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Gestión financiera doméstica: cómo maximizar tu dinero para que cunda más

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Gestión financiera doméstica: cómo maximizar tu dinero para que cunda más

Dicen que el dinero no da la felicidad y eso es algo en lo que todos, si tenemos un par de dedos de frente, estaremos de acuerdo. Pero también estamos de acuerdo en que sin él también es muy difícil ser feliz, ya que es imprescindible para casi cualquier paso que queramos dar en la vida. Teniendo las necesidades básicas cubiertas, el resto es solo secundario. Sin embargo, ¿a quién no le gusta darse un capricho de vez en cuando? ¿Quién no querría vivir con la tranquilidad de irse a dormir sabiendo que tiene un colchón en el banco para posibles contratiempos? Hoy te ayudamos con este tema. A muchos de nosotros nos preocupa la gestión financiera doméstica, una «asignatura» que lamentablemente no enseñan en los colegios y que de mayores no todos sabemos llevar al día.

Si quieres saber cómo maximizar tus ingresos, cómo repartir tus gastos y cómo deberías enfocar a partir de ahora tu plan económico, sigue leyendo que te vamos a contar todas las claves para que consigas un presente y un futuro mejor en términos de economía.

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Trucos para una mejor gestión financiera doméstica

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Lo primero que te debes preguntar es: ¿cómo gestionas los ingresos que llegan a tu casa? La mayoría de nosotros tenemos solamente una cuenta y en ella incluimos todo el dinero que entra. Es lo más cómodo, pero no es lo mejor. ¿Por qué? Porque realmente, de este modo, no estaremos controlando bien los gastos y los ingresos que estamos teniendo cada mes.

Los expertos aconsejan tener 4 cuentas diferentes y repartir, cada mes, el dinero según los ingresos que tengamos. Suma todos los ingresos y una vez al mes divídelo haciendo transferencias (vigila que no te las cobre tu banco) en cuatro partes que deberán seguir la siguiente proporción.

Gastos habituales: 50%

Esta cuenta parece lógica. La mitad de tu sueldo debe ir destinado a los típicos gastos que todos tenemos y que son inevitables: hipoteca o alquiler, facturas de luz, agua, Internet, teléfono…, seguros, cuota de coche, etc. Si ves que los gastos superan en 50% a tus ingresos, algo estás haciendo mal.

Repasa todos los gastos que tienes e intenta ajustarlos. Quizás deberías buscar una compañía telefónica más económica o mirar cómo ahorrar en la factura de la luz. Lo importante es que, para vivir bien, los gastos habituales no deben superar el 50% de tu sueldo.

Ocio: 20%

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Para vivir feliz hay que disfrutar. El 20% de tu sueldo deberías destinarlo a ocio. Ir al cine, salir a cenar, comprarte un libro, entradas para el parque de atracciones… Tener una cuenta aparte para lo que gastas en ocio te ayudará a controlar mejor este gasto. En muchas ocasiones es superior a lo que piensas. Si tomas la costumbre de ir varias veces por semana al bar es posible que no te des cuenta de todo lo que estás gastando en esa cervecita que parece tan barata pero que al final de mes suma y mucho.

Además, tener cierto control sobre lo que gastas en ocio también te ayudará a disfrutarlo más y a valorar más el dinero. Si un mes te estás pasando, apriétate el cinturón. Si vienen vacaciones, también ten en cuenta que ese mes gastarás más en esta cuenta. Tener un control te ayudará a valorar más el dinero y lo que haces con él.

Si no te llega para todo lo que te gustaría hacer, entonces es evidente que necesitas conseguir más ingresos. ¿Cómo? Buscando una fuente de ingresos extra, tratando de conseguir un aumento en tu trabajo o incluso cambiando de empleo. No te olvides que a fin de cuentas trabajas para vivir y el sueldo es una parte importante del mismo.

Inversión: 20%

Hay quienes dividen esta cuenta en un 10% para ahorro y otro 10% para inversión. Evidentemente depende de tu nivel de ingresos. Ten en cuenta que puedes hacer este 10% / 10% o solo un 20% para inversión. ¿Qué entra en esta categoría? Fondos del banco, bolsa, incluso apuestas deportivas.

Ten en cuenta que este debe ser dinero que no vayas a necesitar a medio plazo. Si vas muy ajustado a final de mes, esta debe ser la cuenta que no deberías hacer crecer. Invierte o apuesta solo en el caso de que te sobre dinero a fin de mes y quieras moverlo para tratar de maximizarlo y tener beneficios extra.

Nunca te pases de esta cantidad. Si pierdes, que sea dinero que no te vaya a doler. Es más, deberías partir de la base de que este 10% o este 20% lo has perdido. Si lo recuperas con beneficios, genial. Si no, no pasa nada. Mueve el dinero con cabeza, es muy importante que lo hagas así para evitar que pierdas algo que te hará falta el día de mañana.

Gastos extraordinarios: 10%

Por último, la cuarta cuenta debe estar destinada a gastos extraordinarios. Conserva el 10% de tu sueldo para hacer frente a imprevistos tales como multas de tráfico, la reparación de un electrodoméstico que se ha roto o similares. Algunos meses no tenemos gastos imprevistos, por fortuna, pero otros meses vienen todos juntos. Por ello es tan importante que tengamos una cuenta de este tipo para tratar de hacer frente a los meses en los que se acumulen los imprevistos.

Cómo mejorar la gestión financiera doméstica

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El primer paso para la gestión financiera doméstica es trazar un plan. Pon sobre la mesa un listado de todos tus ingresos. Ahora, haz lo mismo con todos tus gastos. Plantéate si podrías ganar más (sin sacrificar tu tiempo libre) y si podrías gastar menos. Seguro que hay gastos que no están justificados. Por ejemplo, ¿sigues queriendo la suscripción a esa revista en la que llevas desde hace años? ¿De verdad no podrías hacer algo para gastar menos luz? ¿La factura de tu teléfono no se podría reducir con otra tarifa más económica?

Descubre gastos que ni siquiera recordabas que existían y a partir del próximo mes organiza tus cuentas de la manera que te hemos dicho. Verás como en unos meses notarás que la gestión financiera doméstica ya no es tu asignatura pendiente, que el dinero te cunde más, lo que hará que parezca que ganas más y que valoras más el dinero destinado a ocio al haberte puesto un tope. No tener orden ni control en lo que gastas, aunque no tengas problemas económicos, hace que realmente no disfrutemos ni le demos valor al dinero que entra en casa y que tanto nos cuesta ganar.

Es importante también que conciencies al resto de tu unidad familiar de seguir este nuevo plan de gestión financiera doméstica, ya que todos debemos colaborar cuando las cuentas bancarias son comunes.

No esperes al inicio de año, a la vuelta de vacaciones o a otro mes para empezar a hacerlo. Empieza el próximo día 1. Hoy todavía puedes ir organizando la información, abriendo las cuentas bancarias oportunas y trazando el plan para tu nueva vida financiera. Verás como en unos pocos meses notas los resultados y te alegras mucho de haberlo hecho de esta manera.

Y tú, ¿sigues algún plan de gestión financiera doméstica diferente a este? Cuéntanoslo para saber cómo gestionas tu dinero y encuentras nuevas alternativas igual de válidas.

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