Cuando hablamos de lunares nos referimos a esas pequeñas manchitas simétricas que comúnmente todos tenemos. Algunos son de nacimiento y otros se desarrollan durante el crecimiento hasta los 40 años. Generalmente, son inofensivos, pero es necesario prestarles atención porque, según su apariencia, son lunares peligrosos, signos de melanoma o cáncer de piel.
Los lunares peligrosos son grandes y asimétricos, tienen bordes irregulares y colores diferentes. Además, cambian de aspecto con el paso del tiempo. Es importante que reconozcas si tienes lunares que cumplan con estos criterios y acudas al médico. La detección temprana de cualquier anomalía puede salvarte de una enfermedad tan grave e invasiva como el melanoma.
Te recomendamos que revises tus lunares, por lo menos, cada 3 meses para reconocer cambios inusuales. Si tienes lunares en partes difíciles de ver como la espalda, ayúdate con espejos. Además, usa siempre bloqueador solar para evitar que los lunares se alteren al sobreexponerse a los rayos UV.
Conoce tu piel: lunares comunes y sanos
Los lunares son tumores que se forman cuando los melanocitos, células pigmentadas, se agrupan. También son llamados nevus o nevo. Suelen presentarse en las zonas más expuestas al sol como brazos, pecho, espalda y hombros. Así mismo, es inusual que se presenten en zonas como los senos o los glúteos, que no se exponen tanto al sol.
Te presentamos las características de los lunares sanos para que sepas identificarlos fácilmente:
- Tienen menos de 5 milímetros de diámetro, tamaño comparable al borrador de un lápiz.
- Son redondos u ovalados y siempre simétricos.
- Sus bordes están perfectamente definidos.
- Su superficie es lisa y tiene forma de cúpula.
- Su color varía de acuerdo al color de tu piel; pueden ser rosados o marrones.
Suelen aparecer lunares nuevos hasta los 40 años. Un adulto tiene entre 10 y 40 lunares, mientras que en las personas mayores, tienden a desaparecer.
Toma nota: así puedes identificar si tienes lunares peligrosos
La mayoría de los lunares peligrosos pueden desarrollar melanoma si no se les protegen de sobreexponerse a los rayos UV con bloqueador solar. Este tipo de lunar se llama nevo displásico. Te presentamos sus características para que puedas identificarlos y consultar al médico acerca de su condición:
- Son más grandes de lo normal: tienen más de 5 milímetros de diámetro.
- Presentan una mezcla de colores, desde rosado a marrón oscuro.
- Tienen una superficie lisa, pero son planos y arenosos o escamosos.
- Tienen bordes irregulares e indefinidos que se desvanecen en la piel.
El nevo displásico es también llamado lunar atípico. Las personas que tienen este tipo de lunares suelen tener más lunares que el promedio. La importancia de detectarlos es que pueden significar un factor de riesgo para desarrollar melanoma. También son factores de riesgo que un lunar de sangre, se abulte, pique y cambie de forma asimétricamente.
Tratamiento médico para el nevo displásico
No es necesario extirpar un lunar atípico porque, aunque existe la posibilidad de que se convierta en un melanoma, pocas veces pasa. El tratamiento de estos lunares se basa en mantenerlos vigilados y chequear su apariencia mensual o trimestralmente para notar cualquier cambio.
Esto se debe a que la extirpación del lunar no da total garantía de que no se desarrolle un melanoma. El melanoma puede aparecer en otra parte de la piel e, incluso, en una zona sin lunares. Sin embargo, la importancia de identificarlos está en mantenerse al tanto del riesgo que pueden representar. Estas son las recomendaciones médicas a seguir:
- Usa bloqueador solar cuando ves que expongas tus lunares al sol.
- No uses camas de bronceado.
- Aléjate de las lámparas solares.
- Visita a tu médico ante cualquier cambio en el aspecto del lunar.
Tratamiento médico para el melanoma
El melanoma es el cáncer de piel más agresivo porque invade los tejidos y se disemina rápidamente a otras partes del cuerpo. Puede desarrollarse a partir de lunares peligrosos como los displásicos o por una alteración de los melanocitos en otras zonas de la piel.
Se caracteriza por ser asimétrico, de borde irregular y color disparejo, y con un diámetro de más 5 milímetros. Además, su aspecto cambia en el tiempo. Una vez detectado, su tratamiento médico consiste en la extirpación de la zona afectada y aproximadamente 2 cm de los alrededores.
Dependiendo del estado de desarrollo del melanoma, también se extirpan los ganglios linfáticos. Después de la extirpación del tumor, se aplica tratamiento adyuvante con inmunoterapia, vacunas o radioterapia para disminuir el riesgo de que regrese el melanoma. Si se detecta metástasis, el tratamiento incluiría quimioterapia para los órganos afectados, cuyos tumores no se pueden extirpar.
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Lunares rojos, ¿debes preocuparte?
Son pequeñas protuberancias benignas que aparecen más en hombres que en mujeres. También, aparecen más en pieles blancas. Sus medidas oscilan entre 1 a 4 milímetros y suelen presentarse en axilas, pecho, espalda, piernas, brazos, y genitales. No son lunares peligrosos ni representan algún riesgo por sí mismos.
No obstante, su aparición no es normal. Los lunares rojos son indicadores de dilatación de pequeños vasos sanguíneos que crecen anormalmente. Por ello, se reconocen por su color rojo brillante. En algunos casos, pueden ser signos de problemas hepáticos o acumulación de toxinas en los intestinos.
En mujeres, pueden alertar acerca de problemas hormonales. Cuando los lunares rojos se asocian a alguno de estos padecimientos, suelen aparecer más de tres en un corto periodo de tiempo. En tal caso, consulta a tu médico. Como puedes ver, aunque los lunares rojos podrían ser síntoma de algunas condiciones, no debes preocuparte.
Lunares sanos y melanomas
Sí, un lunar sano puede convertirse en un melanoma. Sin embargo, esto rara vez ocurre. Un lunar común no es canceroso, y tampoco lo es uno displásico aunque tiene más probabilidades de serlo que el común. La mayoría de los lunares permanecen estables y sin cambios durante toda la vida bajo condiciones de vida y cuidados normales.
Factores como la exposición solar, antecedentes familiares, uso frecuente de lámparas solares y camas de bronceado aumentan las probabilidades de padecer melanoma. De igual modo, personas con más 5 de lunares displásicos tienen más posibilidades de desarrollar melanoma.
Cuidado de los lunares
Para prevenir el desarrollo de melanomas, debes cuidar tus lunares. Sobre todo, si tienes más de 50 lunares comunes o alguno displásico. Te recomendamos que pongas en práctica estos consejos:
- Protege tus lunares de los rayos UV usando bloqueador solar: quemar la piel con el sol puede producir una alteración de los melanocitos.
- Evita broncearte en camas artificiales: al ser emisoras de rayos UV, son tan dañinas para tus lunares como la exposición prolongada al sol.
- Observa cada 3 meses la apariencia de tus lunares e identifica cualquier cambio desfavorable.
- Considera que tomar antidepresivos, hormonas y algunos antibióticos hace que tu piel sea más sensible al sol, usa siempre protector solar.
Recuerda analizar el aspecto y desarrollo de tus lunares periódicamente. En caso de que observes algo fuera de lo normal debes acudir al médico.