Acaso no te ha sucedido con frecuencia que no recuerdas un término, una palabra, como que te trabas y realmente tienes la palabra en la punta de la lengua… ‘Pero no salen! Tiene nombre: letologica.
¿Y esto de no recordar tiene algún significado que refleje alguna enfermedad?
Y es lógico que nos preocupemos con el hecho de que no poadmos recordar una palabra o un nombre pues entre los primeros síntomas que ofrece la enfermedad de Alzheimer esta justamente el olvido de lo que ha ocurrido recientemente, lo que los médicos definen como pérdida de la memoria reciente.
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Pero no siempre podemos establecer una relación entre el olvido parcial de una palabra, el inoportuno bloqueo mental, con las manifestaciones propias del Alzheimer.
De hecho no podemos pretender que el cerebro de los humanos trabaje como si fuera una computadora, incluyendo sus virtudes de trabajar de forma continua siempre y cuando este encendida.
Y es que partimos de la consideración de que nuestra base de datos existe, pero los hombres creamos el ordenador pero en ocasiones, como esta, nos supera en eficiencia. En ocasiones la palabra esta, pero no la recordamos…y ahí sobreviene el salve: “tengo la palabra en la punta de la lengua”. Esta circunstancia, por suerte, no ocurre con las computadoras.
Y es que recordar todas las palabras que existen en nuestra rica lengua, según se reconoce en el Diccionario de la Lengua Española, puede ser una tarea ardua y casi imposible. Y resulta lógico si partimos del hecho de que en el Diccionario se registran en el orden de 150.000 palabras. En paralelo Google anuncia que su traductor abarca nada menos que 100 idiomas…sobran los comentarios.
Esto es… No creo, pero…me parece… Como era… No acuerdo…
Acaso no te ha pasado…
Y si te digo que esto de tener la palabra en la punta de la lengua se llama “letológica”
Según la definición que encontramos en los diccionarios o enciclopedias el término letológica proviene del griego, partiendo de las raíces “lethe”, que significa olvido, y “logos”, lenguaje.
Se refiere que esta palabra proviene de la obra de Homero “La Odisea”. En esta se narra que cuando Ulises se dirigía a su destino, Itaca, los vientos lo desvían y topan con la tierra de los lotófagos. Estos le brindaron “loto” como comida y trajo como consecuencia que todos olvidaron su propósito de regresar a su patria Itaca.
Al final de la historia, Ulises los convence y logran regresar, lo que se ha considerado como expresión fiel del éxito de la constancia. Pero hasta aquí la historia…
…volvamos a hurgar en que es “letológica”. El uso de este término se le adjudica al psicólogo Carl Jung quien desde el año 1915, es decir desde principios del siglo pasado, comenzó a utilizar el término y quedó registrado en el Diccionario Dorland de Medicina.
En ese diccionario enciclopédico de términos médicos se refiere que “letológica” es la «incapacidad de acordarse de la palabra idónea«. O lo que es lo mismo: tener la palabra en la punta de la lengua
Y es que este término “letológica” refiere la circunstancia de no ser posible el recordar el término o la palabra que necesitas y estás rebuscando.
¿Es frecuente que suceda este olvido y se quede la palabra en la punta de la lengua?
Las palabras que menos usamos son aquellas que con mayor frecuencia olvidamos, incluyendo nombres de personas, y en este caso, las que con menor periodicidad vemos.
Y es que la actividad nerviosa superior se caracteriza por ser asociativa, es decir forma redes. Y estas se construyen sobre la base de modelos de información que están interconectados, de ahí que el acordarse de una palabra depende en buena medida de las asociaciones que establecemos con otros segmentos de información con que contamos en nuestra abultada base de datos: la mente humana.
En este escenario, aquellas palabras que se encuentran almacenadas en tu memoria y que de forma extraordinaria usas puede ser que se conviertan en las más embarazosas de recordar. Esto se pudiera explicar sobre la base de que no se establecieron las interconexiones o enlaces suficientes, las más de las veces vinculados o interrelacionados con otras informaciones que permiten que tu memoria pueda ser recuperable.
Y ahí surgen las palabras o expresiones que aplicas de forma alternativa en aras de ganar tiempo, mientras tratas de obviar el vacío de la palabra que has olvidado, y que te permite evadir la penosa y embarazosa situación que te lleva el olvido temporal de una palabra o nombre.
Retomando los orígenes helénicos, se describe que el rio Lethe era uno de los cinco ríos del universo subterráneo, sitial en el que las almas de los muertos tomaban el agua que les permitía olvidar los recuerdos.
Así las cosas quizás necesites beber del río Lethe en función de olvidar lo baladí y superfluo, y así puedas priorizar aquella información que resulta más trascendente e importante en tu vida.
Al respecto coincido con el psicólogo Tom Stafford cuando expresó que la memoria es extraordinaria y responde al número de asociaciones que se hacen y no precisamente a lo que se quiere recordar. Pero que molesto es no acordarse de lo que me hace falta justo en ese instante…
Pero, como se dice, es que…ahora no me recuerdo… eso que se usa para…me falta…eso que hemos hablado…. tengo “la palabra en la punta de la lengua”…
Esto… ?como se dice?…Ah, ya. Muchas felicidades por este interesante e instructivo post. Si logro acordarme de la palabreja, tendré algo para impresionar a mis amigos! Gracias por instruir y sigan así!!
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