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Presión social por COVID: la otra cara de la pandemia que no es visible

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Presión social por COVID: la otra cara de la pandemia que no es visible

¿Sabías que existe la llamada presión social por COVID? En estos tiempos de pandemia, en los que ni siquiera nuestros políticos se ponen de acuerdo en lo que debemos o no debemos hacer, es muy difícil tratar de mantener un estilo de vida “normal” y a la vez proteger nuestra salud y la del resto de los que nos rodean. La presión social por COVID se produce cuando nuestro círculo no es capaz de respetar nuestra decisión de exponernos lo mínimo posible al virus, pudiendo perjudicar gravemente nuestras relaciones sociales, pero también familiares y laborales.

¿Te sientes identificado? ¿Quieres saber cómo puedes afrontar mejor esta situación? En este artículo vamos a tratar de arrojar algo de luz a este asunto y ofrecerte una pequeña guía para que puedas sobreponerte a la presión social por COVID, hacerte entender y respetar y conseguir superar esta pandemia lo mejor posible, dentro de tus valores y el modo en el que, respetando a los demás y cumpliendo con la ley, puedas sentir que estás actuando como realmente quieres hacerlo. Te lo contamos todo, a continuación.

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Qué es la presión social por COVID y por qué la estamos sufriendo

Quizá pueda sonar algo infantil que exista una presión social en temas relacionados con la salud. Pero la hay. Y la sufren muchas más personas de las que piensas. Algunas, incluso, llegan a ceder simplemente por no verse arrastradas por ella y viven intranquilas porque realmente no es lo que quieren hacer, incluso pueden contagiarse por el virus al exponerse.

Esta presión social suele venir de un círculo muy cercano, ya que hay muchas personas que consideran que sus más allegados no les van a provocar un mal y, por tanto, no les van a contagiar. Esto, como ya se sabe a estas alturas, es un error garrafal, y es que el covid es altamente contagioso y es precisamente en los lugares de confianza donde más impacto está causando. Algunas de estas personas pueden, aprovechando esta confianza, menospreciar tu opinión, incluso calificarte negativamente o simplemente dando por hecho que harás los planes que ellos quieran.

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¿Merece la pena comprometer la salud por la vida social?

En este punto hay varias cosas que matizar. En primer lugar, somos seres sociales, esto no lo podemos olvidar en ningún momento, por lo que no podemos olvidarnos completamente de que hay vida fuera de las paredes de nuestro hogar ni tratar de vivir sin nada de contacto con otros seres humanos, ya que esto puede tener otra serie de desventajas añadidas que podríamos valorar en otro artículo y que, de hecho, ya te hemos hablado en alguna ocasión.

Sin embargo, es evidente que la salud siempre debe estar por encima de todo, porque sin salud no solo no tendríamos vida social, perderíamos todo. ¿Qué hacemos entonces? La clave está en saber buscar un equilibrio entre cuidar tu salud y mantener una relación relativamente estrecha con tus allegados. Por supuesto, hay fórmulas para conseguirlo y no todo tiene que ser blanco o negro.

Alternativas para hacer planes seguros

Abre un poco la mente (y trata de abrírsela también a quienes están ejerciendo sobre ti esa presión social por COVID) y busca alternativas que vayan más allá de reuniros muchas personas en un lugar cerrado.

Se puede hacer más que ir de discotecas o quedar mucha gente para comer en un lugar interior, totalmente cerrado y sin ventilación. Lo mejor es buscar planes al aire libre y que no impliquen quitarse mascarilla, siempre que se cumplan otras condiciones, como no tener contacto humano, lavarse las manos frecuentemente o usar gel hidroalcohólico, cambiarse de ropa al llegar a casa, dejar los zapatos en la puerta, etc. Por supuesto, ten en cuenta también dónde haces estos planes, si puedes llegar andando o en tu propio vehículo, mejor que mejor. Si, por ejemplo, te apetece quedar a charlar con una amiga, puedes hacerlo, claro que sí, pero dar un paseo por un parque es un plan mucho más seguro que sentarte a tomar un café en su casa.

Por supuesto, las videollamadas siguen siendo un buen plan. Sabemos que no es lo mismo, pero es la forma de poner mantener una vida social más o menos interesante, celebrar buenas ocasiones, contar aquello que te está pasando o incluso ver películas juntos o cualquier otra cosa que quieras. Las llamadas de teléfono, las de siempre, también pueden ser una buena opción ya que te permiten aprovechar el tiempo haciendo otra cosa, algo que las videollamadas no permiten.

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No cedas ante la presión social del COVID, trata de explicar tu punto de vista

Otro de los grandes errores es que cedemos a la primera de cambio, simplemente por no parecer los “rollazo” del grupo o por no dar lugar a que hablen de nosotros y nos llamen paranoicos. Esto está sucediendo mucho más de lo que parece, pero déjanos darte un consejo: quien bien te quiere no te va a obligar a nada. ¿Y sabes cuál es el mejor camino para hacerte entender? Exacto: la palabra. Trata de explicar tu punto de vista, tus miedos, cuáles son los motivos que te hacen actuar de una manera determinada o de otra respecto a este tema y sobre todo pide que te respeten.

Explica que es algo tuyo, que tratar de seguir la postura que tú crees más adecuada para sobrellevar esta pandemia es esta y que es independiente a la otra persona. No significa que ya no quieras hacer planes con ella o que no la quieras o incluso que te caiga mal. Simplemente estamos pasando una etapa complicada y, al final, cada uno la está tratando de vivir como mejor puede hacerlo.

Y si no cede la presión social del COVID, que cada cual siga su camino

Es así de sencillo. Llega un momento en la vida en que hay que tomar este tipo de decisiones y si las personas que te rodean no son capaces de respetar tu punto de vista, solo queda alejarte. Lo que no puedes hacer, ni en este ni en cualquier otro asunto similar, es ceder siempre ante lo que los demás quieren que hagas.

Al final, lo más importante de la vida es acostarse cada noche sabiendo que estás haciendo aquello que realmente quieres hacer y siendo fiel a tus principios y a tus ideales. Si otra persona no solo no los entiende ni los comparte si no que además te piden que renuncies a ellos, entonces también deberías pensar si quieres a esta persona en tu vida.

Lo más importante ahora eres tú, cuidarte como tú creas que te debes cuidar y quien te quiera bien lo entenderá y quien no, vendrán más oportunidades, más personas y otros tiempos mejores. No desesperes y decide qué quieres hacer y con quién te quieres relacionar y cómo, pero, sobre todo, hazlo de manera que puedas dormir tranquilo cada noche y que te cuides lo máximo posible. La saturación hospitalaria no es ninguna tontería y no debes permitirte el lujo de acabar allí solo porque los demás te hayan “obligado” a hacer un plan que para ti no era seguro.

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