Podemos aceptar que tenemos problemas de sobrepeso, y nos pondremos a dieta y haremos ejercicios. Podemos aceptar que tenemos problemas de presión arterial: nos chequearemos periódicamente, tomaremos medicamentos, cambiaremos nuestro estilo de vida. Entonces ¿por qué nos resulta tan difícil recurrir a una terapia sexual cuando las cosas no van bien en la pareja?
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Lo relacionado a la sexualidad lo envolvemos en una especie de misterio y pretendemos que todo está bien, aun cuando sabemos que poco a poco este problema nos va consumiendo por dentro, pero… en la mayoría de las ocasiones hablar sobre sexualidad no es bien visto.
El «niño, de eso no se habla» está grabado profundamente en nuestro cerebro por nuestros padres: se puede hablar de política, de economía, de religión, de fútbol, de cocina… prácticamente de cualquier cosa.
Terapia sexual ¿por qué no?
No hay dudas que la viagra ha sido una solución a los problemas de la disfunción eréctil en el hombre y hay muchos que piensan que en el caso de las disfunciones sexuales femeninas será también una solución milagrosa, pero a pesar de estar aprobada su uso desde el año pasado por la FDA (Agencia reguladora de los medicamentos y los alimentos en los Estados Unidos), la famosa pequeña píldora rosada sigue siendo objeto de controversia.
Mientras expertos en sicología, sociología, siquiatría, urología, ginecología, médicos de la familia, neurólogos y endocrinólogos tratan de encontrar solución al tan frecuente problema de las disfunciones sexuales, hay coincidencia en afirmar que junto a los problemas de índole biológicos y médicos, los temas relacionados con la sicología siguen ocupando un papel primario o secundario en las disfunciones sexuales.
Muchas parejas hoy en día sufren de dificultades de índole sexual, por el simple hecho de no tener una comunicación franca y abierta entre ellos. Los estereotipos de nuestra sociedad, y especialmente en Iberoamérica, definen de forma muy rígida los roles del macho y la hembra. Ya no es sólo que los problemas de casa se resuelven en casa, sino que a veces ni siquiera se puede ser comunicativo dentro de la misma cama.
Todo lo anterior conlleva a que los temas sobre la sexualidad y las relaciones de la pareja formen una parte muy importante de las alternativas actuales para enfrentar la vida y el bienestar de la pareja y como consecuencia de la familia.
La importancia de la terapia sexual
En ocasiones dos personas no se ponen de acuerdo entre ellas sobre un tema. Entonces ¿qué hacen? Buscan a un tercero, de preferencia que sea un experto en la cuestión, que actúe como mediador.
Esta práctica, que tiene sus raíces en los mismos orígenes de la comunidad humana, es la base de la terapia sexual. Cuando una pareja se enfrenta a dificultades que pueden poner en peligro su relación, es simplemente lógico buscar ayuda en un profesional.
Uniendo la mente y el cuerpo
Muchos problemas derivados de la sexualidad tienen que ver más con la mente que con la capacidad fisiológica para realizar un acto sexual.
El ser humano tiene la característica de que se siente tal como piensa, y nuestro pensamiento influye entonces en nuestras acciones. Al ser la sexualidad la mezcla de factores tanto físicos como psicológicos, la forma en que pensamos influye en nuestro desempeño sexual.
Digamos, por poner un ejemplo, que el señor X siente que su pareja no alcanza el orgasmo durante una relación. Piensa que es porque no logra mantener una erección el tiempo suficiente. Entonces, penetrará a la Sra. X. antes; cuando lo que en realidad hacía falta era un período de excitación mayor. La Sra. X, que no dijo nada, se siente más insatisfecha que antes, y el señor X lo nota, así que se siente más inseguro.
Se establece entonces un círculo vicioso que va deteriorando cada vez más las relaciones sexuales de esta pareja, que no es capaz por sí misma de encontrar la solución.
La terapia sexual cognitiva-conductual
Si el señor y la señora X acuden a una terapia sexual, el especialista será capaz, luego de conversar con ellos abiertamente sobre lo que está sucediendo, de identificar y corregir el problema. Para ello dispone de numerosas técnicas y herramientas de probada efectividad.
Las disfunciones sexuales, tanto masculinas como femeninas, pueden tener un componente orgánico que un médico puede determinar. Pero la mayoría de las veces son producto de nuestras incomprensiones, miedos e inseguridades. Es ahí donde la terapia sexual resulta mucho más efectiva que un enfoque medicamentoso.
Razones para acudir a una terapia sexual
- Lograr una relación de pareja saludable y sana
- Establecer una relación sexual satisfactoria para ambos miembros
- Vencer las disfunciones sexuales tales como:
- inhibiciones
- dificultades de la estimulación
- problemas de erección
- eyaculación precoz
- anorgasmia
- vaginismo
- dispaurenia
Rompiendo mitos sobre la terapia sexual
- Aunque en la terapia sexual se habla mucho sobre el tema, NUNCA existe ningún tipo de actividad sexual en la consulta.
- El terapeuta NUNCA toca a ningún miembro de la pareja.
- Todas las orientaciones del profesional son para realizar en casa.
- Si se detecta que existe algún componente orgánico de la disfunción, el terapeuta le remitirá a otro especialista.
- La reeducación sexual es un proceso que toma su tiempo. Aunque los efectos beneficiosos de la terapia se perciben a corto plazo, no son de la noche a la mañana.
Lo más importante…
Asistir a una terapia sexual no es un pecado, deja la vergüenza a un lado y enfrenta los problemas que te limitan disfrutar de una vida saludable y feliz al lado de la persona que amas.
La terapia sexual es una herramienta terapéutica de un valor inestimable, ha demostrado en la práctica que puede darle solución a los problemas que limitan la satisfacción sexual de millones de parejas en todo el mundo.
Nuestro mejor consejo… es que confíes en ella y se tomen de la mano y juntos se den una oportunidad de disfrutar una vida sexual plena y beneficiarse de los efectos favorables del sexo para la salud, el bienestar, la relación de la pareja y la familia.
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