Si eres padre o madre, seguro que una de las cosas que más te interesan está relacionada con la educación de tu pequeño o pequeña. En este sentido, hay algo que cobra especial relevancia: la inteligencia, la memoria y la constancia. Para fomentar las tres y sobre todo para estimular la inteligencia de un niño, nosotros, como adultos, tenemos mucho que decir.
Estimular la inteligencia de un niño no es solo una cuestión que atañe a los profesionales de la educación, nosotros, en casa, también debemos trabajarla para hacer que nuestros niños sean niños y futuros adultos inquietos, mentalmente interesantes y sepan enfrentarse a la vida con una mente despierta y con todos los recursos cognitivos necesarios para tomar buenas decisiones, saber desenvolverse y utilizar todas sus capacidades de inteligencia.
Te vamos a contar a continuación algunas ideas para estimular la inteligencia de un niño y conseguir todos estos objetivos que seguro que a ti, como padre, madre o tutor del niño, quieres conseguir y es una de tus prioridades.
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5 consejos para estimular la inteligencia de un niño
Manualidades:
Las manualidades son una opción fantástica para estimular la inteligencia de un niño y conseguir que se divierta, que haga algo productivo y en lo que, además, también podrás colaborar tú dependiendo de la actividad.
Por ejemplo, colorear les suele gustar a casi todos los niños. Ayúdales proponiéndoles nuevos retos, más allá del no salirse de la línea, pero también innova y aprovecha otras muchas manualidades que pueden hacer en casa con un presupuesto pequeño.
Arcilla, barro, plastilina, témperas, acuarelas… Incluso un simple papel puede servir para que los niños creen manualidades y se entretengan a la vez que estimulan su cerebro.
Las manualidades, además, no solo mejoran sus capacidades cognitivas, también su sistema psicomotriz, sus habilidades diarias e incluso, si son compartidas, sus habilidades sociales. Tú también puedes compartirlas con ellos para de ese modo reforzar vuestros lazos y hacer una actividad con la que podéis disfrutar los dos.
Proponle retos mentales:
Es muy importante que constantemente le propongamos retos mentales al pequeño para que su mente esté en continua estimulación. Podemos hacerlo a modo de juego, como por ejemplo proponer juegos de mesa educativos que tienen precisamente esto como objetivo. O bien con actividades diarias cotidianas, como pedirle que recuerde cómo se llega a tal sitio, que prepare una receta sencilla (el objetivo, además de que mejore sus dotes culinarias, es que recuerde los ingredientes necesarios y el proceso).
También podemos valernos de herramientas que encontrarás en Internet adaptadas a su edad, como sudokus, crucigramas o similares. Los puzzles también son una gran opción o incluso hacer una especie de búsqueda del tesoro por casa. Con pistas, preguntas y actividades que deberán superar si quieren llegar hasta él. No se lo pongas demasiado fácil, el objetivo es que aprenda a pensar y a utilizar el cerebro, pero tampoco demasiado complicado ya que, si nunca consigue acertar y no llega al resultado final que debería, es posible que caiga en la frustración, baje su autoestima y no se esfuerce, simplemente porque piensa que no puede.
En nuestra mano está demostrarle que todos somos listos, que todos podemos y que debemos utilizar la cabeza, aunque de primeras parezca que tengamos ante nosotros un reto complicado, todos podemos sacarlo si utilizamos nuestra inteligencia y las herramientas que la vida nos ha dado. Enséñale también que a veces no gana quien más puede, si no quien más quiere.
Apaga la tele:
La tele no es mala, ni mucho menos. De hecho, tiene contenidos muy interesantes y didácticas, adaptados a los pequeños de la casa según su edad y puede sacarte de más de un apuro si quieres mantenerlos entretenidos.
Sin embargo, el principal problema de la tele respecto a otros modos de entretenimientos (juegos manuales, incluso tablets o smartphones) es que no fomenta la interactividad. La tendencia normal es que el niño se siente frente al televisor y simplemente consuma sus contenidos, algo que, a la larga termina apagando su cerebro y fomentando que se ponga simplemente en modo standby, a observar y mirar en lugar de tomar partido de ello.
Por ello, te recomendamos que vigiles las horas de consumo de televisor. El niño necesita mucho más que estar sentado en el sofá viendo como pasa la vida. No está mal que lo haga un rato al día, pero procura que la mayor parte del tiempo sea jugando de un modo más motivador, tanto para su cuerpo como para su mente. Y es que la tele también tiene de malo que fomenta el sedentarismo, los niños no se mueven, no se relacionan y su metabolismo puede verse afectado y por consiguiente su peso y su autoestima.
Aprende jugando:
Y es que la clave para que un niño quiera aprender es convertirlo todo en un juego. Es más fácil de lo que parece. Este truco sirve para casi cualquier cosa que el niño no quiera hacer en un estado normal, como comer verduras o bañarse. Hazlo divertido, enfócalo como un juego y conseguirás que se apasione con todo lo que hace.
En este sentido, Internet te puede dar grandes ideas, pero por supuesto nadie mejor que sus profesores para asesorarte sobre juegos que le van a ayudar a aprender y a estimular la inteligencia de un niño. Ellos, profesionales de la educación, saben perfectamente qué herramientas utilizar para fomentar esto y cómo conseguir atraer su interés de la mejor manera posible, ayudándoles a aprender a la vez que juegan.
El cole es su amigo:
Y ya que hablamos de colegio, sin duda es aquí donde se va a desarrollar gran parte de sus habilidades cognitivas, tanto a nivel de conocimientos, como su inteligencia, su memoria… Como decimos, en el cole, los profes tienen las herramientas adecuadas para estimular la inteligencia de un niño y es importante que tú también pongas de tu parte para que el peque vea el cole como un aliado, un sitio chulo donde va a aprender, donde se reúne con sus amiguitos y donde juega a la vez que se convierte en un adulto de provecho.
Además, un fallo que nunca debes cometer es intentar ponerle en contra de su profesor o profesora. Incluso si tú, por algún motivo, no te llevas bien con el maestro, es importante que el niño no se dé cuenta y que nunca hables mal de él o ella delante suya, porque de ese modo puede desarrollarle cierta antipatía que no os va a venir nada bien a ninguno de los tres, pero sobre todo no le va a venir bien a él, ya que puede afectar a su empatía y a su desempeño intelectual y su inteligencia.
El cole, a pesar de los madrugones y las horas obligatorias que hay que pasar en él, es un sitio guay y así es como se lo debes transmitir a él. Que no te vea quejarte, que no te vea incómodo por tener que hacer deberes o por tener que madrugar para llevarle, al final los niños son un reflejo de nosotros mismos y es importante que le proyectemos siempre buenas energías y positivismo.
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