Si tienes una hermana, deja de buscar tu otra mitad. Ya la has encontrado. Antes de nacer, compartisteis el mismo lugar, la misma casa que posteriormente pasó a ser un hogar «de verdad», de ladrillo, donde pasasteis la infancia.
Al llegar a la edad adulta, es inevitable que cada cual tome su camino, sin embargo, los lazos estarán siempre ahí, inalterables en el tiempo. Compañera de batallas, de experiencias vitales, lazos más allá de lo familiar.
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La dura etapa de la adolescencia
Es cierto y es normal que durante la adolescencia surjan ciertas diferencias, sin embargo, cuando esa etapa de la vida pasa, la conexión biológica y emocional vuelve a reflotar. O realmente, nunca se hundió…
Más allá de la familia
Dicen que la familia siempre está ahí, pero lo cierto es que todos conocemos a alguien que está enfadado con alguien miembro de su familia. Con una hermana, a pesar de la distancia física o mental, la conexión nunca se rompe y es probablemente el miembro de la familia con el que más unión vamos a tener nunca.
Pero, además, algo muy curioso también es que aunque exista esta conexión biológica, los caracteres y la personalidad pueden ser similares o muy diferentes. Seguro que todos tenemos en nuestro grupo de amigos unas hermanas que son radicalmente opuestas. Esto se puede justificar en el hecho de que, como en toda relación, una de las dos suele tomar la voz cantante mientras que la otra queda en un segundo plano. El ying y el yang. La calma y la tempestad.
El vínculo de lo emocional
Estudios sobre las relaciones sociales y emocionales afirman que el vínculo entre hermanas hace que sobren las palabras. La cercanía se hace patente incluso si les separan kilómetros, basta con descolgar el teléfono para volver a la infancia y revivir ese legado de historias, situaciones y experiencias. El instinto entre hermanas aflora de manera natural, ya les separen metros y un océano de distancia. Gracias a las comunicaciones, ya no existe distancia entre dos personas: mensajería, llamadas, videoconferencias, redes sociales… Ahora es más fácil que nunca mantener esa conexión.
La sinceridad, la clave de las relaciones con nuestra hermana
Todos tenemos amigos, todos tenemos un grupo de personas de confianza. Sin embargo, a veces es complicado saber al 100% en quién confiar, quién no nos va a traicionar por muchas vueltas que dé la vida y quién nos va a decir siempre la verdad y no solamente lo que queremos oir. En este sentido, no hay nada como la figura de una hermana. Una persona sincera, que además de mirar siempre por nuestro bien nos va a decir las cosas tal y como son, sin florituras ni condescendencia. Y esto amigos, es fundamental.
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