Emprender tu propio negocio suena muy bien. A todos nos gusta la idea de ser nuestros propios jefes, de trabajar en lo que nos gusta o de poder tomar decisiones (de verdad) sin depender de un segundo o un tercero que nos indique por dónde debemos ir. Emprender un negocio significa, para muchos, tomar las riendas de su vida, sin embargo, debes ser realista, ya que no todo es tan bonito como te lo quieren pintar y, además, hay ciertas cosas que debes tener en cuenta antes de lanzarte a la aventura de emprender.
Hoy queremos ayudarte si has decidido emprender tu propio negocio. No te vamos a quitar las ganas, todo lo contrario, queremos darte ese empujón que necesitas para saltar a la piscina, pero queremos que cuando lo hagas, la piscina tenga agua, porque de otro modo no tendrá ningún sentido que te lances a emprender, ¿no crees?
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Consejos prácticos: emprender tu propio negocio
Un plan de viabilidad no es solo cuestión de números:
Normalmente, cuando vas a emprender tu propio negocio, el banco y otros agentes que merodean a nuestro alrededor nos piden que hagamos un plan de viabilidad, que les demostremos que nuestro negocio realmente va a tener éxito. Y esto está muy bien, es imprescindible para ellos pero también para ti, para saber si va a prosperar tu idea antes de tirarte a la piscina.
Sin embargo, hay otro plan de viabilidad que debes tener en cuenta: ¿a cuánto de tu vida personal estás dispuesto a renunciar por emprender tu propio negocio? Efectivamente, la vida laboral nos come gran parte de nuestra vida personal, y debemos tener en cuenta no solo el dinero que nos va a costar, también la vida que nos va a robar. Por ello, valora todo esto, teniendo en cuenta si es viable la conciliación entre la vida personal y laboral.
Cuando comiences, estarás totalmente volcado en tu negocio. Pero con el paso del tiempo ten claro que te va a desgastar y que necesitarás tener «algo más», algo donde refugiarte al final de la jornada. Dicho de otro modo: ¿cuánta vida te va a costar tu sueldo? Cuando trabajamos por cuenta ajena nos quejamos de lo difícil que es conciliar, pero debes tener en cuenta que, cuando trabajes por cuenta propia, tu jefe serás tú y es posible que te exijas incluso más de lo que te exijan antes.
¿De verdad vas a tener un solo jefe?
Y hablando de jefes, este es otro error que se suele cometer antes de emprender tu propio negocio. Pensarás que no tendrás jefes, pero ten en cuenta que siempre estarás supeditado a otros.
De hecho, es posible que ahora no tengas un solo jefe, si no que sean varios los que ronden alrededor de tu proyecto. Por ejemplo, si das servicios a varias empresas, estos se terminarán convirtiendo también en jefes, de otro modo, pero jefes a fin de cuentas, ya que tendrás que cumplir con ellos, adaptarte a sus peticiones y ofrecerles un buen servicio. Lo mismo ocurrirá (incluso a peor escala), si te dedicas al cliente final. El cliente de a pie será tu jefe más exigente.
Piensa si podrás luchar con esta situación de tenerlos a todos contentos.
¿Vocación o realismo?
Otro tema que te debes plantear es si tu proyecto va a estar encaminado a algo que siempre has querido ser, algo que llevas dentro de ti, o si simplemente estás haciendo un análisis de mercado y estás eligiendo lo que a priori te va a dar mayor beneficio económico.
Ojo, que incluso si optas por lo segundo no es malo, de hecho en un negocio siempre se debe buscar la viabilidad económica. Sin embargo, también debes tener en cuenta que cuando esto sea tuyo, querrás sentir realmente una pasión dentro de ti que te levante cuando todo esté mal, cuando tú mismo estés agotado y cuando las cosas no pasen por un buen momento.
Si solo te dedicas a una actividad que en el fondo no te llena nada y no te gusta, no le pondrás pasión y, por lo tanto, no le vas a entregar el 100% de ti en todo momento. Por ello, lo ideal es que analices el mercado, sí, pero que elijas algo que realmente te llene mucho más allá de la cartera.
Tener un salvavidas es imprescindible:
Por otro lado, como decimos, es importante saber que habrá épocas buenas y épocas malas. En este caso, un salvavidas es algo imprescindible. ¿Qué es este salvavidas? Normalmente, suele ser disponer de una cartera de ahorros que te permita tirar de ellos para sobrevivir en aquellos momentos en que el beneficio económico no sea generoso. Normalmente, al principio cuando emprendes un negocio todo son gastos, incluso puedes toparte con alguna etapa un poco más complicada más adelante y por ello es importante que cuando te venga un bache malo puedas continuar con tu actividad y tener ese «salvavidas» que te permita seguir comiendo.
Ten horarios, aunque seas tu propio jefe:
Este va a ser uno de los puntos que más te va a costar, ya te lo avisamos. La ausencia de un jefe, o peor, el que tú seas tu propio jefe, va a hacer que no tengas horarios. ¿Y qué significa esto? Que corres el riesgo de no tener horarios, sí, pero porque dediques el 100% de tu tiempo a ello. Esto es un error.
Debes saber diferenciar bien tu tiempo de personal de tu tiempo profesional, aunque te resulte muy complicado, especialmente cuando el negocio es tuyo. Esto es algo que debes tratar de evitar que que emprender tu propio negocio sea algo más sencillo y, como decíamos en el primer punto, puedas conciliar tu vida personal y laboral.
No olvides que, a fin de cuentas, es un trabajo y que debe ser parte importante de tu vida, pero no lo único. Es complicado pero puedes lograrlo si te conciencias de ello y tratas de dividir bien todos los espacios de tu vida.
Tener o no tener empleados:
Por último, otro consejo que te damos es el de tomar la decisión de tener o no tener empleados y sobre todo, quiénes. Una mala decisión en torno a los empleados te puede hacer que emprender tu propio negocio sea un fracaso, al igual que elegir a los empleados correctos puede hacer que tu negocio sea lo mejor que has hecho nunca.
Piensa bien si es interesante mezclar relaciones personales con relaciones profesionales. Cuando podemos decidir quiénes serán nuestros empleados, es habitual que pensemos primero en nuestros amigos o en personas de nuestro círculo social que necesitan un trabajo. Pero recuerda que esto puede llevar a situaciones incómodas, por lo que lo más aconsejable es que, como en todas las decisiones que tomas con la cabeza, lo recomendable es que lo pienses bien.
Además, también te recomendamos otras dos cosas: echa bien cuentas sobre si podrás afrontar el gasto de un empleado, pero también piensa si podrás afrontar el no tenerlo, antes de decidir si vas a tener o no empleados.
Como ves, emprender tu propio negocio es una cuestión bastante difícil que va más allá de los números. Pero con pasión y decisión, todo es posible.
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