Cuando acudimos a un restaurante asiático, normalmente los comensales se dividen en dos: aquellos que utilizan la salsa agridulce y aquellos que se decantan por la salsa de soja. Es raro encontrar a una persona que no le guste ninguna de las dos o que combine ambas, normalmente es como el blanco o el negro… siempre tienes un preferido.
En el caso de la salsa de soja, hay muchos mitos sobre ella, no la aprovechamos lo suficiente al relacionarla únicamente con nuestra visita mensual al restaurante chino o japonés, no sabemos la cantidad de tipos que existen ni su procedencia o información nutricional.
Pero para eso estamos hoy nosotros aquí: queremos despejar todas las dudas sobre la salsa de soja y descubrirte un ingrediente realmente especial. Sabor, color, olor… ¡y mucho más!
Salsa de soja, un ingrediente muy especial
La base de la salsa de soja se produce con la combinación de agua, soja, trigo tostado, el hongo Aspergillus oryzae y sal. Aunque esta sea digamos la base, hay muchos tipos de salsas de soja donde cambia no solo el sabor, también el color, dejando de lado ese característico tono negro con el que todos relacionamos este ingrediente.
La salsa de soja le da a tus platos un sabor muy peculiar, algo amargo, pero realmente delicioso si te gustan este tipo de sabores.
Tipos de salsa de soja
A pesar de que existen decenas de tipos de salsa de soja, hemos seleccionado solo 5 tipos de salsa de soja para hablarte de ellas por ser las más populares, extendidas o curiosas.
Salsa soja Koikuchi: Cuando piensas en salsa de soja, seguro que sin saberlo es ésta la que te viene a la cabeza. Es la salsa de soja más tradicional, de color oscuro y sabor característico.
Salsa soya Tamari: Está especialmente recomendada para celíacos, ya que se realiza sin trigo. Su sabor es realmente intenso y su color llega al negro más oscuro.
Salsa soya Shiro: La salsa soya shiro se caracteriza por su color más claro y su escaso contenido en soja. Su sabor pasa de lo amargo a lo dulce y es perfecta para acompañar pescados o verduras.
Salsa de soja Gen’en: La salsa de soja tradicional (o mejor dicho, la Koikuchi) es bastante rica en sal, por lo que resulta imprescindible un tipo como la Gen’en. Con un sabor muy similar y una utilización idéntica, esta variedad es baja en sal, ideal para las personas hipertensas o a quienes se le haya recomendado una dieta baja en sodio.
Salsas de soja Amakuchi: Muy similar a la Koikuchi pero con un sabor bastante dulzón.
Aunque estos son los cinco principales, hay otros tipos de salsa soya como la salsa soya saishikomi. ¿Cuál es la mejor salsa de soja? No podemos quedarnos con una en concreto ya que depende también de lo que estés buscando (sabor más amargo o más dulce, cantidad reducida de sal o el tipo de comida que quieras acompañar). Sin embargo, es importante también no abusar de ella: además de camuflar bastante el sabor de la comida, si tenemos el estómago delicado un abuso de ella también nos puede pasar factura. ¡Mucho ojo!
¿Dónde podemos usar la salsa de soja? ¿Es buena la salsa de soja?
Sí, es buena la salsa de soja y en cualquiera de sus variedades combina perfectamente casi con cualquier tipo de ingredientes. Es especialmente indicada para platos cuyo ingrediente principal sea de sabor neutro (como la pasta o el arroz), pero también sirve para aliñar verduras y hortalizas o para acompañar carnes y pescados. Debido a su intenso sabor, camufla bastante el sabor del ingrediente principal, por lo que debemos tener en cuenta no combinarlo con alguno demasiado fuerte para que no choquen entre sí.
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