No queremos ser nosotros los que te digan que al verano le quedan dos coletazos, porque no es así. Sin embargo, ya deberías saber a estas alturas de la vida que las semanas pasan volando, sobre todo cuando estamos disfrutando, y que todo llega y de repente… se va. A este verano le va a ocurrir lo mismo, por mucho que lo estemos disfrutando y no queramos que sus noches de chiringuitos, sus días de playa y sus tardes de terrazas se acaban. Sin embargo, a la vuelta de vacaciones te esperan muchas cosas que también te van a gustar- Por ejemplo, la previa al otoño es el mejor momento para hacer cambios en casa.
A fin de cuentas, estás preparando el «nido» para una temporada nueva en la que volveremos a pasar más tiempo dentro de casa y debemos estar lo más cómodos posibles. Además, estos cambios, por pequeños que sean, los disfrutaremos y nos harán reilusionarnos con la vuelta al hogar.
¿Quieres saber qué puedes hacer, tengas el presupuesto que tengas? Te lo contamos.
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Renueva la pintura:
El paso que más va a cambiar la estética de tu casa es un cambio de pintura. Es cierto que por presupuesto o incluso por comodidad es algo que no nos gusta demasiado hacer a la mayoría de nosotros, ya que supone un elevado coste de dinero o de tiempo. Pero de vez en cuando es muy necesario pintar, ya sea para que el color vuelva a estar como el primer día, si queremos utilizar el mismo, o bien para que el aspecto de nuestro hogar cambie por completo.
Elige bien la pintura, ya que te va a acompañar durante bastantes años y recuerda las principales claves: los colores oscuros dan sensación de más pequeño, mientras que los colores claros engrandecen el espacio. Intenta no abusar de los tonos muy chillones o arriesgados. Lo que al principio te puede gustar, a las pocas semanas te puede rechinar un poco. Lo mismo ocurre con los tonos demasiado aburridos. Intenta encontrar el punto intermedio. Hay apps que te ayudarán a ver tu casa en realidad aumentada para que pruebes, de manera virtual, el resultado de la pintura. Búscala en tu tienda de aplicaciones y juega.
Cambia una habitación:
Si no quieres cambiar la pintura completa, también puedes hacer cambios solo en una habitación. Por ejemplo, ha llegado el momento de cambiar una estancia. Esa habitación que tienes desaprovechada se puede convertir en un vestidor, en un despacho o incluso en un pequeño gimnasio o salita donde poner las cosas que te gustan (si te gusta la pintura, un caballete, si te gusta la música puedes poner ahí tus instrumentos o incluso un pequeño estudio de fotografía si es lo que te mueve).
Por supuesto, no todo el mundo dispone de una habitación «de más», pero si el tamaño de tu casa no lo permite, puedes simplemente hacer cambios en una habitación como el dormitorio o el baño. Cambia los muebles y cambia los tonos de la decoración.
Renovarse o morir. Aunque te parezca una inversión que quizás no es imprescindible porque tus muebles todavía están bien, es importante que de vez en cuando vayas cambiando tu entorno para no sentir que vives en la misma rutina desde hace demasiado tiempo. Te sorprendería saber el efecto positivo que tiene sobre ti hacer pequeños cambios. ¿Por ejemplo? Te damos algunas ideas en el siguiente apartado.
Introduce pequeños cambios:
Hasta ahora, hemos cambiado de renovar la pintura o cambiar por completo una habitación. Pero si el dinero no te da para eso, también puedes hacer pequeños cambios que te ayudarán a estar ilusionado o ilusionada y a darle un toque diferente a tu hogar. Por ejemplo, puedes cambiar la decoración. A veces con solo cambiar unos cojines o poner un cuadro nuevo tu hogar tendrá un aire diferente.
Otras cosas más prácticas y necesarias, que también te ayudarán a darle un nuevo aire a tu casa es comprar sábanas nuevas o juegos de toallas. Asimismo, también puedes cambiar tu vajilla, los enseres prácticos que tienes en el lavadero o incluso el papel pintado de una habitación.
Lo importante es que tengas la ilusión de mirar tu casa, pensar qué cambiarías y cómo, e ir a comprarlo. Este pequeño ritual hará que te ilusiones con la vuelta al hogar y que eches menos de menos las vacaciones que acaban de pasar. Volver a tus raíces siempre es bueno y la rutina, aunque dentro de unas semanas ya empiece a pasar factura, verás como al principio te puede volver a gustar. Aunque ahora te cueste un poco volver.
Haz un recetario:
Cuando hablamos de cambios en casa no nos referimos solo a cambios estéticos. ¡Haz también un cambio en tus hábitos! Piensa cuáles son tus asignaturas pendientes, qué puedes mejorar o qué te gusta más hacer.
Por ejemplo, si te gusta cocinar o incluso si no te gusta nada y quieres aprender y llevar un estilo de vida más saludable, algo que te vendrá muy bien es preparar un recetario. ¿Cómo lo hacemos? Busca recetas de cosas sanas pero que también te gusten, que no sean complicadas de hacer y que los ingredientes sean fáciles de encontrar. Muchas veces no comemos mejor por falta de imaginación o por falta de previsión, no sabemos qué cocinar y terminamos recurriendo a los típicos pasta y arroz que sí, que son sanos y están ricos, pero que no es lo más apropiado para comer a diario.
Si quieres llevar una alimentación mejor, crear tu propio recetario es un must que debes obviar y que, además, te va a entretener y te ayudará a afrontar con más ganas el otoño – invierno.
Si quieres, para no estropear el recetario haciendo tachones, puedes probar primero a hacer la receta y cuando veas que te gusta y que has acertado con la cantidad exacta de ingredientes y tiempos, entonces ya la pasas al cuaderno.
Reorganiza tareas:
Por último, en la misma línea de lo anterior, te recomendamos hacer un nuevo planning de tareas. Lo fundamental es que recuerdes que en todos los hogares las tareas siempre se deben repartir y sobre todo se debe cumplir. Cada uno tiene que hacer su parte.
Podéis sentaros a debatir qué os gusta más hacer a cada uno y qué os gusta menos, de esta forma, podréis adaptar mejor la lista de tareas. Antes del reparto, tened en cuenta los tiempos que lleva cada una y la frecuencia con la que hay que hacerlas. Un buen método es asignar puntos según dificultad y tiempos para cada tarea y una vez hecho esto, hacer el reparto tratando de que todos los miembros del hogar tengan los mismos puntos.
Establecer una nueva rutina de tareas del hogar te ayudará a afrontar mejor el invierno. Os animamos a que hagáis cambios también en este sentido. Por ejemplo, si hasta ahora tú te habías encargado siempre de la plancha y tu pareja se encargaba de hacer la comida, ¿qué tal si os cambiáis los papeles? Un cambio de roles siempre ayuda a sobrellevar mejor la rutina.
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