El cáncer es una enfermedad frecuente. Durante muchos años, y hasta hace no tanto, recibir la noticia de que una persona padecía de cáncer era motivo de consternación familiar y no era para menos, pues la sobrevida al cáncer era muy baja.
Hoy en día no es así. Muchas personas con el diagnóstico de cáncer lo sobreviven. Todos los meses salen noticias sobre tratamientos que mejoran la sobrevida de los pacientes con cáncer. Así es como se le va ganando la batalla a la muerte, un mes hoy, otro mes más mañana. Y esos meses van sumando años. A pesar de ello, tener el diagnóstico de cáncer puede ser un reto enorme para las personas.
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¿Cómo se enfrenta hoy en día el tratamiento de cáncer?
Hace un siglo, la tuberculosis era mortal en casi todos los pacientes. Hoy en día es curable. Las apendicitis mataban a muchas de las personas que la padecían. Hoy, con una operación relativamente sencilla, que hasta se puede realizar por mínimo acceso (técnica quirúrgica en la cual por unos pequeños orificios ciertas partes del cuerpo se operan se extirpan riñones y hasta tumores del cerebro), se opera la apéndice.
En sentido general, a mayor edad mayor probabilidad de padecer de cáncer, aunque hay algunos que son más frecuentes en personas jóvenes.
En los últimos años, en la comunidad científica se ha estado pensando con más fuerza que el cáncer se podrá tratar como en una enfermedad crónica. ¿Qué quiere decir esto? Bueno, pues al igual que la diabetes, la hipertensión o muchas de las enfermedades del corazón, con las que las personas viven muchos años y se controlan con cambios en los estilos de vida y medicamentos, así será con el cáncer: se vivirá mucho tiempo con la enfermedad controlada.
En este artículo abordaremos qué es el cáncer, cuáles son los más frecuentes tipos de cáncer, y conoceremos sobre los factores que pueden favorecer que una persona lo padezca o bien que disminuya la probabilidad de padecerlo.
Pero también debemos conocer qué se puede hacer para tratar de prevenirlo. Esto amerita otro artículo que en días te brindaremos
¿Qué es el cáncer?
El cáncer no es una sola enfermedad. Se le da ese nombre general a un grupo de enfermedades que pueden tener causas distintas, formas de comportarse diferentes, pero que comparten una característica común: el crecimiento descontrolado de algunas células, lo que puede provocar que invadan los tejidos que están cerca de la lesión primaria (invasión), o también que se propaguen a tejidos u órganos lejanos a través de la sangre o el la linfa (metástasis).
La sangre ayuda a diseminar las células cancerosas a lugares distantes del tumor inicial o primario
Los tejidos están formados por células. Casi todas las células de cuerpo humano se pueden reproducir, y las nuevas células sustituyen las viejas o las que están dañadas.
El pelo y las uñas son un ejemplo del crecimiento de las células, solo que en este caso los cortamos cuando crecen mucho, y en el resto del organismo, las células nuevas sustituyen las células viejas que son eliminadas por el propio cuerpo de varias maneras.
¿Cómo se controla el crecimiento de las células?
La reproducción de las células está controlada por diversos mecanismos, para que no se reproduzcan en exceso ni dejen de reproducirse cuando es necesaria la renovación de ellas.
En el cáncer, el control sobre la producción de células nuevas se pierde, y comienzan a proliferar de forma no controlada, aunque no sean necesarias. Este mismo descontrol en el crecimiento, provoca que las nuevas células formadas no cumplan las funciones que deben realizar las células normales.
Por ejemplo, en el hígado, las células hepáticas normalmente intervienen en el metabolismo del organismo, transformando los nutrientes. Si se produce un cáncer de hígado, del que se conocen diversos tipos, esta función de transformación de los nutrientes se pierde en las células cancerosas.
Así, el aumento del número de células que sí consumen los nutrientes normales para seguir viviendo, comienzan a invadir los tejidos cercanos al tumor, sustituyendo las llamadas células “buenas” por células “malas”. Esto da lugar a que falten células normales para cumplir las funciones del cuerpo, el crecimiento desmesurado de las células tumorales con un aumento del consumo de energía, ocupando lugares y creciendo en tamaño, pueden llevar a la muerte.
¿Tumor maligno y tumor benigno?
Tumor no es sinónimo de cáncer. Existen tumores benignos y malignos. Decir tumor maligno es lo mismo que decir cáncer. Los tumores benignos producen también crecimiento de células, pero no se propagan a otros órganos ni a los tejidos cercanos al tumor. Muchas veces crecen muy lentamente, aunque pueden alcanzar tamaños muy grandes. Habitualmente su extirpación quirúrgica es suficiente.
Hay tumores benignos que por su posición en el cuerpo pueden traer complicaciones y hasta la muerte, como en el cerebro (por estar este en una cavidad cerrada que no permite grandes crecimientos), y en el intestino porque puede llegarlo a ocluirlo y presentarse una urgencia quirúrgica. Pero como su nombre lo indica, su benignidad no ofrece casi nunca grandes peligros cuando se tratan a tiempo.
¿Qué produce el cáncer?
Hay múltiples causas que pueden propiciar la aparición de un cáncer. Por un lado, están los genes.
Los genes son pequeñas porciones de los cromosomas que dan órdenes al organismo para que se produzcan determinados cambios. Los genes heredados de nuestros padres influyen en el color que tendremos en los ojos, si seremos más altos o más bajos, y también contienen órdenes que se dan en determinados períodos de la vida, por ejemplo, cuando parar de crecer en estatura o si tendremos más posibilidad de padecer de alguna enfermedad.
Así, hay genes que controlan el crecimiento y replicación de las células, y cuando se alteran, se pierde el control de este crecimiento. Hay otros que se dedican a reparar estos genes dañados. El balance entre estos genes hace que tengamos una predisposición genética a padecer o no de ciertos tipos de cánceres.
Hablamos de predisposición, pues hay un grupo de factores externos que pueden alterar este balance. Tomar mucho sol puede predisponernos a tener cáncer de piel, ciertos tipos de alimentos predisponen al cáncer de colon, el cigarro aumenta mucho la posibilidad de padecer cáncer de pulmón.
Por el contrario, otros hábitos nos protegen: la ingestión de fibra dietética nos protege del cáncer de colon, la protección del virus de la hepatitis B nos protege del cáncer de hígado.
Hay cambios en el organismo que son benignos que aumentan la posibilidad de padecer de cáncer. Por ejemplo, algunos tipos de adenomas del colon son benignos, pero la probabilidad de que se vuelvan malignos puede ser alta; algunos tipos de lunares de la piel son benignos pero pueden transformarse en malignos.
Por ello, hay personas más propensas que otras a padecer de cáncer. Dependerá de sus genes y de los hábitos saludables o no que tenga a lo largo de la vida.
¿Cuántos tipos de cáncer hay?
Aunque el mecanismo de producción de los tumores malignos en esencia es el mismo en todos, hay muchos tipos de cáncer. Algunos son más frecuentes a edades más tempranas, y otros como el de próstata y colon se ven más en edades avanzadas.
Esto es importante pues no todos tienen el mismo comportamiento, el mismo tratamiento ni el mismo pronóstico. Así, hay tumores malignos de colon y de piel que cuando se detectan y se tratan oportunamente, la curación es del 100 por ciento. Hay otros, como el de próstata, que actualmente la sobrevida a los cinco años es de 95 por ciento, tratándolos adecuadamente.
Más de la tercera de casi todos los diferentes tipos de cáncer se pueden prevenir con algunos cambios en nuestras rutinas diarias. De eso hablaremos en la segunda parte.
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