Tener unos niveles bajos de hierro puede ocasionarnos varios trastornos en nuestra salud. Desde la archiconocida anemia, la consecuencia más habitual derivada de la carencia de este mineral, hasta dolores bucales, uñas quebradizas o incluso dificultad para respirar con normalidad.
Uno mismo puede diagnosticarse déficit de hierro si se encuentra más cansado de lo habitual, pero no debemos jugar a ser médicos y siempre hay que contrastarlo con los expertos en salud. Un sencillo análisis de sangre nos arrojará resultados sobre si realmente tenemos una carencia de hierro. Además, ciertos momentos de nuestra vida, como los períodos de menstruación, el embarazo o la lactancia requieren mayor ingesta de hierro para mantener estables y adecuados los niveles de este mineral.
Incluir en nuestra dieta alimentos ricos en hierro nos ayudará a superar este pequeño bache de nuestra salud. En ocasiones, el doctor nos puede recomendar tomar suplementos de hierro durante alguna temporada para conseguir subir estos niveles de una forma más rápida.
Nosotros también podemos ayudar a nuestro cuerpo a asimilar mejor el hierro mediante la dieta. Hay algunos tips que puedes seguir a diario para conseguir tu objetivo y recuperar la energía perdida con el déficit de este mineral.
Consejos para asimilar mejor el hierro con tu alimentación
Hierro + Vitamina C: la combinación ideal
La Vitamina C te ayudará a fijar y absorber mejor el hierro que tomamos mediante la alimentación. Tomar de postre un cítrico, beber un zumo natural con las comidas o introducir alimentos con alto porcentaje de esta vitamina, como el brócoli o las coles de bruselas, junto con otros ingredientes ricos en hierro, como las lentejas o los moluscos, son una excelente manera de maximizar los niveles de hierro que ingerimos mediante la comida.
Otro truco es acompañar las comidas con un chorrito de limón, un alimento también rico en Vitamina C y que con solo unas gotas puede conseguir una mayor absorción del hierro por parte de nuestro organismo.
Cereales para el desayuno
La buena alimentación no debe tener horarios. Por ello, es fundamental que cuidemos lo que comemos desde la primera comida del día. Ya sabes que el desayuno es la comida más importante y también podemos encontrar en él la ocasión perfecta para darle a nuestro cuerpo ese extra de hierro que necesitamos.
Desayunar con cereales o pan blanco nos dará una inyección de hierro desde primera hora de la mañana, un aspecto muy importante para comenzar el día con buen pie.
Tomar té después de las comidas no es buena idea
Si lo que buscamos es como asimilar mejor el hierro de nuestra dieta, deberías desechar la costumbre de tomar un té despúes de las comidas. Si las infusiones te gustan o necesitas tomarlas por otros temas de salud, lo ideal es tomarlas a media tarde, cuando ya hayas hecho la digestión, ya que la absorción de hierro se puede ver reducida en más de un 50% si acompañamos las comidas de un té.
Latas en conserva a media mañana: el tentempié ideal
Los berberechos, mejilloness, almejas y, en general, cualquier molusco, son una fuente rica en hierro. Su consumo es muy sencillo gracias a las latas en conserva que podemos encontrar en cualquier supermercado. Coge el hábito de tomar una de ellas al mediodía, entre el desayuno y la comida, y notarás como suben tus niveles de hierro rápidamente.