Desde antaño, el humo del incienso ha sido utilizado en numerosos ritos y tradiciones, tanto religiosas como paganas, llegando a nuestros días a ser parte también de nuestros hogares. Y es que, ¿quién no ha encendido alguna vez una varita de incienso en su casa para darle un toque acogedor e íntimo?
Este gesto con buenas intenciones es en realidad un problema para nuestra salud. Nos aporta paz, nos relaja, sí, eso no lo vamos a negar, pero el humo del incienso trae consigo «malos humos» peores incluso que los del propio tabaco.
¿No te lo crees? Sigue leyendo y te convenceremos.
Descubre por qué el humo del incienso es perjudicial para la salud
Por creencias religiosas (el incienso está relacionado con la capacidad de atraer o repeler buenas y malas energías) o simplemente porque nos gusta y nos relaja, el incienso es un básico en nuestros hogares.
Lo encendemos sin tener en cuenta si hay niños cerca y con el desconocimiento de no saber que en realidad es un gente muy perjudicial para la salud. Paradójicamente, hay quienes lo utilizan como tratamiento natural de enfermedades o dolencias; por ejemplo, el incienso de menta o el incienso de eucalipto nos ayuda a mejorarnos de ciertas enfermedades respiratorias.
Sin embargo, el humo del incienso que respiramos es más peligroso que el propio humo del tabaco. Esta afirmación la ha realizado la Universidad de Tecnología de South China. Para el estudio se ha basado en la presencia de citotóxicos y genotóxicos, con mayor concentración en el incienso que en los cigarrillos.
Al inhalar estas sustancias, corremos el riesgo de padecer alguna enfermedad de tipo inflamatoria, respiratoria o incluso desarrollar un cáncer.
Pero no solo los investigadores chinos se han mostrado reacios a encender incienso. También la OCU ha suscrito esta teoría afirmando que una casa donde se quema incienso de forma habitual, es tan tóxica como la de un fumador.
¿Cómo podemos evitar estos peligros si nos gusta el incienso?
Parece que la solución más lógica es eliminar por completo el humo del incienso de nuestra vida. Pero si no quieres renunciar a él, utiliza al menos estas medidas de prevención:
- Quema incienso solo en lugares bien ventilados, evitando espacios cerradas donde se pueda acumular el humo.
- Compra inciensos naturales que hayan sido elaborados sin la presencia de químicos. De este modo, evitaremos «tragarnos» un humo que en realidad está compuesto por químicos tóxicos.
- Vigila tu salud. Si inhalas habitualmente el humo del incienso, hazte un chequeo y comprueba que tu salud está bien, especialmente en lo que se refiere a posibles enfermedades respiratorias, las primeras en manifestarse.
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