Llega el invierno y con él, los resfriados, la gripe, las enfermedades víricas… y la tos. La temida tos. La tos por sí sola no suele ser síntoma de algo más, ni siquiera nos impide hacer nuestra vida, pero si se alarga demasiado en el tiempo o es más frecuente de lo habitual, sí que nos puede traer más de un quebradero de cabeza y ser muy molesta, llegando casi a desesperarnos. Pero, ¿cómo podemos acabar con la tos persistente?
Te contamos algunos trucos para eliminar la tos persistente y que no cause demasiados estragos en ti este invierno.
3, 2, 1… ¡comenzamos!
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La tos persistente, nuestro enemigo estacional
Aunque es cierto que la tos puede aparecer en cualquier época del año, en las temporadas frías es cuando más evidente se hace. La tos persistente nos ha atacado a todos alguna vez en nuestra vida, incluso, muchas veces se repite cada año, según nuestra predisposición a ello.
Normalmente, suele ser una causa de un proceso vírico, pero incluso una vez superado este, puede continuar aunque el resto de los síntomas hayan desaparecido, dificultándonos nuestras tareas diarias. Entonces, ¿cómo podemos aliviar la tos seca o la tos persistente?
Lo primero es prevenir. Abrígate bien la garganta y tapa tu boca, protegiéndola tanto del frío de la calle como de los aires acondicionados o las calefacciones. Los cambios de temperatura de estar dentro de un local o en la calle son los principales enemigos de la garganta.
Es muy importante distinguir la tos vírica, de la tos seca, la tos bronquial (va acompañada de un pequeño silbido) o la tos alérgica.
En cualquier caso, si la tos se mantiene durante mucho tiempo, vamos a dejarte a continuación algunas ideas y trucos para aliviarla e incluso acabar con ella.
Por un lado, nos encontramos con los baños de vapor. El mejor es el de eucalipto y miel, aunque el típico remedio que venden en farmacias también nos servirá. Otra opción para aliviar nuestra garganta son las gárgaras. Basta con añadir un pelín de sal en un vaso de agua tibia y hacer gárgaras dos o tres veces al día.
En cuanto a la alimentación, hay una serie de alimentos que te ayudarán a recuperarte antes. La miel y el ajo son los principales protagonistas en este sentido. También las infusiones antes de dormir te ayudarán a pasar la noche más tranquilo.
Es importante que tengas en cuenta que una tos persistente o crónica puede ser indicativo de alguna enfermedad peor: lesiones de laringe, tumores, síndrome de Tourette… Por ello, si dura más tiempo de la cuenta, te recomendamos que acudas a un doctor para que evalúe si se trata de una simple molestia o si hay algo más allá detrás de ella.
Por último, recuerda que el principal enemigo de nuestros bronquios es el tabaco. ¡No fumes! Después de los 40, la tos se vuelve crónica en la mayoría de los fumadores. Si aún estás a tiempo, déjalo, y si no, déjalo también. Al menos conseguirás que no vaya a más.
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