Si te gusta la cocina italiana o la pasta en general seguro que hay una receta a la que no te puedes resistir: la pasta a la Carbonara. Es un auténtico manjar, una delicia de los dioses, un regalo de la gastronomía. Vale, sí, ya ha quedado clara nuestra pasión por esta receta, por eso, en nuestro artículo de hoy queremos enseñarte a prepararla de un modo clásico, pero con un toque especial. Porque la pasta a la carbonara tiene tantas formas de prepararse como paladares esperando a consumirla.
Y esta es precisamente una de sus mayores virtudes. Según en qué lugar la comas o qué restaurante la prepare puede variar bastante su presentación, su sabor e incluso su lista de ingredientes. De hecho, seguro que ya sabes que hay dos formas de prepararla, con nata o con huevo (o con ambos, en algunos casos). ¿Cuál está más buena? Depende de tus gustos, ambas son exquisitas y sobre todo para elegir una u otra varía en si te gusta más que tenga un poco de salsita o si prefieres solo la pasta con un sabor riquísimo, suave y muy auténtico. ¡Toma nota y ponte a los fogones!
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Ingredientes para hacer esta receta:
A continuación, te dejamos la lista idónea de ingredientes para preparar pasta a la carbonara para cuatro personas. Ten en cuenta que es un plato habitualmente contundente, aunque con estas cantidades no te quedarás con hambre.
- 350 gramos de pasta fresca
- 200 gramos de panceta
- 80 gramos de queso pecorino
- 100 ml de nata espesa tipo Presidente
- 6 yemas de huevo campero
- Una pizca de sal
- Una pizca de pimienta negra
- Unas gotas de aceite de oliva
- Agua
Cómo preparar la receta de la pasta a la carbonara versión Actitud Saludable
Lo primero que tienes que hacer es poner a cocer una olla con agua, una pizca de sal y unas gotas de aceite. La sal le dará sabor a la pasta que vas a cocer y el aceite evitará que se pueda pegar.
Mientras empieza a hervir el agua, vas preparando el resto de ingredientes. Ralla el queso pecorino en caso de que lo hayas comprado directamente en cuña y lamina las tiras de panceta en tiras finas de un dedo de anchura aproximadamente. Aunque ya venden tiras de bacon envasadas en el supermercado, lo ideal es que compres directamente las lonchas, ya que quedará más fino de grosor y más delicioso. Un buen bacon te puede marcar la diferencia, así que no escatimes si quieres disfrutar de una receta con un éxito garantizado.
Añade dos gotas de aceite a una sartén (no más en ningún caso) y pon la panceta con mucho cuidado y mimo. Tendrás que remover constantemente para que quede rico, doradito, pero sin quemarse. No lo mantengas mucho tiempo en el fuego, ya que la panceta se cocina muy rápido. En cuanto veas que coge color, apártalo. Si ha soltado mucho aceite o agua significa que no es buena calidad, intenta comprar otra marca en otra ocasión, pero ahora para salir del paso lo que puedes hacer es retirar este exceso de agua o aceite. Mantén la panceta en la sartén y añádele ahora el queso pecorino rallado.
A estas alturas, el agua ya debe estar hirviendo, añade la pasta fresca (corta o larga, según tus gustos) y déjala a fuego medio el tiempo que te indique el proveedor de esta pasta, ya que cada una tiene un tiempo de cocción diferente.
Después de añadir la pasta, volvemos con la panceta y el queso. Dale vueltas hasta que todo quede bien empapado de queso y vuelve a encender el fuego, a un nivel bajo, lo justo para que mantenga un poco de calor y se integre mejor el queso con la panceta. En ningún caso debes subir a fuego alto, se quemaría y se pegaría el queso y no es lo que queremos.
Añádele ahora los 100 ml de nata. Verás que no es una pasta que vaya a dar mucha salsa, pero sí es una opción magnífica para quienes quieran tener una receta de pasta a la carbonara italiana (con el huevo como protagonista), pero sin renunciar a la nata, que es el ingrediente estrella de este plato en España. Es importante que la nata sea espesa. Remueve bien y añádele ahora las yemas de los huevos. En este punto debes mover continuamente para que no se hagan una tortilla. Deben quedar sueltos pero integrados. Va a coger el protagonismo del plato, no te preocupes. ¿Listo? Reserva y aparta del fuego.
¿Ya está la pasta? Escúrrela bien. Si lo necesitas, puedes ponerla sobre un plato con papel de cocina para que absorba el resto del agua que tal vez no se ha ido cuando has pasado el escurridor o colador. Una vez esté bien sequita, repártela en las porciones deseadas, directamente en el plato y con una cuchara de servir añade la mezcla cocinada anteriormente (la de huevo, nata, panceta y queso), como topping. Intenta ser generoso con cada plato. Por último, espolvorea un poco de queso pecorino que te hayas reservado y una pizca de pimienta negra, justo en la parte más alta. Sírvelo y listo.
¿Cómo acompañar la pasta a la carbonara y hacerla aún más especial?
Una buena receta no es nada sin una presentación a la altura, por eso hemos puesto especial hincapié en que la presentación sea esta, aunque después cada comensal le dé vueltas para que todos los alimentos se integren bien. ¡Por supuesto! Es importante que la comida entre por los ojos, pero más importante aún es que sepa bien rico cuando la comas. Así que, que no os dé pena darle vueltas al plato aunque ya no quede tan bonito.
Para acompañarlo, los vinos le sientan genial a la pasta, tanto los tintos como los blancos. Al ser una receta tan consistente, también se admite el agua, aunque tiene menos “glamour”, pero, yendo a lo práctico, es interesante tener un poco de agua sobre la mesa para ir intercalando sabores.
Si quieres darle un toque especial, puedes añadirle al filo del plato una hoja de menta, para dar un toque refrescante y morderla cuando hayáis terminado de comer. También suele ser bien con este plato unos entrantes a base de mortadela siciliana y jamón ibérico (lo mejor de cada casa) o una bruschetta con tomate seco, ajo en polvo y albahaca. Sencillo pero delicioso.
Por último, no te olvides del poder de la música. Si es una fiesta con amigos, algo de Rafaella Carrá siempre es una buena opción. Si estás de comida o cena romántica, Michael Bubblé es la respuesta. Y si simplemente es una comida en casa con tus convivientes, ¿qué tal algo de Eros Ramazzotti?
Parece una tontería que no tiene nada que ver con la cocina, pero recuerda que la buena gastronomía es mucho más que comer. Es una fiesta para los sentidos y, si conquistas el gusto y el olfato, no te olvides que también el oído puede influir mucho (para bien) es este tipo de veladas. No lo olvides nunca: los detalles importan. Y mucho.
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