En nuestro blog nos encanta darte a conocer las propiedades, beneficios y nutrientes más importantes de los alimentos que solemos tomar habitualmente (y de los que no, también). Hoy vamos con un tubérculo bastante desconocido, la malanga, que a pesar de que probablemente su nombre no te suene, cuando conozcas todo lo que puede ofrecerte seguro que empiezas a incorporarlo a tu dieta.
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¿Qué es la malanga?
Es un tubérculo muy rico en propiedades y nutrientes esenciales. Se trata de una de las especies pertenecientes a una planta tropical que fue descubierta en América por los europeos que colonizaron las tierras y que se llevó principalmente al continente africano.
Hoy en día, hay tres variedades:
- Malanga blanca (América del Sur y Caribe)
- Malanga amarilla (América del Sur y Caribe)
- Malanga isleña (Asia)
Asimismo, también podemos oír hablar de ella con diferentes nombres: malanga (España, Colombia, Cuba y Puerto Rico), ocumo (Venezuela), otoe (Panamá) y yautía (República Dominicana).
¿Cómo podemos comer la malanga?
Este tubérculo nos permite diferentes usos: podemos comerla sola, en sopas, en postres, hervida o frita, eso sí, NUNCA debes tomarla cruda, ya que podría resultar ser tóxica.
Propiedades y beneficios de la malanga
La malanga es un tubérculo con una gran riqueza en nutrientes esenciales, entre los que encontramos diferentes tipos de vitaminas y minerales. Así, la vitamina C, la vitamina B6 y la vitamina E, toman el protagonismo y nos permiten mantener una salud de hierro gracias a ellas, aportándonos propiedades preventivas y curativas. En el lado de los minerales, encontramos una elevada presencia de magnesio, manganeso, fósforo y potasio.
Además, la malanga es muy rico en fibra dietética. Con una sola ración, obtendremos una tercera parte de la cantidad diaria de fibra que deberíamos consumir. ¿Para qué nos ayuda esto? Además de para adelgazar (ya sabemos que la fibra es imprescindible en cualquier tipo de dieta), también nos ayuda en los asuntos estomacales e intestinales: regula el tránsito intestinal, previene el estreñimiento y acelera la digestión. Como hemos dicho, si buscas cuidar tu sistema digestivo, la malanga es uno de los alimentos más recomendados en este sentido. Como ya hemos dicho, regula el tránsito intestinal y favorece las buenas digestiones, pero además, también elimina el reflujo gastroesofágico o, dicho de otro modo, los ardores.
Por otro lado, también actúa de forma eficaz contra el colesterol y la hipertensión, dos conceptos que, si bien pueden aparecer de forma aislada, suelen estar relacionados en la mayoría de los casos. La malanga es muy baja en grasas y no contiene nada de colesterol, por lo que nos ayudará a disminuir sus niveles en nuestro organismo y de este modo, a cuidar nuestro sistema cardiovascular, controlando y regulando la tensión arterial. Tampoco contiene sodio (apenas 20 mg por ración), por lo que puedes tomarla sin problemas.
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