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Picaduras de medusa, un clásico de cada verano

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Picaduras de medusa, un clásico de cada verano
Las medusas pueden darnos fotos tan bonitas como estas... pero también una picadura muy molesta

Cada verano, la misma estampa en las playas a lo largo de todo el mundo. Bañistas a los que se les estropea su día en el mar por las picaduras de medusa, puestos de asistencia médica que no dan a basto tratando dichos problemas y orillas abarrotadas de gente mientras que nadie se atreve a bañarse porque los informativos han alertado de una plaga de esta poca amistosa criatura marina.

Si alguna vez has vivido en primera persona lo que significan las picaduras de medusa, seguro que no puedes olvidar esa sensación de quemazón y picor a partes iguales. Probablemente, si no las has tratado correctamente, luzcas de por vida una mancha en tu piel, auténticas marcas de guerra que te recordarán siempre a aquel verano en el mar.

Y es que la temporada estival no solo trae consigo fiestas en barcos o noches en el paseo marítimo. Hay una serie de riesgos asociados al verano, como los golpes de calor, los problemas del sol o las picaduras de mosquito que te pueden arruinar la época más esperada del año.

picaduras de medusas
Las medusas pueden darnos fotos tan bonitas como estas… pero también una picadura muy molesta

Para que las picaduras de medusa no estropeen tus vacaciones, queremos que aprendas a evitarlas y sobre todo a tratarlas. El verano es para disfrutarlo, no dejes que nada te lo amargue.

Picaduras de medusa, un problema que nunca pasa de moda

Aunque no suele representar un peligro grave para la salud de una persona, hay que estar atentos y evitar en la medida de lo posible las picaduras de medusa, ya que en función de quien las sufra y la especie de medusa que nos pique la sintomatología puede ir desde el simple picor hasta consecuencias muy graves como la muerte.

Repetimos que no es lo habitual, especialmente en países europeos o americanos, sin embargo, en zonas de Asia como Filipinas se estima que en torno a 40 personas mueren cada año por las picaduras de medusa.

Aunque hay muchos tipos de medusa, los más comunes son la melena de león, la carabela portuguesa, la ortiga de mar o la avispa de mar (la más peligrosa y presente en aguas australianas y filipinas).

picaduras de medusas
Las medusas llegan hasta nuestras playas debido a las olas y las corrientes marinas

Los síntomas más habituales son picor y quemazón de la zona afectada, dolor de cabeza, dolor abdominal, espasmos musculares, erupción cutánea y marcas en la piel. En el caso de la peligrosa avispa de mar, podemos presentar problemas para respirar, cambios en el ritmo cardíaco e incluso la muerte.

La prevención es fundamental si hablamos de medusas

No te vamos a pedir que renuncies a un día de playa por las medusas, pero sí te vamos a tratar de concienciar para que reconozcas que la prevención lo es todo para evitar que las indeseadas picaduras de medusa.

Si acudes a la playa y ves bandera amarilla o roja, acércate al puesto de información y pregunta el por qué del color. Puede ser por olas, contaminación del mar o plaga de medusas, entre otros. En cualquier caso, sigue siempre los consejos de los profesionales y no te bañes si el día no lo permite.

Si has escuchado en las noticias que hay medusas en tu zona o si a simple vista se pueden ver, de nuevo te pedimos que te quedes en la orilla. Hay muchos planes que puedes hacer para disfrutar de la playa sin necesidad de bañarte: comer en el chiringuito, jugar a las palas en la orilla, practicar voleyplaya, jugar a las cartas con tus amigos, hacer rutas para buscar los mejores lugares donde tomar espectaculares fotos o hacer castillos de arena con tus hijos o sobrinos.

Por último, si aún así decides bañarte, quédate siempre cerca de la orilla, donde hagas pie y donde alguien te pueda ver y ayudar en un momento dado. Una de las consecuencias de las picaduras de medusa son los calambres, los cuales en ocasiones nos impiden nadar de vuelta a la orilla y pueden ponernos en serios problemas. No te confíes por el hecho de saber nadar bien o por ver el mar en calma, si una medusa te pica en una zona comprometida es posible que no sepas como salir del agua y necesites ayuda.

medusas pican
Si vemos medusas en la orilla, lo mejor que podemos hacer es avisar a los socorristas o retirarlas del paso público con ayuda de un cazamedusas y un cubo. Nunca debemos tocarlas ni cogerlas con las manos

Tratamiento para las picaduras de medusa

Si no hemos podido evitarlo, nuestra actuación en los primeros minutos es fundamental para tratar correctamente las picaduras de medusa. Notarás inmediatamente su picor y dolor y aunque sea la primera vez que te pican, sin ningún margen de duda reconocerás lo que te está pasando.

Si estás en una playa con puesto de asistencia médica, ve inmediatamente a él. Allí te limpiarán la zona y te administrarán pomadas específicas para paliar el picor y acelerar la curación. Están acostumbrados a tratar con picaduras de medusas y sabrán exactamente qué hacer y cómo hacerlo para que te recuperes lo antes posible. Tras los primeros cuidados puedes volver a la playa y continuar con tu jornada festiva, pero intenta no tomar demasiado el sol para que la marca no se oscurezca y se te quede la señal de por vida.

Si no hay servicio médico, puedes limpiarte tú mismo, pero recuerda no hacerlo nunca con agua dulce. Puedes utilizar agua del mar o suero fisiológico. A continuación observa la zona infectada para asegurarnos que no ha quedado ningún resto de tentáculo y, en caso de haberlo, retíralo siempre con unas pinzas. Aplica algo frío sobre la picadura, nunca directamente, envuélvelo en una toalla. Te pueden servir los cubitos de hielo o incluso una lata de refresco o una botella fría.

Cuando regreses a la ciudad visita una farmacia para que recomienden una pomada o antihistamínico. El remedio casero es empapar la zona con vinagre diluido en agua, lo cual alivia el picor y frena el desarrollo de la picadura.

Las picaduras de medusa por lo general no son peligrosas, pero siempre es conveniente conocer su prevención y su tratamiento para evitar que nos den un mal día.