Todos los años te lo propones y lo cierto es que es bastante difícil lograrlo. ¿Eres de los que, entre sus propósitos de año nuevo, incluye ahorrar como un objetivo a conseguir? Si es así, nos enfrentamos a dos causas: no ganas lo suficiente y ahorrar es una necesidad, o bien tienes un sueldo generoso pero se te va cada mes en no sabes muy bien qué y no ahorras todo lo que deberías o te gustaría. Está claro que, en cualquiera de los dos casos, necesitas hacer algo por tu salud financiera.
Si el problema es el sueldo, está claro que debes tratar de buscar un ascenso o incluso un cambio de trabajo o un segundo empleo si el horario del primero te lo permite. Si el problema es que no sabes en qué se te van los gastos, proponte trazar desde ya un plan de salud financiera.
¿Qué te parece si empezamos ya a preparar los propósitos de año nuevo? Evidentemente, estos consejos los puedes aplicar en cualquier momento del año, no es necesario estrenar un año nuevo para hacer las cosas bien y mejorar nuestra vida, pero en cualquier caso, parece que si es 1 de enero nos motivamos más a mejorar y a hacer un verdadero propósito de enmienda.
Otros artículos de interés: Consejos para ahorrar día a día
Sigue estos consejos para mejorar tu salud financiera
Haz un listado de los gastos fijos obligatorios y detecta dónde puedes ahorrar:
Este paso es el más fundamental y no te lo puedes saltar. ¿Cómo hacerlo de la mejor manera? Coge un excel, abre todas las cuentas bancarias que tengas, filtra los movimientos de un año natural completo desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre, marca la casilla de solo gastos y mira en qué se te va el dinero.
Apunta en el excel las cantidades que estás abonando cada mes por los recibos básicos (luz, agua, internet, gas, hipoteca, seguros…) y por aquellos que tienes de forma voluntaria (gimnasio, Netflix, Spotify, Amazon Prime, suscripción a alguna revista…). Deja fuera los gastos extraordinarios como salir a comer, comprar algún regalo o irte de compras. Solo nos interesa ver los gastos fijos que tenemos.
Ahora, analiza si te puedes quitar alguno. ¿De verdad te sigue gustando esa revista a la que te suscribiste hace años? ¿Vas al gimnasio o solo lo tienes por darle un respiro a tu conciencia? La respuesta es evidente: todo gasto fijo que no utilices o no te compense, elimínalo de raíz.
Para aquellos gastos fijos que no podemos eliminar (facturas de luz, internet y similares), detecta si estás pagando demasiado o si hay alternativas más económicas que merezcan la pena en relación precio – servicio. Y ya sabes, si otra empresa te lo da más barato o incluso si en tu misma empresa hay tarifas más económicas, cámbiate.
Revisa los gastos hormiga no obligatorios:
Ahora vamos con los gastos no obligatorios. Aquí encontramos desde gastos hormiga, que son aquellos que no detectamos pero que están muy presentes en nuestro día a día (pedir una pizza a domicilio, tomar un café en la calle todos los días, comprar el periódico, etc) y piensa de cuáles podrías prescindir y el ahorro anual.
También sería interesante que, si detectas que gastas mucho en algún tema concreto (por ejemplo, en salir a cenar, en cines, en comprarte ropa…) intentes ponerte un límite mensual de lo que puedes gastar en eso y trata de no pasarte. Algunos bancos te permiten ponerte alarmas para saber cuándo te estás pasando. Si no, hay muchas apps que también te pueden ayudar con este cometido. Solo tendrás que registrar tus gastos y establecer alarmas para saber cuándo es el momento de dejar de comprarte ropa, al menos durante este mes.
¿Eres el prestamista oficial de tus amigos?
En muchas ocasiones, también ocurre que a una persona se le va el dinero porque se lo presta a los demás. Esto no es malo, ni mucho menos, si un familiar o amigo está en apuros y tú tienes el dinero parado en el banco, es un gran gesto que le ayudes.
Pero de ayudar a perder tú va un gran paso. Evita a aquellos que te dan largas para devolvértelo o incluso que todavía tienen alguna deuda pendiente del pasado. También, evita hacerlo por sistema, no eres el prestamista del banco, por lo tanto, deja claro que pedir dinero debe ser la última opción.
¿Marcas o no marcas?
A la hora de hacer la compra, muchas veces nos vemos en la duda de si comprar marcas «tradicionales» o apostar por los productos de marcas blancas o marcas más desconocidas. Depende de ti. Si te gusta mucho un producto de una marca determinada y puedes pagarlo, no te prives de ello, pero también es verdad que hay muchas que valen bastante menos y son lo mismo en sabor y calidad, por lo que no estaría de más que en cada compra que hagas intentes probar diferentes productos para ver si así puedes ahorrar algo en la compra.
Esto también aplica a la compra de ropa y similares.
¿Cómo inviertes tu tiempo de ocio?
Por último, trata de detectar los gastos asociados a tu tiempo de ocio. El tiempo libre de una persona es sagrado, es su momento, su recompensa tras los esfuerzos y el trabajo, pero también es importante que aprendamos a entretenernos y relajarnos y, en definitiva, a pasar nuestro tiempo libre, sin que esto derive siempre en pagar dinero o al menos, que no sea un dinero que vayamos a necesitar.
Por ejemplo, hay muchas planes de ocio gratuitos en tu ciudad. Incluso también para hacer en casa. Desde una excursión por algún paisaje natural bonito que tengamos en tus alrededores, con zapatillas de deporte y bocadillo en mano, hasta hacer maratón de series en casa con un bol de palomitas y la manta o incluso rescatar tu vieja aficción de hacer puzzles o montar tu propio Masterchef en casa con familia y amigos en lugar de acudir casi a diario a cenar al restaurante.
Cuidar tu salud financiera depende de ti
Con todos estos consejos hemos intentado guiarte para tener una buena salud financiera sin que el dinero sea una preocupación en tu vida o pueda llegar a serlo a causa de una gestión inapropiada del mismo o de un derroche innecesario.
Siguiendo estos pequeños consejos a partir del próximo 1 de enero esperamos que tengas un año con una excelente salud financiera y que, cuando el reloj vuelva a indicar que el año ha terminado, podamos ver que nuestros ahorros de la cuenta bancaria han crecido y que realmente no nos ha supuesto ningún esfuerzo ya que, al igual que ocurre con las dietas y la alimentación, tener una buen salud financiera no pasa por hacer sacrificios grandes ni privarnos de aquellas cosas que nos hacen más felices, si no de saber gestionar bien nuestro dinero, darle en todo momento el valor que tiene y aprender a relacionarnos con él.
Y tú, ¿nos cuentas qué trucos sigues para tener una buena salud financiera? ¿Crees que necesitas ahorrar o es algo que ya practicas desde hace tiempo sin que te suponga un esfuerzo?
Sigue leyendo: ¿Sabes qué son los gastos hormiga?