Después de hablarte de las peculiaridades y beneficios que tienen las algas para nuestro cuerpo hoy vamos a la parte práctica: recetas con algas para incorporarlas a nuestra dieta de la forma más sencilla. Son ingredientes muy sencillos de elaborar y darán un toque sorprendente a nuestros platos.
Para conocer los beneficios de las algas en nuestro cuerpo lee: Las algas, descubre sus propiedades
Te ofrecemos cuatro recetas con algas, algunas más tradicionales y otras diferentes, intentando llevarlas a nuestro terreno. Pero sólo son algunas ideas, la cocina es un pequeño laboratorio y te toca a ti experimentar con ese sano y desconocido ingrediente para intentar adaptarlo a tu alimentación diaria.
Contenido
Ensalada de wakame y pepino, de las recetas con algas la más sencilla
¿Qué necesitamos?
- Algas wakame desidratadas
- 1 pepino pequeño
- Sésamo
- Salsa de soja
- Vinagre de arroz
- Azúcar
¿Cómo lo preparamos?
Comenzaremos cortando el pepino en rodajas muy finitas. Lo ponemos en un bol con agua fría y cubitos de hielo y lo llevamos a la nevera por una media hora.
Mientras tenemos el pepino en la nevera rehidrataremos el wakame. Sólo tenemos que poner una cucharada sopera de las algas en agua fría durante cinco minutos, verás que crecen mucho al estar en remojo. Si viniera el wakame entero lo partimos en trozos con las manos antes de ponerlo en agua.
Continuamos preparando el aliño. Ponemos en un bol dos cucharadas de vinagre de arroz y otras dos cucharadas de salsa de soja, junto a media cucharada de azúcar. Mezclar muy bien.
Sólo nos queda emplatar. Ponemos en la base de los platos las rodajas de pepino escurridas y sobre ellas las algas también escurridas. Echamos el aliño por encima de la ensalada y decoramos con las semillas de sésamo.
Maki de salmón, sacado de las recetas de algas que más conocemos
¿Qué necesitamos?
- 250 gramos de arroz blanco
- 120 gramos de salmón ahumado
- 2 láminas de algas nori
- Sal
- Agua
- Salsa de soja
¿Cómo lo preparamos?
Antes de nada deberemos congelar el salmón ahumado para evitar contagiarnos de Anisakis, es un parásito muy peligroso y mejor no correr riesgos. Con sacarlo antes de empezar a cocinar será suficiente para que se descongele.
Ahora sí, comenzamos a preparar nuestro maki de salmón. Primero debemos lavar el arroz para que suelte el almidón. Este paso es muy importante para que quede suelto y no parezca una pasta. Para hacerlo ponemos el arroz en un bol con agua y removemos con la mano. Comprobarás que el agua se vuelve blanca, eso es por el almidón. Cambiamos el agua y repetimos el proceso las veces que haga falta hasta que se quede transparente.
Ponemos el arroz ya libre de almidón a cocer en una olla con el doble de agua que de arroz y sal. Cuando esté cocido retiramos y dejamos enfriar para poder trabajarlo.
Sobre una esterilla para enrollar maki ponemos las algas, cubrimos con una capa fina de arroz y en el centro de esta capa colocamos lonchas de salmón. Si no tenemos esterillas podemos usar un paño de cocina limpio.
Ahora viene lo complicado. Con cuidado y mucha paciencia vamos a ir enrollando el alga sobre el relleno hasta que nos quede un tubo compacto y, con un cuchillo bien afilado, cortaremos en rodajas de un dedo de grosor. Lo normal es que no te salga bien la primera vez, pero cuanto más practiques mejor te saldrá.
Servir acompañado de salsa de soja y, por supuesto, comer con palillos.
Recetas y algas: sopa oriental de fideos
¿Qué necesitamos?
- 1 paquete de fideos chinos
- 1 taza de algas nori deshidratada y partida
- 1 huevo
- 1 zanahoria
- 1 puerro
- 2 tallos de apio
- Sal
- Pimienta
- Perejil picado
¿Cómo lo preparamos?
Ponemos el caldo a calentar en una olla, añadimos la zanahoria cortada en medias lunas y el puerro y las ramas de apio bien picadas. Cocemos unos diez minutos hasta que la zanahoria no esté tan dura pero tampoco cocida del todo.
Agregamos los fideos y el alga troceada (con las manos), y salpimentamos el caldo. Mientras los fideos cuecen batimos un huevo en un bol y cuando estén casi listos echamos el huevo batido poco a poco y haciendo círculos en la olla, para que queden pequeños hilitos de huevo.
Al servir decorar con perejil picado.
Consejo: Si el sabor del alga nori te parece muy intenso o te desagrada, en vez de añadirlo en trocitos puedes molerlo y echar dos cucharadas del alga en polvo. Aportará las mismas cualidades pero con un sabor mucho más suave. Incluso pueden parecer recetas diferentes.
Croquetas de algas, dándole una vuelta a la cocina con algas
¿Qué necesitamos?
- 100 gramos de cecina
- 5 gramos de alga wakame deshidratada
- 1 cucharada de harina
- 2 vasos de leche
- Sal
- Pimienta
- Nuez moscada
- Aceite de oliva virgen extra
Para el rebozado:
- Harina
- Huevo
- Pan rallado
¿Cómo lo preparamos?
Comenzamos volviendo a hidratar las algas wakame poniéndolas en un bol con agua suficiente para que las cubra. En este caso hemos elegido algas wakame pero puedes sustituirla por cualquier otra alga que te guste. Dejaremos diez minutos reposar para que cojan todo el agua que necesiten y aumenten de tamaño.
Continuamos cortando la cecina en datitos pequeños y hacemos lo mismo con las algas, ya hidratadas y escurridas todo lo que podamos.
Ponemos a calentar una sartén con un poco de aceite y, cuando esté caliente echamos la cucharada colmada de harina. Movemos con una cuchara de madera hasta que se comience a dorar la harina, momento en el que añadiremos la leche y aderezamos con sal, pimienta negra molida y nuez moscada, así tendremos la bechamel de nuestras croquetas. Ten mucho cuidado con la nuez moscada, da muchísimo sabor y si te pasas puede quedar una masa que no se podrá comer.
Removemos bien cuidando de que no queden grumos y sin parar. Cuando comience a espesar será el momento de añadir las algas y la cecina picadas. Mezclamos bien y seguimos removiendo hasta que la masa comience a separarse con facilidad de la sartén. Volcamos en un bol o ensaladera y dejamos que enfríe.
Cuando haya pasado una hora la masa ya tendrá una temperatura con la que poder trabajarla. Con las manos húmedas para que no se nos pegue la masa vamos haciendo bolitas y dando forma de croquetas, para pasarlas después por harina, huevo batido y pan rallado. Con estos tres ingredientes nos quedará un rebozado muy crujiente.
Freímos en abundante aceite caliente hasta que el rebozado quede dorado y servir.
Pueden comerse calientes o frías, el sabor va cambiando conforme varía de temperatura pero de cualquier forma van a estar siempre riquísimas.
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