Es un hecho: una de cada cinco personas en el planeta padece de artritis. Esta enfermedad afecta a cualquier edad y provoca inflamación, rigidez y dolor de las articulaciones o alrededor de ellas. Esto implica que los afectados tienen limitaciones para realizar las actividades cotidianas e influye en su calidad de vida.
Si deseas conocer más sobre uno de los tipos de artritis te invito a leer: DOLOR EN LAS ARTICULACIONES, SOSPECHA DE ARTRITIS REUMATOIDE
La artritis es una enfermedad crónica, que no desaparece con la edad. De cualquier manera, existen varios tipos de tratamiento que pueden ayudar a las personas afectadas a convivir con esta enfermedad y atenuar sus molestias, siendo así su vida más normal y plena.
¿ Por qué se produce la artritis?
Hasta el momento se desconocen las causas de la artritis, si bien, se estudian ciertos factores que podrían ser considerados como de riesgo. Entre ellos están los relacionados con la herencia y los vinculados al estilo de vida. Estos incluyen las lesiones, los procesos de inflamación de las articulaciones y los asociados con el sistema inmune.
¿Cuáles son los síntomas de la artritis?
- Dolor: puede ser continuo o esporádico. Frecuentemente se produce al moverse y es mucho mas marcada despues de periodos de reposo.
- Rigidez: este síntoma provoca dificultad al realizar actividades como subir o bajar escaleras o abrir un frasco. Tanto el dolor como la rigidez articular son mayores durante la mañana y después de un periodo de inactividad.
- Inflamación esporádica: la piel que cubre la zona articular afectada se inflama y provoca dolor y rigidez.
- Dificultades para mover una articulación: cuando se tiene dolor al doblar una articulación o realizar una actividad sencilla y cotidiana.
- Enrojecimiento en la articulación: cuando la articulación o la piel cercana a ella se observa enrojecida y caliente al tacto.
Todos estos síntomas pueden acompañarse con falta de apetito, fiebre, problemas oculares y depresión, que se manifiestan de inmediato o progresivamente.
Diagnóstico de la artritis
Como existen múltiples tipos de artritis, lo importante es determinar cuál de ellas se padece. Mientras más rápido se haga el diagnóstico menores serán los daños que se produzcan en las articulaciones.
El reumatólogo es el especialista encargado de determinar si la persona tiene artritis y qué tipo es. En principio, el especialista documentará los síntomas al paciente y su historial clínico. A continuación le realizará un examen físico y por último, serán indicadas radiografías y pruebas de laboratorio que pueden incluir pruebas de sangre, orina o fluido de las articulaciones.
El médico preguntará al paciente si tiene síntomas como erupciones cutáneas, úlceras en la boca, debilidad muscular, problemas oculares, que se presentan en algunos tipos de artritis.
Es importante que la persona afectada informe al reumatólogo dónde duele, cuándo duele, cuánto dura el dolor, si tiene inflamación, rigidez. También es importante conocer si algún miembro de su familia padece de artritis, que actividades físicas le molestan y si ha sufrido algún accidente que lesionara una articulación o utiliza esta cotidianamente en el trabajo.
Tratamiento de la artritis
Un gran número de personas padece de artritis en todo el mundo, y la mayoría son mujeres. Aunque la artritis es una afección crónica y existen varios tipos de ella, existen varios fármacos y ejercicios paliativos que el paciente pude emplear para convivir con esta enfermedad y atenuar sus limitaciones.
Los tratamientos requieren de varios tipos de medicamentos que van desde analgésicos, antiinflamatorios y antidepresivos. Según las indicaciones del reumatólogo, puede alternarse los medicamentos con períodos de reposo. Se combinan con protección de las articulaciones, técnicas de cuidado personal, la regulación de las actividades cotidianas así como el ritmo en que los mismos se efectúan. En casos excepcionales, puede ser necesario recurrir a la cirugía.
La práctica regular de ejercicios ayuda a aliviar el dolor, reducir la fatiga, ganar en movilidad y mejorar el estado de ánimo del paciente. Por ello, se recomendará también la práctica de ejercicios terapéuticos.
Medicamentos para controlar la artritis
Dentro de las terapias con medicamentos pueden indicarse antiinflamatorios no esteroides, muy efectivos para disminuir el dolor y la inflamación. Los corticoesteroides se recetan solo si existe un dolor severo y una gran inflamación.
En casos graves puede recurrirse a inyecciones en las articulaciones, que alivian inmediatamente los dolores de diversos tipos de artritis. No obstante, se deben emplear pocas veces al año pues debilitan los huesos, tendones y cartílagos.
Los analgésicos se prescriben para aliviar el dolor, pero no reducen la inflamación asociada con determinados tipos de artritis. Solo resultan de ayuda cuando el dolor es la razón principal de molestia y discapacidad. De forma general, son considerados mucho más seguros que los fármacos antiinflamatorios.
También se utilizan frecuentemente tratamientos tópicos como ungüentos, pomadas y cremas que contengan sustancias antiinflamatorios. Estas se extienden en la piel de la zona afectada, con la finalidad de aliviar el dolor.
Otro de los tratamientos alternativos son los fármacos antirreumáticos modificadores de las afecciones. Estos pueden retrasar el deterioro de las articulaciones por la enfermedad, pero tardan varias semanas o meses en surtir efecto.
Es normal que la persona se sienta mal, deprimida por su situación actual o por los dolores articulares. Los medicamentos para dormir pueden ayudarle a un mejor descanso y a relajar los músculos, pero deben evitarse tomarlos durante periodos muy prolongados, porque la mayoría genera adicciones. También pueden prescribirse medicamentos para tratar la depresión asociada a la artritis.
¿Se puede prevenir la artritis?
Aunque las causas de la artritis no han sido determinadas, sí existen factores en que podemos incidir para minimizar el riesgo de padecerla. En el caso de que ya se tenga, también puede reducirse la dificultad en los movimientos y la discapacidad asociada a la artritis.
Mantener un peso correspondiente a la estatura, la edad y otros padecimientos físicos, resulta de gran relevancia. Las personas sobrepeso en la medida que envejecen tienen mayor riesgo de contraer osteoartritis, también conocida por artrosis, la forma de artritis más común en la población. Las articulaciones que más sufren por osteoartritis son las rodillas y cadera, la que ocurre con mayor frecuencia en las mujeres.
Las personas lesionadas en las articulaciones por accidentes, heridas o uso excesivo o repetitivo, tienen mayor probabilidad de tener artritis.
Se recomienda realizar ejercicios terapéuticos para mantener fuertes los músculos que rodean las articulaciones. En especial deben fortalecerse los músculos del muslo que sostienen la rodilla. Se ha demostrado que determinados ejercicios físicos reducen el dolor de los diferentes tipos de artritis y enfermedades asociadas a esta.
Ante la sospecha de artritis lo más indicado es acudir al reumatologo para que efectue el diagnoostico y determine los tratamientos a ser empleados. De igual forma orientará sobre el control de los factores de riesgo. Con el tratamiento adecuado, una persona con artritis puede trabajar, mantener su independencia personal, un buen estado de ánimo y una alta autoestima.
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