Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos experimentado el llamado sentimiento de culpa. Y seguro que ya sabrás que es uno de los más desagradables del ser humano. Si sentimos esto, significa que nuestro subconsciente nos está transmitiendo la idea de que no estamos haciendo algo o no hemos hecho algo demasiado bien, que hemos dañado a alguien, o que creemos que algo malo va a pasar, siempre motivado por un comportamiento, una actitud o una acción que hemos llevado a cabo.
A veces, el sentimiento de culpa no está fundamentado y viene marcado por nuestro entorno. Tenlo claro, sentir culpa no conlleva necesariamente el hecho de que de verdad la tengas.
Por ello, tanto si la tienes como si no, hoy queremos ayudarte a eliminar este sentimiento de culpa de tus días y a poder seguir con tu vida como mereces, tranquilo y sin nada que te coma la cabeza.
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Cómo eliminar el sentimiento de culpa
Valora la situación desde un punto de vista objetivo:
Si te sientes culpable, seguro que está motivado por algo. ¿Qué ha ocurrido? ¿Cómo ha llegado a este punto esa situación? ¿De verdad tienes tú la culpa? Te invitamos a que hagas un examen de conciencia y a que valores la situación.
Algo que te puede venir muy bien es escribir. Escribe todo lo que ha pasado, de forma desordenada, da igual, pero intenta detectar toda la profundidad de la situación que te ha llevado a este estado. Analiza si realmente la culpa es tuya o si no has podido hacer otra cosa, piensa, fríamente, si volverías a hacer lo mismo y valora en qué punto estás y en cuál te gustaría estar.
¿Para qué sirve esto? Muchas veces nos dejamos dominar por las opiniones de los demás (esto lo veremos en el siguiente punto) y no somos capaces de pensar por nosotros mismos. Recuerda siempre la frase de que ni los buenos son tan buenos, ni los malos son tan malos. Todos jugamos en ambos lados en un momento u otro y eso no significa que tengamos que cargar para siempre con esa cruz, al contrario, todo es aprendizaje e incluso los mayores errores nos llevarán a los mejores aprendizajes que nos ayudarán a ser mejor personas el día de mañana.
No dejes que te contaminen las opiniones de los demás:
Y llegamos a este punto, donde queremos que te detengas de verdad. ¿Te sientes culpable por lo que te están diciendo los demás? ¿Por su forma de juzgarte, por el qué dirán? Tenemos que decirte que en este mundo reina la hipocresía, así es. Es más, es probable que aquellos que tantos consejos morales te dan ya hayan cometido los mismos actos o peores por lo que, a no ser que hayas matado a alguien o similares, ten claro que todo es relativo y lo importante es cómo lo hayas hecho, por qué y si había algún propósito.
No dejes que los demás juzguen tu vida, no dejes que se instale en ti un sentimiento de culpa que crees que no mereces tener. No te dejes llevar por las opiniones de aquellos que poco o nada tienen que ver con tu vida. Que cada uno viva su vida. De la tuya ya te ocuparás tú. No son necesarios los juicios de valor que probablemente ni siquiera has pedido.
Aprende y rectifica:
Y es que como decimos, los juicios de valor sobre tu vida solo debes hacerlos tú. Por lo tanto, solo tú puedes juzgarte a ti mismo. En este sentido, es muy importante que lo hagas, de forma limpia y sin que el exterior te contamine. Analiza bien qué ha ocurrido, cómo has llegado hasta a ello y, si pudieras volver atrás, si volverías a hacer lo mismo.
Ojo, porque es muy habitual pensar que tomarías otra decisión en base a como sabes que han evolucionado las cosas. Error. Debes pensar que en cada punto de tu vida has tenido un aprendizaje diferente, por lo que de nada sirve lamentarse por lo ya hecho. Fue tu decisión en ese momento, no hay más.
Ahora, lo importante es que tras hacer un análisis objetivo de la situación, aprendas de ella para que en el futuro te sirva con casos similares o diferentes, da igual.
Rectifica en el futuro o, si aún estás a tiempo de resolver algo de esta situación que tanto te preocupa y que te hace sentir culpable, trata de hacerlo. Realmente, nunca es tarde. Solo cuando estamos muertos ya no hay tiempo, así que no te quedes con nada dentro.
Suelta eso y descansa:
Una vez que has analizado la situación, has pensado por qué ha ocurrido, si volverías a hacerlo y has tomado el aprendizaje para futuras ocasiones, llega el momento de olvidar. Lo más difícil es perdonarse a uno mismo, más que al otro. Por eso, te espera un largo camino hasta llegar a perdonarte de verdad.
A esto, comunmente, se le llama «soltar» o «dejar ir» y es muy importante que lo pongas en práctica. Es difícil, muy difícil, ya te lo aseguramos, pero es absolutamente imprescindible si quieres tratar de no volverte loco y tener una vida plena y feliz.
El mejor descanso es aquel que viene de nuestra cabeza, aquel que nos permite irnos a dormir sin que nada nos afecte y despertarnos sin que nada nos robe la sonrisa. Y esto es lo más importante en lo que podemos trabajar. Y sobre todo, en lo que debemos trabajar.
Empieza de cero:
Una vez identificado todo esto, si has conseguido que tu mente descanse, empieza de cero. Todos merecemos una segunda oportunidad, seguir avanzando y si no consigues eliminar el sentimiento de culpa no lo harás nunca. Borra esta palabra de tu diccionario y simplemente aprende de tus actos.
¿Cuánto de importante es la psicología en nuestros días?
Mucho, muchísimo. Casi me atrevería a decir que es lo más importante que tenemos. Si nuestra mente no está bien, nuestro cuerpo tampoco lo estará y nuestro estado anímico menos aún. Una vida con un mal estado de ánimo es una vida desperdiciada, así que trabaja siempre en ello, trabaja en conseguir ser mejor persona, en hacer que tu paso por la vida de los demás sea lo mejor posible, deja un buen recuerdo, haz las cosas que te salen del corazón y no lo que te mande tu entorno y vive, sobre todo vive, pero con la cabeza tranquila.
Mantener una buena psicología es básico y aunque no siempre logramos esta paz mental, en realidad es más sencillo de lo que te piensas. Solo necesitas un poco de entrenamiento, al igual que entrenas tu cuerpo también debes entrenar tu mente, aprendizaje, objetivos y ganas de ser feliz. Esta, quizás, es la clave en la que se resume todo.
Y tú, ¿estás dispuesto a ser feliz? Para ello debes eliminar el sentimiento de culpa y volver a sonreír. No hay nada que merezca la pena tanto como para robarte tu felicidad. Haz más de eso que te hace feliz, no existe nada más certero en este mundo. Esa, al final, es la única clave de la vida.
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