Que la mayoría de nosotros bebemos demasiados refrescos con azúcar, es algo que casi todos asumimos y sin embargo parece que no nos preocupa. A la hora de calmar la sed, nunca nada va a ser mejor que el agua, un elemento imprescindible para nuestro organismo. Otras opciones como los zumos y batidos naturales de frutas, la leche o las infusiones son grandes alternativas si queremos tomar algo con un poco más de sabor.
En cualquier caso, parece que los refrescos con azúcar no son una gran idea: esa explosiva bomba de azúcares, calorías y gas no es la mejor opción cuando la sed acecha. Y tiene una explicación.
Hoy queremos contarte por qué no es bueno beber refrescos con azúcar si tienes sed. Sigue leyendo y te sorprenderán las razones.
TAMBIÉN TE RECOMENDAMOS: BEBER AGUA ES SANO, PERO… ¿ES BUENA IDEA HACERLO POR LA NOCHE?
Refrescos con azúcar, un enemigo con mucho sabor
La sed no es otra cosa que una respuesta del hipotálamo a una necesidad fisiológica. Cuando el cerebro detecta que los niveles de líquido en nuestro cuerpo se acercan a los límites no saludables, envía una orden camuflada bajo el síntoma de la sed para que remediemos esta situación. Parece por tanto lógico que, si es este es el motivo por el que se origina la sed, el agua sea el líquido más adecuado.
Sin embargo, tendemos a calmar la sed con refrescos azucarados. ¿Qué ocurre si tomamos estas bebidas? Aunque en un primer momento puede parecer que la sed ha desaparecido, al cabo de unos minutos volverá con más intensidad, ya que el alto contenido en azúcar no es precisamente lo más indicado para reducir la sed.
Además, cuando tenemos sed tendemos a beber con más ganas y en mayor cantidad: un solo vaso de refresco suele aportarnos en torno a 150 calorías de metabolización lenta, que unida al contenido de azúcar es una bomba para la báscula si acudimos a ellos cada vez que tengamos sed en lugar de tomar agua.
Por otra parte, la salud bucal tampoco sale ganando con la decisión de beber refrescos azucarados, tanto por el contenido de azúcar como por los ácidos cítricos presentes en estas bebidas. Aquellos que los consumen diariamente tienen mucha más predisposición de sufrir caries y otros trastornos bucales que quienes consumen principalmente agua.
Siguiendo con el tema de la salud, la diabetes es otro de los enemigos que acechan tras el inocente vaso de refresco con azúcar. Evidentemente, un consumo moderado no va a provocar que padezcamos diabetes en la edad madura, pero si nos excedemos con las cantidades sí que podemos vernos abocados a una diabetes provocada por unos hábitos poco saludables.