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Alimentación y lactancia, ¿qué podemos comer?

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Alimentación y lactancia, ¿qué podemos comer?
Además de cuidar los medicamentos que tomamos, también debemos vigilar nuestra alimentación, un asunto imprescindible durante el embarazo

Cuando el test de embarazo anuncia la llegada de un nuevo miembro a la familia, todo son dudas y miedos, especialmente si se trata del primer bebé de la casa. La alimentación juega ahora un papel fundamental en la vida de las mujeres embarazadas y su pareja, ya que hay que cuidarla especialmente durante la dulce espera.

Nueve meses que suelen avanzar muy despacio y en los cuales las mujeres tenemos bastante limitado lo que podemos comer. Sin embargo, si crees que con el parto todo vuelve a la normalidad, sentimos decirte que estás equivocada.

Alimentación y lactancia, dos factores relacionados

Si has decidido darle el pecho a tu pequeño, es importante que conozcas la relación entre la alimentación y lactancia. Tu bebé continúa dependiendo de ti y debes cuidar con el mismo mimo aquello que comes, ya que pasará a él a través de la leche materna.

Alimentación y lactancia se relacionan de tal manera que incide sobre la cantidad y la calidad de la leche que producimos.

leche materna
La leche materna sigue siendo la opción preferida por las madres para alimentar a su bebé durante sus primeros meses de vida

Alimentos prohibidos durante la lactancia

Algunos tipos de pescado: El atún es uno de los primeros alimentos que el médico te recomienda no tomar durante la gestación y al final de ella la restricción continúa. Si te preocupa la alimentación y lactancia, debes evitar ciertos pescados, como el ya mencionado atún, la caballa, el emperador o el pez espada. 

El motivo de esta restricción es que pueden contener altos niveles de mercurio, perjudiciales para tu bebé.

Alcohol: Evidentemente, sobran las razones para eliminar las bebidas alcohólicas mientras tu pequeño toma leche materna. Si hablamos de la alimentación y lactancia, el alcohol no solo puede pasar a tu bebé a través de la leche, si no que además puede hacer que tu cuerpo produzca bastante menos cantidad de ella, incluso si solo has tomado una copa.

Tabaco: De nuevo nos encontramos con un producto que la lógica nos dice que debemos eliminar totalmente de nuestro modo de vida. Ya desde el embarazo debes dejar el tabaco, por poco que fumes al día, pero esto debe continuar durante la lactancia si has decidido darle el pecho a tu bebé. La nicotina y otros componentes nocivos de los cigarrillos pasarán a tu pequeño a través de la leche materna, incidiendo negativamente en su salud y su crecimiento.

Cafeína: En este caso, la restricción no es total. Puedes tomar una taza de café en el desayuno, pero vigila que no esté demasiado cargado ni que el consumo sea superior. Recuerda que la cafeína no solo es café, si no que también está presente en otras bebidas como refrescos, tés, etc.

Como ya sabes, si hablamos de alimentación y lactancia, todo lo que tú tomes pasa a la leche y el organismo del bebé no está preparado aún para la cafeína, por lo que reaccionará acumulándola en lugar de evacuarla o digerirla.

Los mejores alimentos durante la lactancia

Ácidos grasos omega 3: Si tú tomas pescados ricos en ácidos grasos omega 3, como el salmón o las sardinas, tu bebé los absorberá a través de tu leche. Los omega 3 son fantásticos para la salud, ya que inciden en el desarrollo del sistema nervioso o el cerebro, entre otros.

Agua: Si hablamos de la alimentación y lactancia, no solo deben preocuparnos los alimentos sólidos, también debemos cuidar los líquidos que tomamos. En este sentido, el agua sigue siendo fundamental y es muy importante mantener una hidratación correcta.

Vitaminas: Entre las Vitaminas más adecuadas durante el embarazo y la lactancia, encontramos el calcio y la vitamina D. El primero es básico para el crecimiento y la formación de los huesos, tan importante durante los primeros años de vida del bebé. Aunque la leche materna por sí misma contiene calcio, debes cuidar tu nutrición y tomar alimentos ricos en calcio para mantener unos niveles óptimos. Además, para asimilarlo mejor, la Vitamina D es la mejor aliada.

Tres porciones al día de alimentos con calcio pueden ser suficientes, pero si no conseguimos aumentar los niveles de estas vitaminas mediante la alimentación (bien por consumir muy poca cantidad, bien porque nuestro cuerpo no la asimile bien), podemos recurrir a complejos vitamínicos.

Observa a tu bebé: él te dará la clave de lo que debes evitar

Si hablando de la alimentación y lactancia te preocupa saber si lo que comes le afecta positiva o negativamente a tu pequeño, tan solo debes observarle y comprobar por ti misma si existe algún pequeño problema.

Si tu bebé es alérgico a algunos de los alimentos que tú tomas, verás que aparecen pequeñas ronchas o rojeces en su cuerpo. Es importante distinguirlas de una dermatitis (tan típica durante los primeros meses de vida), por lo que ante la duda es mejor siempre hablar con el pediatra para comprobar su origen.

Por otra parte, un exceso de gases puede ser debido a una alimentación basada en sabores demasiado fuertes o picantes. Trata de evitarlos y comprueba si con ello desaparece también esta molestia en tu pequeño. Si tu bebé padece muchos gases, consulta con tu farmacéutico para que te recomiende una manzanilla. Por suerte en el mercado hay mucha variedad de preparados para evitarlos.

Tu instinto natural de madre te dará la clave para saber si estás llevando la alimentación correcta o si debes cambiar algo.