor error de nuestras vidas.
Pero, ¿cuál es la clave de la felicidad? ¿Cómo podemos lograr vivir en armonía? Precisamente, en esta palabra está el secreto: armonía, tranquilidad, paz… Felicidad.
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Vivir en armonía para vivir feliz
El primer truco para vivir feliz, es lograr vivir en armonía. ¿Cómo se consigue esto? Cuando logramos alinear lo que deseamos y lo que hacemos, lo que necesitamos y lo que tenemos. Tener claros nuestros principios y valores morales y perseguirlos, actuar siempre en consonancia con ellos y reposar nuestra mente cada noche en una almohada tejida a base de una conciencia tranquila y un estado de paz mental, es fundamental para vivir feliz.
Pero hay más «trucos». Alinear también lo que deseamos y lo que buscamos: perseguir un sueño, trabajar por él y sentir que enfocamos nuestra vida a nuestro propósito vital. Nada nos hará vivir más felices que sentir que le damos ese sentido especial a nuestra vida. Independientemente del resultado, independientemente de si finalmente lo logramos o no. La búsqueda de un objetivo nos ayuda a plantearnos desafíos continuos y a dar siempre lo mejor de nosotros mismos.
El tercero de los trucos para una vida plena y feliz es vivir haciendo el bien siempre. De esta manera, lograremos cultivar tanto nuestra mente, como nuestro cuerpo y espíritu, reflejándose en una salud física y mental que nos llevará al siguiente nivel.
Hacer el bien nos ayudará a sentirnos bien, valga la redundancia, y finalmente, a vivir feliz.
Por último, el cuarto truco de la felicidad es evidente y, sin embargo, no siempre lo practicamos como deberíamos. Apartar la negatividad de nuestra vida. Y esto puede englobar muchas cosas. Pensamientos destructivos, personas tóxicas, hábitos nada saludables para nuestro cuerpo o nuestra mente… No siempre es fácil, lo sabemos. Especialmente, no es fácil cuando no consigues detectar a tiempo que estás ante algo negativo: el lobo suele venir disfrazado con piel de cordero. Aunque solo se trate de una idea o un hábito. De vez en cuando, párate a analizar tu vida, haz examen de conciencia, detecta, aprende y enmienda.
Y tú, ¿qué haces para vivir feliz?
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