Los pies nos llevan a donde queremos. Muchas veces no les prestamos la atención que reclaman y necesitan. Pero de esto nos damos cuenta muchas veces cuando comenzamos a peinar canas, después de muchos años de zapatos de moda aunque no muy cómodos.
A veces nacemos con algunos defectos ligeros en los pies, que son corregidos fácilmente por aditamentos. Otras veces los defectos son en las piernas o caderas y repercuten en los pies.
Hay enfermedades que pueden lastimar más severamente los pies, como la diabetes, y entonces debemos extremar los cuidados. Precisamente de este interesante tema estaremos hablando aquí.
LEE MÁS: ¿QUIERES CONOCER CÓMO CONTROLAR LA SUDORACIÓN EXCESIVA Y EL OLOR DE LOS PIES?
Contenido
¿Qué estructura anatómica tienen los pies?
Los pies están formados por múltiples huesos, articulaciones, ligamentos y músculos. Permiten que podamos estar de pie, soportando nuestro peso, a veces excesivo. Su complejidad los vuelve al mismo tiempo vulnerable.
Con cada paso que damos, todas las partes de cada pie se ponen en tensión y sufren mucha fuerza en ese momento. Con los años, estos movimientos repetitivos pueden provocar cambios normales, como son que la grasa que ayuda a amortiguar en la planta del pie disminuye. También el llamado arco longitudinal se aplana un poco. Esto es normal.
Pero por el propio paso del tiempo, podemos sufrir artrosis en cualquier parte del cuerpo, y los pies no están exentos de ello. Así, la articulación del tobillo tiene menos movimiento y puede ser un tanto doloroso, al igual que el resto de las 33 articulaciones que tiene el pie. Si a esto le sumamos zapatos no apropiados a nuestra forma de pie o a las dolencias que tengamos en ellos, el problema puede ser mayor.
¿Tengo problemas en los pies?
A continuación hablaremos de los problemas más frecuentes.
Callos:
se producen por el roce con zapatos, habitualmente en los costados o arriba de los dedos, así como en la planta del pie, en la llamada zona del metatarso. Sin lugar a dudas que pueden llegar a ser muy dolorosos.
Juanetes:
es un abultamiento óseo que se produce en la articulación del dedo gordo del pie, y hace que este dedo se comience a desviar hacia los demás dedos, llegándose en algunos casos a montar sobre ellos. También puede ser muy doloroso y deforma la estética del pie.
Otras deformaciones de los dedos:
Los dedos en martillo se producen cuando alguno de estos se quedan flexionados y no se pueden enderezar por deformidades de los mismos. La parte más elevada del mismo comienza a rozar con el zapato, produciendo callos y ulceraciones por el roce.
Las uñas pueden encarnarse, jorobarse y engrosarse convirtiéndose en zonas dolorosas.
Fascitis plantar:
debajo del talón y de parte del pie hay una especie de vaina que envuelve músculos y tendones que se llama fascia plantar. Este se puede inflamar, principalmente en la zona donde el hueso del talón está más cercano a ella. Esta irritación constante la inflama, provocando la fascitis plantar. Esta fascitis, si no se trata oportunamente, puede dar lugar al llamado espolón calcáneo. Este es una excrecencia ósea en la parte de abajo del calcáneo que irritará constantemente a la fascia, y puede llegar a ser muy doloroso.
Hongos:
Los hongos pueden hacer presa de los pies, debido a la humedad que estos llegan a tener por el uso constante de zapatos cerrados o porque sudamos mucho . Habitualmente salen entre los dedos , principalmente entre el dedo más pequeño y el que está al lado. También las uñas pueden tener hongos.
¿Por qué se me hinchan los pies?
Los pies pueden hincharse por diferentes causas. Habitualmente, el tener hinchado el pie es producto de la acumulación de líquido en los mismos, y esto se conoce como edema.
Esto ocurre frecuentemente en personas de edad avanzada, y puede ser ocasionado por enfermedades de la persona o por problemas propios de los pies. Las enfermedades que comúnmente aparecen y que con más frecuencia producen edemas son algunas la insuficiencia renal crónica, la hepática, enfermedades del corazón, y cualquier otra causa de que baje la albúmina en sangre. La albúmina es la proteína que circula por la sangre más abundantemente. Habitualmente el edema producido en estos casos no es doloroso.
Otro problema que no es una enfermedad sistémica, pero que está fuera de los pies, son las várices de las piernas. Estas pueden producir edemas acompañados de pesantez y cansancio en los pies, principalmente cuando permanecemos de pie.
El otro gran grupo de causas de pies hinchados con las deformidades o enfermedades propias de los pies, como son el pie plano, el arco metatarsiano bajo, el espolón y los juanetes.
Si esta hinchazón se produce por primera vez en horas, y es dolorosa, pudiera tener una trombosis venosa de la pierna o una linfangitis. En este caso acuda al médico tan pronto pueda.
¿Por qué me duelen los pies?
Todos los problemas que abordamos en el apartado ¿Por qué se me hinchan los pies? pueden tambien ser causa de dolor. También causan dolor los zapatos incómodos, caminar mucho, o estar mucho tiempo de pie. Muchas veces hay varios de estos problemas al mismo tiempo. Si a cualquiera de estos problemas le añadimos unas cuantas libras de más, el problema se multiplica y será mucho más molesto.
Y entonces… ¿qué puedo hacer?
De manera general, aquí van algunos consejos para mantener los pies saludables:
- Utiliza zapatos cómodos, que el pie no le quede muy holgado dentro de él que produzca roces ni muy ajustado. Muchos zapatos hoy en día vienen con un ligero soporte longitudinal. Son beneficiosos.
- No uses siempre los mismos zapatos. Los roces y apoyos serán en zonas diferentes si utiliza diferentes zapatos. La continuidad de este apoyo o roce es lo que produce los callos y las peladuras. Cambie de zapatos.
- A veces son necesarios los zapatos ortopédicos con soportes y ajustes a la medida del padecimiento.
- Tratemos de tener un buen peso, nuestros pies nos lo agradecerán. Notarás la diferencia tan pronto comiences a bajar.
- Haz ejercicios para el fortalecimiento de los pies. Un fisioterapeuta lo puede guiar.
Si tienes dolor o hinchazón en los pies:
- Descansa los pies sobre una banqueta, es decir, algo elevados.
- Puedes utilizar compresas frías
- Trata de caminar o estar de pie menos durante unos días.
- Hay algunos medicamentos de venta libre que pueden ayudar a aliviar el dolor, como el paracetamol. Si no eres alérgico a él, lo puedes tomar.
- Puedes usar medias elásticas, que producen una ligera compresión en el pie y las piernas y ayudan a que el edema disminuya.
- Visita al quiropodista una vez al mes. Dele ese placer a sus pies. Se lo merecen.
- Si tienes una enfermedad fuera de los pies, como las mencionadas al inicio y que produzcan edemas, acude a tu médico.
Si en unos días no has mejorado, o has aumentado el dolor o la hinchazón, consulta a tu médico.
¿Y si eres diabético?
Si la persona es diabética, los pies requieren más cuidados aún. La diabetes puede lastimar los nervios de estos, y producir zonas donde no se sienta el dolor, lo cual puede ser muy peligroso pues una pequeña rozadura se puede convertir en una úlcera. La diabetes también puede lastimar los vasos sanguíneos y esto provoca que no llegue suficiente sangre y por lo tanto oxígeno a los tejidos, lo que también favorece la formación de úlceras.
Por ello, las personas que son diabéticas deben revisarse los pies diariamente, en busca de lastimaduras, aunque no se sientan nada molesto. También se debe acudir al quiropedista mensualmente, así como usar medias y zapatos acolchados.
Otros artículos que te interesarán: ¿Quieres saber qué puedes comer si eres diabético?