Ya te hemos hablado en más de una ocasión en nuestra web sobre el libro La magia del orden. ¿Por qué un libro es protagonista de un artículo en una web sobre salud y estilo de vida saludable? Precisamente porque sus beneficios van mucho más allá de mantener tu casa limpia y ordenada. Para su autora, Marie Kondo, aplicar su método tendrá incidencia directa sobre nuestro estado físico y mental, especialmente el segundo. Pero no todo es un camino de rosas. Y es que, como en todo, a la hora de llevarlo a cabo nos podemos encontrar con algunos problemas del Método KonMari que nos pueden llevar a desesperar e incluso a querer abandonar la tarea.
Es por ello que hoy queremos hablarte precisamente de esto, de los problemas del Método KonMari, para que, llegado el momento, sepas reconocerlos, enfrentarte a ellos y que no puedan con tu propósito de tener la casa ordenada para siempre.
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Los problemas del Método KonMari que te pueden surgir
¿Todo en un solo día? ¡Imposible!
Una de las máximas premisas que nos da Marie Kondo en su libro La magia del orden es que debes empezar y terminar con la limpieza en el mismo día. Esto, en un hogar japonés pequeño, quizás sea algo factible o si no tienes tu casa muy desordenada ni has acumulado demasiados trastos a lo largo de tu vida.
Sin embargo, si tienes un hogar de dimensiones normales y como cualquier hijo de vecino tienes suficientes objetos materiales, va a llegar un momento en el que pienses, ¡imposible! ¡No termino hoy!
¿Dónde está la clave? Anticípate. Ya te lo advertimos. Es muy difícil que empieces y termines el mismo día, por lo que te recomendamos que comiences tu jornada con esto en la cabeza. Madruga, empieza temprano y araña todas las horas que puedas al reloj. Evita distracciones: deja el móvil en otra habitación para no estar consultándolo cada dos por tres, intenta estar solo y no pares para hacer la comida o salir a tomar un café. Trata de organizar las horas por categorías y así irás viendo cómo vas de bien o de mal en cuanto al tiempo.
Si aún así no consigues tu objetivo de terminarlo en un día, date una pequeña concesión y hazlo en dos, pero es importante que se trate de dos días consecutivos (por ejemplo, sábado y domingo). Mejor eso que dejarlo a medias.
Mi ropa no se mantiene en pie:
Otra de las enseñanzas de Marie Kondo es cómo doblar la ropa. Tienes que guardarla de forma vertical y no horizontal apilada una sobre otra como hemos venido haciendo desde siempre, por lo que es posible que al principio te cueste trabajo y no consigas que se mantenga en pie.
Esto tiene una explicación: lo estás haciendo mal. De hecho, cada prenda tiene una forma diferente de mantenerse en pie, aunque el proceso de doblado sea el mismo, por lo que te recomendamos que lo tengas en cuenta y pruebes de diferentes maneras. También te servirá mirar fotos en internet o incluso vídeos en Youtube.
Presta mucha atención al proceso de doblado, ya que de él dependerá parte del éxito del Método. Además, es importante que lo hagas bien y con mimo con cada prenda, para evitar que se arruguen al guardarlas o que vayan perdiendo forma con el paso de los días.
Siento que estoy desechando menos de lo que me gustaría:
Otra clave y otro de los problemas del Método KonMari está relacionado con desechar. Y es que para ordenar primero tenemos que tirar y deshacernos de aquello que solo nos ocupa espacio y que no es importante para nuestra vida.
Pero, según tus características personales, es posible que te cueste más de la cuenta el acto de tirar cosas. En este caso, debes pararte bien con cada objeto, aunque esto te lleve más tiempo y hacerte varias preguntas: ¿me hace feliz? ¿Me lo volvería a comprar? ¿Puedo vivir sin él? ¿Me hace la vida más fácil? ¿Lo quiero o lo necesito? Si respondes que no… ya sabes dónde debes ir.
Por último, te recomendamos que cada vez que hayas terminado ya con el montón de cosas que quieres mantener, vuelvas a darle un repaso. Te sorprenderá ver la cantidad de cosas que en un primer momento habías decidido mantener y que finalmente te das cuenta que también debes desechar, especialmente cuando se trata de cosas de «komodoro».
Por otro lado, te recomendamos no agobiarte con este tema. Es cierto que Marie, en su libro, nos habla de varios casos en los que sus clientes llegaron a desechar hasta 200 bolsas de basura. No es una competición, no consiste en que tires por tirar, si no sepas lo que debes mantener.
No sirve de nada si el resto de mis compañeros de hogar no se involucran:
Sin duda, entre los problemas del Método KonMari, este es para mí uno de los más importantes. Si vives solo, no habrá problema, pero en el momento en que vivimos acompañados nos podemos encontrar con que nuestros compañeros de hogar (familia, amigos, pareja…) no participan ni quieren poner en marcha el Método KonMari. Es muy difícil que les hagas cambiar de opinión, ya que esto a fin de cuentas no es más que una decisión personal de vida, pero sí puedes sentarte a hablar con ellos y pedirles su ayuda.
Explícales que es importante para ti, hazles partícipes del proceso y pídeles que lo tomen como si fuera una tarea más del hogar. Háblales del Método y diles que si lo hacéis en un fin de semana, nunca más tendréis que ordenar. Seguro que se convencen. ¿A quién no le gusta vivir en un ambiente limpio, ordenado y más simple? No te rindas y trata de hacer de tus compañeros de hogar, tus aliados con el Método. Les necesitas, ya que crear y mantener el orden es cosa de todos.
El desorden vuelve:
Por último, entre los problemas del Método KonMari, te puedes encontrar con que el desorden vuelve. Esto es sin duda porque no has hecho algo bien. Y te vamos a explicar el qué.
Es posible que hayas desechado bien y mucho, que tu hogar se haya quedado muy ordenado y que te sientas realmente bien. Sin embargo, con el paso de los días, se te enciende una alarma interna al ver que poco a poco se va perdiendo esta paz que has conseguido crear para tu hogar.
En este caso, la respuesta es simple: has cambiado tu hogar, pero no has cambiado tú. Haz un ejercicio psicológico, convéncete de que el orden es un plan de vida y quita estas rutinas que no te favorecen, como la de dejar la ropa tirada en la butaca al llegar de la calle o la de fregar los platos mañana. Con 15 minutos al día bastará para que tu hogar esté siempre ordenado y en paz.
Además, también recuerda que debes dejar de comprar compulsivamente y volver a llenar tu casa de objetos que no necesitas. Cada vez que te topes con uno, ¡tíralo!
Y tú, ¿con qué problemas del Método KonMari te has encontrado después de tratar de ponerlo en práctica?
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