No te pasa solamente a ti, no te preocupes, pero tampoco lo dejes pasar. El cuerpo es muy sabio y avisa cuando algo no va del todo bien o cuando necesitas un extra de cuidados. Es el caso de la barriga hinchada después de comer algo que, a priori, no debe ser importante, pero que tampoco debes descuidar.
En temas de salud, siempre, siempre, debes buscar las causas por las que sucede cualquier anomalía que detectes. Si se queda en algo sin importancia, ¡mejor! Pero a veces cualquier pequeño síntomas sin importancia puede ser la alerta que tu cuerpo te envía para que le prestes atención a algún tema concreto que quizás no va todo lo bien que debería. Y esto, de nuevo, insistimos, no significa que sea algo grave o algo peligroso, pero sí debes cuidar esta perfecta máquina compleja que es tu cuerpo, incluso cuando se trate de cosas sin importancia como una barriga hinchada después de comer.
Si a ti también te ocurre, en este artículo queremos darte las claves que necesitas para poder conocer por qué te pasa y sobre todo qué solución tiene. ¡No te descuides! Tú eres lo más importante.
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Empezamos por el principio: qué es la barriga hinchada
Sucede muy a menudo, no eres el único caso ni serás el último. Esta síntoma, que más que un problema de salud puede ser una simple incomodidad, en ocasiones también llega a resultar doloroso. La ropa se nos ciñe más, el estómago nos puede doler y, en general, nos sentimos hinchados y presos de un cuerpo que no es el nuestro… Hasta que la barriga vuelve a su tamaño original y todo pasa.
Si te sientes identificado con esta definición, estás sufriendo el síndrome de barriga hinchada después de comer. Otras formas de saberlo es comprobar si la ropa te está más justa después de comer una cantidad normal o si, incluso, ópticamente se ve una curvita que antes no estaba.
Clínicamente, el nombre que recibe esto es distensión abdominal.
¿Por qué tienes la barriga hinchada después de comer?
Como decíamos, a muchas personas les pasa y casi nunca es síntoma de algo malo. Pueden ser muchas las causas por las que tienes la barriga hinchada después de comer. Si te has dado un buen atracón, descuida, es por esto. Has ingerido demasiada comida y, hasta que el cuerpo la procese, es normal que tu barriga esté ligeramente inflamada.
La causa más habitual es por una acumulación de gases. Los gases pueden aparecer por unos hábitos incorrectos (no masticar lo suficiente, comer demasiado rápido…), por ciertos alimentos (las legumbres se encuentran en el top de productos que generan gases) o por alguna intolerancia que no has detectado aún. En este último punto es donde cobra más importancia el hecho de acudir a un doctor para que evalúe por qué siempre se te hincha la barriga después de comer. Es posible que tengas alguna intolerancia (fructosa o lactosa son las más habituales en este caso) que debes conocer para que tu salud siga rindiendo perfectamente.
Otras de las causas más habituales de este distensión abdominal, y a las que por supuesto hay que prestar aún más atención, es a ciertas enfermedades, como la enfermedad de Crohn o el síndrome de intestino irritable.
Otros casos incluyen la retención de líquidos en el estómago, muy habitual en las mujeres en determinados momentos del ciclo menstrual, pero también un síntoma de otras enfermedades, como la hepatitis.
Por último, esta hinchazón abdominal se asocia también con una mala digestión, si se trata de algo puntual.
Soluciones para la distensión abdominal después de comer
Si quieres evitar tener la barriga hinchada después de comer, existen algunas soluciones que debes aplicar, según tu caso.
Lo primero de todo, es observarte tú mismo para valorar cuándo sucede. Si ocurre todos los días, no es lo mismo que si sucede muy de vez en cuando. En el segundo caso, no es alarmante y casi con toda probabilidad se deba a una mala digestión. Pero, si ocurre con frecuencia, lo primero que debes hacer es acudir al médico para que sea él quien evalúe por qué sucede, encuentre la causa y, con ello, la solución. Recuerda que todo lo que leas en Internet, tanto en nuestra web como en cualquier otra, es solamente un aspecto meramente informativo y nunca debes basar tu salud en ello. Un médico es quien debe revisar tu estado de salud. Siempre.
Una vez que el médico haya comprobado si existe o no enfermedad que esté propiciando esto o si hay alguna intolerancia, será él quien te ponga el tratamiento adecuado.
Pero, si determina que no sucede nada en tu estómago y que simplemente se trata de malos hábitos a la hora de comer, debes ponerle solución por ti mismo en casa.
Entre los consejos que te podemos dar, incluimos los siguientes.
Recuerda que comer mucho no es bueno, pero ni para la hinchazón abdominal ni para nada. Por tanto, evita llenar el plato hasta arriba y come hasta donde tu estómago se encuentre bien. No te decimos que te quedes con hambre, para nada, ya que esto dará lugar después a atracones que tampoco te van a beneficiar nada, pero sí que aprendas a saber donde está tu límite, tanto si comes en casa como si lo haces en un restaurante. De nada sirve acabar pesado y no disfrutar la sobremesa.
Además, si notas que se te inflama la barriga habitualmente, te recomendamos también disminuir el consumo de fibra. La fibra es muy buena para el tránsito intestinal, pero un exceso de ella también tiene sus desventajas y una de ellas es, precisamente, la distensión abdominal. No la suprimas del todo, pero redúcela hasta comprobar si tu barriga vuelve a su estado natural tras las comidas.
Otros alimentos que son interesantes a evitar son aquellos que provocan gases, como las legumbres o ciertas verduras como las coles de Bruselas o la coliflor.
Entre los hábitos que podemos seguir para no tener distensión abdominal hacemos especial hincapié en no comer rápido. Cuando comemos rápido, con estrés, con ansiedad, tragamos mucho más aire del que pensamos y esto hace que se formen bolsas de aire en el interior de nuestro estómago que se puede traducir o bien en gases o bien en dolores e hinchazón (¡o en las dos cosas!). También es importante que mastiquemos bien los alimentos, pero un exceso de masticación tampoco es bueno, trata de encontrar el punto intermedio que beneficia a tu digestión y a tu estómago.
Y sobre todo, si tienes diagnosticada una intolerancia, tenlo siempre presente y no te saltes las recomendaciones dietéticas propuestas por tu médico o nutricionista. No solo estropearás tu estómago, también puede agravar el problema y derivar en algo peor si, por ejemplo, tienes intolerancia a la lactosa, pero sigues tomándola sin ningún tipo de miramiento. No solo se trata de una barriga hinchada después de comer, recuerda que esto solo es el síntoma visible de que algo no funciona bien ahí dentro. Escucha a tu cuerpo, cuida tu salud y quiérete.
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