El miedo escénico es mucho más común de lo que piensas. No solo te ocurre a ti. En algunos casos, no tiene gran importancia ya que las personas que lo sufren no tendrán que enfrentarse a este tipo de situaciones, sin embargo, en otros casos sí que se puede llegar a convertir en un gran problema para la vida de una persona, limitándole su crecimiento personal y profesional y haciendo que eluda ciertas responsabilidades de su vida o que, aún ejecutándolas, no las haga todo lo bien que podría precisamente por este pánico a la hora de hablar en público.
Si una persona va a ser propensa a sufrir de miedo escénico ya se empieza a ver desde una edad temprana. En el colegio o el Instituto, las exposiciones de clase son más importantes de lo que pensamos. De hecho, con ellas los profesores están intentando que desarrollemos este tipo de habilidades de oratoria para que en el futuro no tengamos problemas de miedo escénico.
Sin embargo, hay quienes no lo superan y de repente, un buen día, sin esperarlo, encuentran que deben dar una charla, realizar una exposición o participar en una conferencia. Y no solo es que no se puedan negar, si no que si lo hacen su vida profesional se puede ver afectada. ¿Estás en este caso? ¿Siempre has tenido miedo escénico y quieres perderlo? ¿Quieres aprender a hablar mejor en público?
Tranquilo, estamos contigo. Te damos a continuación cinco consejos o recomendaciones para hablar mejor en público y perder el miedo escénico.
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5 consejos para perder el miedo escénico y hablar mejor en público
Ensaya frente al espejo:
Toda exposición o conferencia comienza en el espejo de tu casa. Eso es así, seas quien seas. Y sin duda es un ejercicio muy útil que te va a ayudar a prepararte bien el tema, a ver las dificultades que te puedan surgir, los puntos que tienes más flojos y que por tanto deberías mejorar y conocer tus expresiones tanto faciales como corporales, ver si realmente estás ejecutándolo bien y cambiar aquello que no te termine de cuadrar. Recuerda que la expresión corporal es muy importante y la debes cuidar mucho en estos casos.
Practica todas las veces que sean necesarias hasta que todo te salga perfecto y lo tengas totalmente dominado. Recuerda que debes ser tú quien domine la situación y no al revés. ¡Nunca dejes que las circunstancias te superen!
Pide a alguien de confianza que te vea:
Después de practicar con el espejo, sería muy interesante que practicaras también delante de alguien. De este modo, aprenderás a ser visto, a posibles reacciones de tu cuerpo y de tus interlocutores. Pide que sean críticos, que no solamente te alaben si no que te hagan críticas constructivas con las que mejorar.
Es muy importante para todo desarrollo profesional y personal que la gente que tenemos a nuestro alrededor tengan la capacidad de decirnos aquello que debemos mejorar y no debemos tomarlo como un ataque, si no todo lo contrario si procede de alguien que realmente nos quiere y nos está ayudando a madurar.
Para practicar delante de alguien, lo ideal sería que ese alguien esté físicamente, pero si no es posible, siempre puedes tirar de videoconferencia en Skype o videollamada en Whatsapp. Pide a tu interlocutor que adopte también una posición adecuada al hecho. Los dos tenéis que meteros en vuestro papel.
Haz ejercicios de respiración antes de salir:
Para conseguir relajarnos, los ejercicios de respiración son de suma importancia. Practícalos en casa, los días previos a tu exposición o conferencia y también justo antes de salir a hablar en público. ¿Para qué nos servirán? La respiración es muy importante para dominar el modulado de nuestra voz, para no atascarnos, no sufrir miedo escénico y conseguir mostrar una actitud más relajada y segura de nosotros mismos.
En Youtube tienes un montón de tutoriales acerca de algunos ejercicios de respiración que te pueden ayudar con este propósito. También te será de mucha ayuda practicar y ver tú mismo qué tipo de ejercicios te relajan y cuáles no.
Hay quienes, si no pueden realizar estos ejercicios de respiración justo antes de salir a una oratoria, bien porque estén acompañados o bien porque el tipo de lugar no lo permita, llevan consigo algún tipo de pequeño amuleto que pueden tocar de forma discreta y que les aporta esta paz y esta fuerza que van a necesitar para hablar mejor en público y conseguir perder el miedo escénico. El amuleto es algo muy personal, para algunos puede ser una pulsera, para otros algún pequeño objeto que puedan guardar en el bolsillo… Lo importante es que tenga significado para ti y que te aporte la fuerza que necesitas para enfrentarte a tus miedos.
Mira a un punto lejano durante la exposición:
Ya hemos visto cómo preparar en casa nuestra oratoria y qué hacer los minutos previos a la misma, y ahora, cuando nos subimos al escenario o nos ponemos delante de las personas que van a escuchar nuestra charla, ¿qué debemos hacer para perder el miedo escénico?
Lo primero, como ya te hemos dicho en anteriores puntos, es cuidar la expresión corporal. Evita gestos que demuestren que estás nervioso, como frotar continuamente las manos contra el pantalón o tocarte mucho el pelo. Para ti, para relajarte, te vendrá muy bien mirar a un punto lejano. No te quedes mirando a un punto fijo ya que dará la sensación de estaticidad, pero sí es interesante que muevas la mirada justo a la línea donde terminan los espectadores. De este modo, tú te sentirás más seguro, tu exposición será fluida y no te enfrentarás a todos los pares de ojos que están atentos a ti.
Si puedes conocer de antemano las características de la sala sería muy interesante para poder trabajar mejor este tema, así como si va a haber grabaciones de cámaras o si va a ser en un sitio cerrado o abierto, con micrófono o sin él. Todos estos datos te van a servir para encontrarte a gusto y no padecer miedo escénico por imprevistos de última hora.
Ten confianza en ti mismo:
Y por último, lo más importante para perder el miedo escénico, es tener plena confianza en ti mismo. Y esto no es algo que debas preparar solo de cara a la exposición. Es algo que deberías trabajar en tu día a día, pero si hablamos de la conferencia, piensa en varias cosas. Lo primero es que si estás ahí es por algo, no hay nadie más indicado que tú para dar esta charla. Lo segundo es prepararlo bien para tener la confianza suficiente de que si anteriormente, aunque sea en casa, lo has hecho bien, ahora también puedes. Y en tercer lugar, recuerda que nadie nace sabiendo y que tanto si es tu primera conferencia como si llevas ya un largo recorrido, cada una de ellas te va a ayudar a que la siguiente sea mejor.
¡Ánimo y no dejes que el miedo escénico pueda contigo! Todos lo hemos tenido en alguna ocasión y realmente es algo que debemos apartar de nuestra vida para poder crecer, personal y profesionalmente.
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