Ponernos delante de la estantería de los lácteos en el supermercado en ocasiones nos puede resultar abrumador. Cada vez existen en el mercado más tipos de leche, orientados a diferentes grupos de consumidores con diferentes necesidades y preferencias.
Si notas que por las mañanas no te sienta bien la leche, es posible que no estés tomando el tipo de leche más adecuado para ti. Si, por el contrario, el problema está en que no te gusta el sabor, te animamos a probar otra marca o variedad, ya que notarás que el sabor (incluso el color) es diferente.
La leche es el lácteo más importante y nunca debemos olvidar su consumo, no solo por su riqueza en calcio, si no también por otros muchos beneficios que solo tiene este alimento.
A continuación queremos darte una serie de tips o consejos para que sepas qué tipo de leche está mejor indicada para ti.
Tipos de leche
Leche entera:
La leche entera podríamos decir que es la «pura», aunque la mayoría de las veces llega a nosotros bastante manipulada. Por su composición, es más densa tanto al paladar como al estómago, por lo que nos provoca una mayor sensación de saciedad.
Leche semidesnatada:
A medio camino entre la entera y la desnatada, encontramos la semi. Una opción perfecta para quienes no quieran renunciar al sabor de la entera pero deseen ahorrarse algunas calorías y algo de grasas.
Leche desnatada:
Cuando alguien decide ponerse a dieta, lo primero que suele cambiar es el tipo de leche que consume, siendo las desnatadas las más populares entre quienes buscan perder peso. La diferencia de la desnatada respecto a las dos anteriores reside en la cantidad de grasa y de calorías que contiene. Además, al eliminar esta grasa se eliminan también las Vitaminas de la leche, aunque para esto los productores suelen enriquecerlas artificialmente.
En cuanto a las proteínas, la lactosa y el calcio, la leche entera y la desnatada tienen la misma proporción, al igual que ocurre con el agua, aunque la creencia popular tienda a afirmar en ocasiones que la leche desnatada sabe a agua.
Leche sin lactosa:
En los últimos tiempos estamos viendo como cada vez más marcas se animan a lanzar leche sin lactosa. Esto es debido al incremento de alérgicos a la lactosa que ya no deben renunciar a esta bebida.
Si no perteneces a este grupo también podemos recomendarte este tipo de leche si te notas pesado tras desayunar, seguro que tu estómago te lo agradecerá.
Leche enriquecida:
Cada vez es más habitual encontrar en el mercado leche enriquecida, bien sea con Vitaminas, con ácido fólico, con algún mineral o incluso con omega 3. Elige aquella que contenga mayores niveles de aquello con lo que necesites un empujón extra.
Otros tipos de leche:
Aparte de las mencionadas, existen otras variedades en el mercado, como la de soja, de avena o de almendras. Normalmente suelen elegirse por su sabor diferente, pero también las puede recomendar el médico en determinados casos, como en pacientes con colesterol alto o en tratamientos para la anemia.