Entre las enfermedades más temidas por los adultos, se encuentra la varicela por una serie de motivos lógicos de entender. Por un lado, suele afectar sobre todo a niños, por lo que la salud de nuestros pequeños siempre es nuestra prioridad; por otro, si nos ataca de mayores, sus síntomas son muy molestos y pueden acarrear problemas que en la edad adultos ya no estamos dispuestos a reconocer. Por ello, detectar la enfermedad a tiempo, reconocer los síntomas de la varicela y saber cómo tratarla sin que nos deje consecuencia, debe ser nuestra prioridad si sospechamos que nos vamos a tener que enfrentar a ella.
Te lo contamos todo a continuación.
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Síntomas de la varicela y cómo detectarla pronto
La detección en una etapa temprana es fundamental para evitar que los síntomas vayan a más o se complique la enfermedad. La varicela es una enfermedad viral que, en una primera etapa, puede ser difícil de detectar, ya que presenta únicamente malestar general. Por tanto, es fácil que lo confundamos con un simple resfriado o una época algo más decaídos. Podemos tener un poco de fiebre, algo de cansancio y sensación como si fuéramos a ponernos malos.
A partir de aquí, a los pocos días empezaremos a ver pequeñas ampollas con un líquido amarillo en el centro. Ahora sí está más claro lo que nos está ocurriendo. Cuando las ampollas se secan, se forman costras y comenzaremos a ver que aparecen por todo el cuerpo.
En esta fase es muy importante no tocarlas, ni arrascarnos, ya que podríamos propiciar, aparte de que la enfermedad tarde más en desaparecer, que se nos queden marcas en la piel para siempre.
Esta etapa dura en torno a 10 días en los niños, aunque en los adultos puede ser un poco más larga.
Complicaciones, tratamiento y prevención de la varicela:
El tratamiento para la varicela, una vez que ya ha aparecido, pasa simplemente por dejar que pasen los días, seguir las recomendaciones del médico y no arrascarnos.
Es muy importante que el médico nos haga un seguimiento del estado de la enfermedades, ya que pueden aparecer complicaciones como infecciones en la piel, inflamación de médula o incluso miocarditis.
Si quieres prevenir los síntomas de la varicela y el contagio de la enfermedad en sí, la única manera es mediante la vacunación. Normalmente, esta vacuna nos la ponemos de niños, pero si te saltaste el calendario de vacunas, nunca es tarde. Acude a tu centro de salud y pide opinión para vacunarte ahora, no deberías tener ningún problema para hacerlo aunque ya haya pasado más tiempo de la cuenta.
Si no puedes vacunarte, por los motivos que sean, evita estar en contacto directo con personas que estén pasando la varicela, ya que es altamente contagiosa.
Y sobre todo, ¡cuídate! La información es poder y ahora que ya sabes cuáles son los síntomas de la varicela, su prevención, sus complicaciones y su tratamiento, ya no tienes excusa.
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