Si te preocupa tu salud y tu peso seguro que te has preocupado por informarte sobre cuál es la mejor dieta para ti, qué ejercicios se adaptan mejor a tus necesidades y a tus horarios… Pero ¿te has preocupado por la calidad de tu sueño? Sí sí, como estás leyendo. Aunque no es lo que más se mira es un factor de lo más importante para nuestra salud en general y para controlar el peso en particular. Y es que dormir mal engorda y afecta a nuestro cuerpo mucho más de lo que podrías imaginar.
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Dormir mal engorda, otra razón para descansar
El dormir menos de las horas que el cuerpo necesita o tener un horario de sueño cambiante favorece de forma muy alarmante la aparición de sobrepeso y el riesgo de que padezcas diabetes. La relación del sueño y el metabolismo es muy grande, así que cuando uno está afectado el otro sufre las consecuencias. Una de las consecuencias que más se pueden observar (aparte de las ojeras) es que dormir mal engorda.
Por eso es tan importante tener en cuenta todos los aspectos de salud de nuestro cuerpo. Un «despiste» o no tener en cuenta algo que tomamos como normal puede afectarnos de forma muy negativa. Observa bien a tu cuerpo y a las señales que te manda. Si parece que algo no va bien debes tenerlo en consideración y asegurarte de que no suponga un problema.
¿Por qué dormir mal engorda y qué efecto tiene en nuestro cuerpo?
Si no dormimos las horas suficientes o las horas de sueños son menos de las que necesitamos, el metabolismo se puede ver alterado.
Entre los cambios que sufre nuestro cuerpo al no descansar de forma correcta se encuentra el desajuste hormonal. Se aumenta la producción de la hormona leptina, que es la encargada de que tengamos hambre. Del mismo modo disminuye la hormona grelina, que tiene como función producir saciedad. Como resultado tendremos hambre durante todo el día y será más difícil saciarla. Para intentar controlar ese apetito constante aumentaremos el consumo de alimentos calóricos, lo que subirá nuestro peso de forma progresiva.
Si duermes mal un día no quiere decir que vayas a engordar. Se trata de algo progresivo que se da cuando hay un mal sueño de forma habitual. Una siesta nos puede reparar el «daño» de una mala noche, pero procura que sean siestas cortas. Una siesta muy larga hará que no tengamos sueño por la noche y que se descontrole el ciclo.
Si tienes un trabajo por turnos debes tener especial cuidado
Si tienes un trabajo por turnos en el que alteras el trabajar durante el día o por la noche tus fases de sueño están alteradas. Le pasa igual a las personas que viajan a menudo y sufren de jet lag de forma habitual. Además de no tener una hora para dormir en su rutina, estas personas suelen comer de peor forma. Tanto el ritmo de trabajo como un sueño mal estructurado harán que estén más tentadas en comida rápida.
Al tener un horario de sueño cambiado también lo está el de comer. Están más tentadas en ingerir alimentos calóricos y picar entre horas. Si sumamos una mala alimentación a todo lo anterior el aumento de peso está casi asegurado.
Los niños son muy vulnerables
Una falta de sueño en los niños puede hacer que su peso aumente y derive en múltiples problemas. Los pequeños de la casa aun se están formando en todos los aspectos y el sueño es una parte muy importante de su crecimiento. A los niños todo les afecta mucho más y también que dormir mal engorda.
La edad más delicada en este aspecto se sitúa entre los 3 y los 5 años. Solo con reducir una hora su sueño diario se aumenta de forma exponencial el riesgo de que sufran sobrepeso. Eso lleva a que se vean alterados la creación de insulina y de colesterol.
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