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Los peligros de las dietas monoingredientes

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Los peligros de las dietas monoingredientes

A la hora de perder peso, lo ideal siempre sería acudir a un profesional que confeccione un plan nutricional a tu medida basándose en tu peso, tu altura, tu edad, tus gustos y tus hábitos. Coger prestada la dieta de una amiga o una dieta preconfeccionada en Internet no es una buena idea ya que no a todos lo mismo nos da idénticos resultados.

Además, si no consigues quitarte esos kilos de más es posible que tu metabolismo, tu constitución o cualquier otro aspecto estén paralizando el proceso de pérdida de peso. ¿Y si lo que necesitas es perder líquidos y no grasa, o al revés? Con un estudio antropométrico un profesional puede determinar tu mejor manera para perder peso.

Sin embargo, entendemos que en ocasiones acudir a un nutricionista se nos hace cuesta arriba, bien sea por cuestiones económicas, por falta de tiempo o porque en tu pueblo no existe este servicio. Hacer tu propia dieta puede no ser una mala idea si utilizas el sentido común: huye de las dietas monoingredientes, las dietas milagro y aquello poco saludable. 

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Entre las dietas monoingredientes, la Dieta de la Piña es probablemente la más popular

Dí NO a las dietas monoingredientes

Las dietas monoingredientes son algunas de las más populares, pero también las más peligrosas. ¿Quién no ha oído hablar de la Dieta de la alcachofa, la Dieta de la Piña o la Dieta de la Sandía? Sí, todos son ingredientes sanos y con muchos beneficios, pero la clave de una buena salud está en seguir una alimentación equilibrada.

Nuestro cuerpo necesita proteínas, vitaminas, minerales, aminoácidos, incluso grasas, y consumir sólo un ingrediente no logrará proporcionarnos todos los valores nutricionales que requerimos.

Esto no quiere decir que un día al mes lo utilicemos de «desintoxicación» y tomemos por ejemplo solo frutas. Esta rutina la siguen muchas personas y funciona bastante bien, ya que ayuda al cuerpo a depurarse, pero nunca debe realizarse con mayor frecuencia ya que corremos el riesgo de caer enfermos por tener una alimentación deficiente.

¿Cómo saber si mi dieta está funcionando?

Tanto si estás siguiendo una dieta marcada por un nutricionista como si tu plan nutricional te lo has confeccionado tú mismo, es primordial cuantificar los resultados que estamos obteniendo con ella para saber si estamos haciéndolo bien o debemos cambiar algo.

alimentación sana
Por encima de cualquier valor estética, llevar una alimentación sana y variada siempre debe ser tu máxima prioridad

Como resulta evidente, la báscula será el primer indicador que nos diga si estamos teniendo éxito en nuestra dieta o no. Pero no es el único. Es posible que estemos perdiendo volumen pero no peso, en este caso, la ropa nos indicará si vamos por el buen camino: ¿esos pantalones que antes te estaban muy apretados por fin te dejan respirar? Enhorabuena, tu cuerpo ya ha comenzado a perder volumen.

También lo notaremos en nuestro estado físico: si te sientes cansado, es posible que tengas alguna deficiencia alimentaria, revisa tu menú para comprobar si faltan vitaminas, minerales, etc, ya que este suele ser una clara consecuencia de las dietas monoingredientes; si te notas más pesado e incluso te cuesta moverte, es posible que estés reteniendo líquidos. Busca aliados contra la retenciónte notarás más ligero a la vez que mejoras tu salud.

Dieta y ejercicio, el tándem perfecto

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Combinar dieta y ejercicio nos garantiza el éxito para el cumplimiento de nuestros objetivos

Los expertos siempre llevan de la mano a la dieta y al ejercicio, los compañeros perfectos de fatigas para ayudarte a perder peso. Sin embargo, la falta de fuerza de voluntad para seguir una dieta o la pereza a la hora de hacer deporte consiguen que en la mayoría de las ocasiones optemos por uno u otro a la hora de perder peso.

Un error muy común que aminora la velocidad a la que perdemos esos kilos de más, además de no conseguir los resultados deseados. Una de las consecuencias de no hacer ejercicio es que tras perder peso nuestra piel queda flácida. 

Además, con el deporte también conseguiremos perder en aquellas zonas más indeseadas. Por ejemplo, si con la dieta pierdes cintura pero tus cartucheras siempre siendo tuyas, focaliza el ejercicio en este zona: bicicleta, running, sentadillas… Si eliges un ejercicio que te guste será la clave para no abandonarlo.

Olvida las dietas monoingredientes y el sedentarismo y haz de perder peso una tarea sana, un plan de vida para lograr el cuerpo que deseas mientras cuidas tu salud.