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Dolor en el dedo gordo del pie. ¿Podría ser ácido úrico elevado o gota?

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Dolor en el dedo gordo del pie. ¿Podría ser ácido úrico elevado o gota?
La gota produce inflamaciones en las articulaciones que suelen ser muy dolorosas.

Los dolores articulares pueden obedecer a diferentes causas las cuales hemos descrito en ocasiones anteriores, pero si sientes un dolor súbito y agudo muy fuerte en la articulación del primer dedo del pie, conocido como dedo gordo o en términos médicos articulación metatarso-falángica, es muy probable que tengas ácido úrico elevado o gota.

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Este dolor se describe como si se estuvieras sintiendo una quemadura por dentro y al observar tu dedo puede estar enrojecido e inflamado y no es para menos,  porque está ocasionado por la deposición de cristales de ácido úrico en el interior de la cápsula articular, lo que ocasiona su inflamación dando origen a la artritis gotosa.

Obras literarias y artísticas han inmortalizado el dolor tan intenso provocado por la gota
El dolor tan intenso en el dedo gordo del pie producido por la gota ha sido objeto de representaciones artísticas

Esta es la localización más frecuente de los dolores artríticos de la gota pero pueden también presentarse en el tobillo, en el codo, la rodilla, la muñeca y hasta en varias articulaciones a la vez. También se pueden producir depósitos de estos cristales en las orejas.

Contenido

¿Por qué se produce el ácido úrico elevado o gota?

En un artículo anterior de este blog titulado: ÁCIDO ÚRICO: ¡PARA BIEN Y PARA MAL!, se describen las importantes funciones que este metabolito desempeña en el organismo humano. A manera de resumen el ácido úrico presente en nuestro organismo proviene de la degradación de las purinas presentes en las proteínas de la dieta y de su producción endógena y está asociado con el recambio celular.

Los niveles en la sangre del ácido úrico dependen del balance entre sus tasas de producción y de eliminación. Las dos terceras partes de las purinas es generada a partir de la degradación de las propias células del organismo, el tercio restante es a partir del aportado por los alimentos que se consumen.

Aproximadamente el 70% del ácido úrico producido o consumido es excretado por el riñón, el resto es eliminado por las vías biliares e intestinales. Casi el 90% de los casos de hiperuricemia se corresponden con un defecto en la eliminación renal de este metabolito.

La gota se produce como consecuencia del depósito de cristales de ácido úrico en las articulaciones
Los cristales de ácido úrico se depositan en las articulaciones cuando sus niveles son excesivos dando origen a los síntomas de la gota

Cuando el ácido úrico no es excretado o se produce en demasía, aumenta  su concentración en el organismo provocando un aumento de los niveles de ácido úrico o hiperuricemia y dando origen en muchos casos a la ocurrencia de depósitos de sus cristales en las articulaciones lo que es conocida como gota.

El ácido úrico elevado o gota: no solo es una enfermedad de reyes

Tradicionalmente se ha asociado al ácido úrico elevado o gota con los excesos de comida y de ingestión de bebidas alcohólicas. Las primeras referencias conocidas de esta enfermedad se remontan al 1500 a. C., en el Papiro de Ebers.

Esta enfermedad era llamada antiguamente la «enfermedad de reyes», pues solo las personas pudientes podían tener incorporadas en su dieta suficientes carnes rojas como para que apareciese la enfermedad. Carlos V la padecía. Felipe II de España, quien comía casi exclusivamente carne, padeció de esta enfermedad hasta el punto que le tuvo postrado los últimos diez años de su vida. Llegó incluso a perder la movilidad de su mano derecha, por lo que no podía firmar edictos.

Hoy en día, con el amplio acceso a los alimentos por un sector mayoritario de la población mundial, se estima que 3 de cada 1000 personas la padecen. En cuanto al sexo de los afectados, el 95% son hombres, aunque se cree que no se deba a cuestiones genéticas sino sociales.

El ácido úrico elevado o gota se diagnóstica generalmente después de los 30 años, y entre el 10 al 20% de los casos tiene antecedentes familiares, por lo que no se descarta un componente genético en la enfermedad, también se postula su posible origen inmunitario.

Importancia de la gota en España

En España ha habido un resurgimiento y en las dos últimas décadas ha crecido en un 50% su presencia. Según los datos del pasado año se estima que afecta entre el 1 y 2% de la población. Estas cifras se elevan en los hombres mayores de 70 años donde puede llegar hasta un 5% de la población.

De los afectados por ácido úrico elevado o gota el  97% son hombres en una edad media de 54 años. Se estima que la tercera parte de los españoles que padecen esta enfermedad ven afectada sus actividades diarias.

El organismo humano es sabio y se protege…

Se considera que el ácido úrico está alto cuando sus niveles al ser determinados en sangre son superiores a 6,8 mg/dL (400 µmol/L). Por encima de esta concentración el ácido úrico precipita.

Cuando el ácido úrico tiene valores por encima de los normales, el organismo humano busca protección y fundamentalmente el corazón, es por eso que trata de alejarlo y lo envía a las extremidades, y lo acumula en las articulaciones y se forman allí unas protuberancias que no son más que depósitos de cristales de ácido úrico conocidas como “tofos”.

Todo lo anterior es lo que fundamenta la aparición de la gota. Si el depósito de los cristales ocurre en los riñones puede dar origen a la formación de cálculos renales.

Aumento de la concentración en sangre del ácido úrico elevado o hiperuricemia

Generalmente cuando las concentraciones de ácido úrico están elevadas en sangre no hay síntomas, es la etapa previa a la instauración de la gota y el paciente no sufre molestias, solo se detecta en un chequeo de rutina al determinar sus concentraciones en sangre.

Tener el ácido úrico elevado no quiere decir que tendrá gota, la mayoría de las personas no desarrollan la enfermedad  siempre y cuando tomen las medidas adecuadas. Sin embargo, se puede presentar si se forman en el cuerpo cristales de ácido úrico en cantidades excesivas.

Ataque de gota o crisis agudas de gota

Aparece un dolor agudo en el dedo gordo del pie (podagra). El dedo se inflama y aparece una sensibilidad extrema al roce. Al progresar la enfermedad, las crisis agudas se hacen más frecuentes y largas, y quedan molestias residuales. Los ataques se extienden a las piernas.

La gota se asocia a una inflamación y dolor muy agudo en el dedo gordo del pie
El dolor súbito, repentino y muy agudo en el dedo gordo del pie es una de las fundamentales características de la gota

Luego de años de ataques de gota aguda, pueden aparecer acumulaciones de ácido úrico en orejas,  dedos, codos y tendones. Las crisis son más prolongadas y ocurren deformaciones articulares por destrucción del hueso. Con el diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, esta enfermedad puede controlarse y no llegar a esta fase.

Además de las crisis, los pacientes con gota pueden presentar complicaciones nefrológicas como litiasis úrica, nefropatía aguda por ácido úrico y nefropatía por urato.

La gota y las enfermedades asociadas

En los criterios médicos actuales sobre el ácido úrico alto o gota está demostrado por diversos trabajos científicos que las personas que padecen de estas manifestaciones muy frecuentemente se acompañan de otras enfermedades que implican la mayoría de ellas un mayor riesgo cardiovascular.

Entre las enfermedades que se asocian a ella se encuentran la hipertensión arterial, la enfermedad renal crónica, diabetes mellitus, hiperlipidemia, obesidad, síndrome metabólico y la ya mencionada litiasis renal.

Todo lo anterior fundamente que en la estrategia de tratamiento se les confiera un gran peso a las medidas de estilo de vida, que no solo están enfocados en disminuir los niveles de ácido úrico también a mejorar el riesgo cardiovascular y la salud del paciente en su conjunto.

La buena noticia la gota tiene solución

La gota es una enfermedad molesta, dolorosa, pero no es grave y si es atendida y se siguen las recomendaciones médicas puede mantenerse a raya y evitarse las molestas crisis.

Hay tres pilares en el tratamiento: hábitos dietéticos, ejercicio  físico y fármacos.

Dolencias por gota
La gota produce inflamaciones en las articulaciones que suelen ser muy dolorosas.

Hábitos dietéticos

El enfoque actual sobre las recomendaciones alimentarias no es prohibir, es limitar el consumo de algunos alimentos y básicamente llevar una dieta equilibrada con productos con bajos contenidos de purinas, con una restricción calórica gradual, baja en grasas  y complementada con el ejercicio físico.

Pueden consumirse con moderación asados de pescados (evitar  los llamados pescados azules como las anchoas, sardinas y arenques, trucha y salmón), aves y conejo, espárragos, maní, legumbres, hongos y espinaca.

Sin embargo, debe restringirse al mínimo o eliminarse el consumo bebidas alcohólicas, las bebidas a base de colas y carbónicas, los alimentos embutidos, las vísceras, las carnes bovinas y porcinas, las mayonesas y las sopas industrializadas.

En una encuesta efectuada en el 2016 se encontró que siete de cada diez españoles que padecen gota cambiaron sus hábitos alimentarios cuando fueron diagnosticados con la enfermedad, pero un 37% lo hace solo cuando sufre un ataque.

La deshidratación favorece la aparición de ataques de gota de ahí que tomar más de 2 litros de agua al día es básico y más aún durante el verano.

Unida a las recomendaciones anteriores se debe evitar los ayunos prolongados.

Ejercicio  físico

También se recomienda que el enfermo realice ejercicios físicos, pues ayuda a mantener un peso ideal o cercano a su óptimo de Índice de Masa Corporal (CMC), mejora la circulación y regula la presión arterial. Ejerce un efecto beneficioso para la prevención del riesgo cardiovascular presente en la mayoría de los pacientes con ácido úrico elevado.

Un incremento de la adiposidad y el sobrepeso y la obesidad están asociados a niveles de ácido úrico más elevados y a un mayor riesgo de tener gota, mientras que la reducción del peso está relacionada con menores niveles de ácido úrico.

Diversos trabajos demuestran que cuando una persona con sobrepeso u obesidad disminuye el peso, ayuda sustancialmente a disminuir los niveles de ácido úrico y los ataques de gota. Al mismo tiempo contribuye a la reducción del riesgo cardiovascular y sus indeseables secuelas.

A pesar de todos estos efectos beneficiosos de la actividad física y la calidad de vida en la encuesta previamente referida se encontró que más del 55% de los afectados no la realiza.

Fármacos

Es compartido el criterio de que las personas con hiperuricemia  sin síntomas deben modificar el estilo de vida y no consumir fármacos a no ser que sus niveles de ácido úrico estén muy por encima de los valores normales.

Durante las crisis gotosas los fármacos más utilizados son los Antinflamatorios no esteroideos (AINES)  y los analgésicos. Uno de los más empleados es la indometacina, inicialmente se puede comenzar con 75 mg y continuar con 50 mg cada 6 – 8 horas hasta que haya una mejoría o recesión de la crisis.

En la actualidad existen numerosos medicamentos para reducir el ácido úrico elevado o gota, de probada eficacia y en muchas ocasiones es necesario recurrir a ellos sobre todo cuando se ha instaurado la gota y se ha convertido en crónica.

En general los medicamentos contra la gota actúan impidiendo la formación del ácido úrico o favoreciendo su eliminación por el riñón. La elección de uno u otro fármaco dependerá de la decisión médica acorde con su caso.

Las deformaciones óseas se manifiestan en los casos de gota crónica
El ácido úrico elevado o gota cuando está muy avanzada puede dar origen a deformaciones óseas

Entre los más empleados se encuentra la colchicina, los glucocorticoides, fármacos hipouricemiantes (alopurinol, febuxostat) y uricosúricos (probenecid).

Los fármacos son parte del esquema de tratamiento, pero tan o más importante que los propios medicamentos se imponen los cambios en el estilo de vida.

¿Y si te preguntas, el ácido úrico elevado o gota se curan?

Pues una magnífica noticia, dentro de las enfermedades reumatológicas, el ácido úrico elevado o gota es una de las pocas que se puede curar si sigues los consejos anteriormente descritos y si es diagnosticada tempranamente. Al mantener los niveles de ácido úrico normales durante un tiempo prologando, que en ocasiones puede tomar hasta años los cristales pueden desaparecer y junto con ellos la gota.

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