El alcoholismo es una dependencia crónica del consumo de alcohol, un proceso gradual que pasar varios años antes de convertirse en un verdadero problema. El abuso del alcohol afecta tanto física como psíquicamente al individuo.
Vino, cerveza, ron, whisky, etc. Cientos de bebidas alcohólicas a la disposición de casi cualquiera que cuyo consumo en exceso puede provocar problemas temporales que puede ir evolucionando a enfermedades si se prolonga la ingesta en el tiempo.
En este artículo repasamos los principales indicios de que alguien puede estar pasando, efectos y pautas para poder superar esta enfermedad que está involucrada en cerca de 200 enfermedades.
El alcoholismo
El alcoholismo no puede considerarse exclusivamente como un problema individual, aunque muchas veces sea el efecto y la causa de éste, sino también como un grave problema social y médico de difícil solución.
Resulta difícil que una persona reconozca que bebe más de la cuenta, y sobre todo que reconozca necesitar un trago para empezar la jornada. Los límites que se consideran normales en lo que al consumo de bebidas alcohólicas se refiere sobrepasan en mucho el máximo tolerado para mantener la salud.
Sorprendentemente, y a pesar de la malnutrición que conlleva el abuso del alcohol, de los riesgos de padecer numerosas enfermedades, algunas de ellas mortales, de la disminución de la capacidad intelectual y de afrontar los retos cotidianos, muchos alcohólicos no muestran síntomas durante largos periodos de tiempo y no se observan cambios fisiológicos o psicológicos. Esto se debe en gran parte a la lenta instauración de estos cambios en el organismo.
La publicidad, personajes de ficción en cine, televisión o en la narrativa, y las costumbres sociales son responsables de la habituación progresiva al alcohol, eliminando cualquier imagen negativa de su consumo. Se potencia la imagen de su consumo por la disminución de la timidez, los efectos de estrés o fatiga y la euforia que produce una ligera cantidad de alcohol en la sangre.
En contra de lo que se pueda pensar, no sólo son alcohólicos aquellas personas que están ebrias durante una parte del día, porque, en su mayoría, los alcohólicos crónicos suelen tomar cantidades de alcohol con mucha frecuencia a lo largo del día. Esto no produce una embriaguez evidente, ni tan siquiera la que correspondería al nivel real de alcohol en su sangre, ya que su hígado tiene mucha mayor facilidad para metabolizarlo que el de una persona que no bebe habitualmente, De ahí, que se siga bebiendo en busca de lo que le proporcionaba en un primer momento.
¿Qué es un alcohólico y qué efectos tiene?
Difícilmente se encontrarán personas que no conozcan los efectos nefastos que tiene el consumo de alcohol en la salud física y psíquica, pero difícilmente se encontrarán personas que reconozcan también que éste es un problema que afecta a ellas mismas.
Como dato de referencia puede decirse que el alcoholismo se define por la ingestión diaria de más de 70 gramos de alcohol, lo que supone algo menos de un litro de vino de mesa, o dos litros de cerveza o dos vasos de whisky; con la ingestión de varios vasos de bebidas alcohólicas al cabo del día, suele rebasarse fácilmente estos 70 gramos, considerados el límite del riesgo de convertirse en un alcohólico crónico.
Junto con el riesgo de convertirse en alcohólico existe el de desarrollar cirrosis hepática, degeneración de los nervios periféricos, cambios en el carácter, gastritis crónica, cáncer de esófago y estómago, hemorragias, pancreatitis, enfermedades del corazón, entre otras. También aumenta con ella el riesgo de depresiones y de suicidio. Un total de casi 200 enfermedades en las que el abuso del alcohol afecta de manera directa o indirecta.
En casos avanzados, si el consumo de alcohol se suspende durante unos días, y si la concentración en la sangre se acerca a cero, suele aparecer el síndrome de abstinencia, que se caracteriza por excitación, temblores y alucinaciones.
Los alcohólicos dependen tanto del alcohol y su consumo que generalmente se producen problemas en el entorno familiar por la conducta, problemas económicos, pérdida del trabajo, etc. Suelen beber solos o en compañía de otros bebedores, no son capaces de controlar las cantidades, esconden bebidas en diferentes lugares de la casa, se vuelven retraídos y uraños.
Las primeras dificultades que aparecen cuando alguien quiere dejar de beber o cuando el médico de algún familiar lo recomiendan, es prescindir de las bebidas, tan insertas en el ambiente social habitual.
Realmente exige un esfuerzo de voluntad que depende del grado de habituación; pero también puede decirse que no es imposible. En casos muy graves resulta casi imprescindible el internamiento para superar las fases de deshabituación; en la mayoría de los casos, sin embargo, una buena motivación, unas estrategias de actuación, paciencia y comprensión y el apoyo de familiares y amigos es más que suficiente. También se puede recibir ayuda psicológica y asociaciones de ayuda al alcohólico.
¿Cómo evitarlo y cuanto puedo consumir ?
La prevención del alcoholismo se logra mejor mediante la abstinencia. En primer lugar, el individuo que pueda tener acceso al alcohol de manera sencilla, puede terminar siendo dependiente. Por ello su consumo, si es que lo hay, debe de ser moderado. Si el entorno familiar y social de la persona está relacionado con el alcohol, también se puede crear cierta dependencia ya que se obtiene una mirada permisiva sobre su consumo. La OMS cifra en 30 gramos de alcohol diarios para los hombres y 20 gramos para las mujeres como máximo diario. Para calcular los gramos de cada bebida, hay que seguir esta sencilla fórmula:
Gramos = Graduación de la bebida x Volumen (cl) x 0,8 / 10
Siguiendo esta fórmula una cerveza de 33 cl y 5 grados tiene 13,2 gramos de alcohol. En la medida de lo posible hay que evitar el alcohol, aunque en algunos casos y de manera moderada, una copa de vino puede ser beneficiosa. Y hay que recordar que aunque sólo se beba los fines de semana, su consumo no controlado es igual de perjudicial que si hubiese un consumo diario. Aunque el alcohol esté bien aceptado en nuestra sociedad, a menudo suele superarse los límites recomendados, llegando a ser peligroso tanto para uno mismo como para los demás.
Como ya hemos comentado anteriormente, hay que tener especial cuidado en aquellas personas que estén pasando por un mal momento personal, económico o laboral; pero también en los jóvenes que suelen salir con los amigos. Los padres no tienen que imponerse y prohibir, lo esencial es concienciar y advertir de los problemas que puede acarrear el consumo en exceso. En nuestro país, 1 de cada 4 jóvenes de 14 años ya ha hecho botellón, una cifra que hay que tener en cuenta.
¿Tratamiento en casa?
El alcoholismo es mejor que sea tratado por profesionales formados en la adicción, ya que cuentan con una formación especializada y experiencia para tratar la abstinencia y los trastornos médicos asociados al alcoholismo. Los casos medios o graves siguiendo una terapia en casa sin la supervisión de un profesional puede ser peligrosa a causa de las complicaciones del síndrome de abstinencia.
Generalmente, los programas suelen seguir ciertas estrategias y pautas como las siguientes:
- Aprender a identificar y gestionar lo que lleva a los antojos del alcohol (los desencadenantes)
- Resistir las presiones sociales que animan a participar en el consumo
- Cambiar los hábitos de salud y estilo de vida. Mejorando la salud, haciendo ejercicio, buscar hobbies, evitar las personas que puedan inducir a la recaída.
- Aprender a desafiar y rechazar el pensamiento del alcohólico, pensamientos como necesito una copa para encajar, lidiar con el estrés, etc.
- Desarrollo de un sistema de apoyo a la recuperación con otras personas.
- Aprender a superar o lidiar con emociones sin depender del alcohol.
- Identificar los signos de recaída.
Los programas de rehabilitación incluyen la educación y la terapia frente a los problemas que contribuyen o son resultantes del alcoholismo así como habilidades y herramientas para manejar y terminar superando la enfermedad en el tiempo. Es muy importante que todo esto se vea reforzado con el apoyo y paciencia que necesita el enfermo.