Desde 1999 se han dado cada vez más pasos para conocer los riesgos y formas de prevenir la anaplasmosis. Esta enfermedad que se presenta tanto en los Estados Unidos de América como en Europa. En el 99% de los casos, la fiebre es el síntoma más común y se han desarrollado métodos analíticos eficaces para diagnosticar esta enfermedad.
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Los lugares donde existen poblaciones de ciervos, caballos, vacas y jabalíes son las más proclives a provocar el contagio, pues se propaga casi siempre por la picadura de las garrapatas.
¿Qué es la anaplasmosis humana?
La anaplasmosis humana es referenciada en la literatura científica como anaplasmosis granulocítica humanas (AHG). Es una enfermedad infecciosa, causada por Anaplasma phagocytophilum. Esta bacteria se multiplica dentro de las células y forma colonias dentro del citoplasma de los granulocitos. Parecen como si fueran mórulas. Lo anterior conlleva que las células se puedan romper y así infectar a más granulocitos.
Las especies de garrapata que transmiten esta bacteria en los Estados Unidos de América son la llamada garrapata de patas negras (Ixodes scapularis) en el noreste y el medio oeste y en la región del Pacífico el I. pacificus. Por su parte en Europa es la especie Ixodes ricinus la que la transmite y en Asia las garrapatas de la especie I. persulcatus. Se calcula que por cada 100 personas picadas por garrapatas, 10 son las que podrían infectarse.
Puede atacar tanto a animales como a humanos y no solo a través de la picadura del vector. También se trasmite por medio del contacto con la sangre de algún infectado como las transfusiones. Este puede ser un canal de infección, pero es muy infrecuente.
Estas especies de garrapatas no solo transmiten la anaplasmosis, sino también otras infecciones como la Babesiosis y la Enfermedad de Lyme.
Presencia e importancia de la anaplasmosis humana
El Anaplasma phagocytophilum es considerado como un patógeno emergente en los Estados Unidos de América, Europa, África y Asia. Cada año es mayor el número de personas y animales afectados. En Europa Central, es frecuente la aparición de casos de esta enfermedad. Eslovenia y Suecia son respectivamente el primer y segundo lugar en mayor incidencia de pacientes infectados. También se presenta ocasionalmente en zonas rurales de España.
Diversos estudios desarrollados en ese país, evidencian la presencia de anticuerpos en animales y personas expuestos a las picadas de garrapatas.
Esta enfermedad es mucho más frecuente en los Estados Unidos de América siendo considerado el país con mayor tasa de personas afectadas por esta infección. En ese país está presente desde 1994.
Síntomas de la anaplasmosis humana
La fiebre es el síntoma fundamental de la anaplasmosis humana. Aunque no siempre aparece en todos los casos, hablamos de que solo en un 1% de los afectados no aparece este síntoma.
El periodo de incubación es de unos 11 días después de la picadura de la garrapata. Entonces aparecen otros malestares como cefalea, escalofríos, afectaciones respiratorias y tos. También se manifiestan trastornos digestivos, que pueden venir acompañados por náuseas, mareos, y diarrea en abundancia con dolor abdominal.
El síntoma más peligroso es la aparición de afecciones neurológicas. En ocasiones puede presentarse hata casos de meningitis. El infectado va a presentar dolores musculares en casi todo el cuerpo, pero es muy poco probable que aparezcan rastros visibles sobre la piel.
Esta enfermedad es particularmente preocupante en personas que tienen un sistema inmune deprimido. Tal es el caso de los pacientes de cáncer, a los que se les haya removido el bazo, o en los VIH positivos. También es peligrosa en pacientes geriátricos.
Diagnóstico de la enfermedad
Esta infección se trata con antibióticos. Para poder aplicar el más efectivo según la fase en la que se encuentra la anaplasmosis, es necesario acudir al hospital. Solo así se garantiza una rápida recuperación.
El gran peligro de la anaplasmosis es que no tiene síntomas específicos. Se suele confundir con una gripe común. Por ello, es muy importante recordar si se ha sufrido de una picadura de garrapatas al menos dos semanas antes de la aparición de los síntomas.
Si el paciente no lo refiere directamente, el facultativo realizará un interrogatorio para saber si realizó previamente actividades al aire libre. También pudo haber estado en contacto con animales portadores de la garrapata o si recuerda alguna picadura. En un primer paso se discrimina entre la gran cantidad de enfermedades que transmiten las garrapatas y presentan síntomas similares.
Más tarde son utilizadas varias las técnicas para llegar a un diagnóstico certero, entre las que se encuentran el cultivo y serología y la Reacción en Cadena de la Polimerasa (PCR).
Luego de confirmada la anaplasmosis, se determina el estado de la infección. Con esta información, se seleccionan los medicamentos más idóneos a emplear en cada caso particular. El diagnóstico se realiza eficazmente en un 99% de los casos.
Tratamiento de la anaplasmosis
Los antibióticos son la forma más eficaz de combatir esta enfermedad. Ya en el momento en que se conoce cuál es el estado de avance de la misma, se ataca con los antibióticos más apropiados según la fortaleza de la infección.
Los síntomas suelen cesar en aproximadamente 48 horas de comenzado el tratamiento. Si esto no sucede, puede ser que se esté en presencia de una mutación de la infección o su unión a otros agentes que puede hacerla menos vulnerable a la medicina. Entonces se recomienda un cambio en la medicación, o la incorporación de otro antibiótico al tratamiento establecido en un principio.
Los antibióticos más utilizados en la cura de esta enfermedad son la doxiciclina la que es considerada el antibiótico de elección. En el caso de mujeres gestantes, suele ser más complejo el tratamiento. En ese caso, se utilizan medicamentos alternativos como la rifampicina.
Ante una anaplasmosis, no puede emplearse directamente el antibiótico más fuerte. Tampoco el que tengamos en el botiquín, remanente de un tratamiento anterior. Además de generar resistencia a los antibióticos, puede no estar usando el correcto.
¿Cómo prevenir la anaplasmosis humana?
Las medidas preventivas son las más efectivas. Como las garrapatas son el vector más común de esta enfermedad su prevención se relaciona con la protección contra las picadas de estos ácaros. Basado en lo anterior, se recomienda que cuando estemos en áreas exteriores con malezas, y que existan animales como ciervos o venados, revisemos nuestro cuerpo en busca de garrapatas adheridas en la piel o la ropa.
La primavera, el verano y el principio del otoño son los meses en que las garrapatas están más activas. Si va a realizar un viaje al campo en estas fechas, debe estar más alerta. Use siempre encima de sus ropas repelentes de insectos para evitar las garrapatas.
Si ha sido picado por una garrapata o lo sospecha, anote el día con precisión. Si aparecen síntomas, esto es lo primero que debe comunicar a su médico.
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