Hace unos días, en Actitud Saludable te hablamos acerca de la kombucha, la nueva bebida de moda que, además, es muy sana. Es cierto que no todo el mundo se ha atrevido a probarla aún, ya sea por desconocimiento o porque el precio que tiene actualmente en el mercado puede echar un poco para atrás a la hora de empezar a incorporarla a tu vida. Por eso, hoy queremos darte una solución alternativa para la cual necesitarás muy poco dinero y mucha paciencia. Se trata de la receta para hacer kombucha en casa.
Sí, se puede. Esta bebida fermentada no es cosa de químicos o de los dioses. Puedes prepararla tú mismo en tu cocina, sin que necesites el respaldo de una gran fábrica o ningún material o utensilio que parezca recién llegado de Marte. Eso sí, para hacer kombucha en casa necesitarás un ingrediente que seguro que ahora mismo te suena a chino: SCOBY. Conseguir el SCOBY es la parte más complicada, pero vamos a contarte cómo puedes preparar la kombucha casera para ahorrar muchos euros en tu cesta de la compra y poder disfrutar de las bondades de esta bebida.
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Ingredientes que necesitas para hacer kombucha en casa
- 2 litros de agua
- 3 cucharada de azúcar de caña
- 8 cucharadas de té verde
- Los restos de una kombucha comercial
Receta para hacer kombucha en casa
Hay diferentes maneras de preparar el SCOBY en casa. Se puede comprar ya listo o “darle vida” desde nuestra propia cocina, pero como en Actitud Saludable nos gusta lo fácil o mejor dicho, aquello que nos ahorra tiempo, dinero y preocupaciones, tenemos un consejo para ti. Compra una kombucha comercial y procura no beberte el último traguito.
¿Por qué? Aquí es donde se quedan los sedimentos, esos trocitos (que a veces tienen aspecto arenoso y a veces son como hilitos) y los que te van a servir para que tú también puedas hacer tu propia kombucha en casa.
Comenzamos infusionando un litro de agua con una cucharada de azúcar de caña con colmo y cuatro cucharadas de té verde. Una vez esté infusionado, dejamos enfriar y entonces le añadimos los sedimentos de la anterior kombucha. No importa si cae líquido también.
Vierte toda la mezcla en una botella, sin agitar ni mezclar, tal cual haya caído, y tápala con una servilleta. Nunca la cierres del todo con un tapón, porque necesitas que entre un poco de oxígeno sin que quede totalmente expuesta.
¿Y ahora? Tendrás una espera aproximada de dos semanas. Resérvale a la botella un lugar seco en tu cocina. No hace falta que esté en la nevera, aunque controla que la temperatura ambiente no sea ni muy calurosa ni muy fría y sobre todo que no sea húmeda. En caso de duda, mejor frío que calor, siempre.
¿Cómo sabemos que nuestra kombucha va bien? Cuando hayamos conseguido hacer SCOBY. ¿Y cómo lo sabremos? Mirando nuestra botella. Si pasadas estas dos semanas tiene una capa blanca y gruesa en la parte superior, ya lo tienes. ¡Vamos a por el siguiente paso! Mientras preparas lo siguiente, no saques el SCOBY de esta botella, ya que debe permanecer siempre en líquido para que no se seque, algo que mataría a las levaduras.
Continuamos la receta preparando una nueva infusión. Infusionamos de nuevo un litro de agua con cuatro cucharadas de té verde y en esta ocasión dos cucharadas de azúcar de caña. Una vez esté preparada, la colamos y la dejamos enfriar. Cuando esté fría, la volcamos en una botella, añadimos el SCOBY y volvemos a repetir la operación anterior, tapando con una botella y dejándolo reposar a temperatura ambiente en un lugar seco. En 7 días ya deberías tenerlo listo, aunque ten en cuenta que cuanto menos tiempo la dejes más ácida estará. Si quieres que adquiera un sabor un poquito más dulce puedes esperar unos días más.
¿Ya lo tienes? No hemos acabado aún. Ahora llega el momento de hacer la doble fermentación. Esto se hace para que coja burbujitas, que no es gas, ni mucho menos, pero así “engañamos” al paladar y la damos a nuestra bebida un aspecto similar al de una cerveza o unos refrescos. Para ello, retira el SCOBY, pero no lo tires. Guárdalo en líquido para que puedas reaprovecharlo en futuras ocasiones. Ve cambiándole el líquido un par de veces al mes para que se te mantenga en buen estado. Cuela de nuevo tu bebida resultante y viértelo en una botella limpia, con cierre hermético. Si quieres que tu kombucha tenga algo de sabor, puedes añadirle ingredientes como trocitos de frutas, un poquito de jugo de limón, especias, un poco de hierbabuena… Piensa que la bebida cogerá este sabor, así que elige bien para no meter la pata en el último paso. Ahora, ciérralo bien y déjalo repaso una semana más, esta vez en la nevera.
¡Y listo!
Trucos para tardar menos en preparar esta receta
Como ves, hacer kombucha en casa por primera vez implica que pase un mes completo desde que comienzas hasta que por fin te la puedes beber. ¿Merece la pena estar un mes haciendo esta receta para preparar un litro? Tal vez no. Por eso, puedes aprovechar, si tienes espacio en casa, para preparar más de un litro en cada ocasión, aunque ten en cuenta que necesitarás hacerlo en botellas distintas, con SCOBY diferente, para que te salga igual de bien.
Es cierto que el proceso de un mes entero es solo la primera vez, ya que después tendrás tu SCOBY listo para usarlo y te ahorrarás el primer paso, que implica un tiempo de dos semanas, por lo que, después de esa primera ocasión, en sucesivos momentos y preparaciones ya solo tendrás dos semanas de preparación.
También puedes tratar de comprar el SCOBY ya hecho, por lo que, aunque no lo veas crecer tú mismo y te salga un poco más caro, también te ahorrarás estas dos semanas la primera vez.
En cualquier caso, ten en cuenta que preparar kombucha en casa es muy económico, pero implica controlar bien los tiempos. El problema no reside en que sea engorroso, sea complicado o que necesite que empleemos horas y horas en prepararlo. El problema, como ya habrás visto, es que tendrás la preparación a medias durante 2-4 semanas y necesitarás ponerte recordatorios para hacer el siguiente paso cuando proceda, algo que no a todo el mundo le resulta tan apetecible.
Por eso, comprar kombucha comercial es una buena idea. Seguro que ahora, viendo cuál es el proceso y todo el tiempo que te llevaría obtener un litro de esta bebida, te parece un lugar poder simplemente hacer tu pedido online o llevártela de la tienda, abrirla y empezar a disfrutarla. Ten en cuenta, eso sí, que todas las kombuchas, tanto comerciales como caseras, implican estar en frío para que las levaduras y las bacterias sobrevivan, por lo que, incluso si compras una kombucha ya hecha, no te olvides de llevarla rápido a casa y hacerle un hueco en la nevera, donde debe permanecer hasta que termines de consumirla. En cuanto al recipiente, el cristal siempre es la mejor opción, sea cual sea el tipo de kombucha que hayas elegido.
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