Cuidar la alimentación de nuestros menores es una responsabilidad que los adultos no debemos pasar por alto. Recae sobre nuestros hombros el derecho y el deber de vigilar cómo se nutren, cómo comen y cómo beneficia o perjudica esto a su salud y su posterior crecimiento. La alimentación en la infancia juega un papel fundamental para sentar las bases del adulto en el que se convertirán: un menú carente de nutrientes básicos puede acarrearles a tus hijos problemas de salud crónicos, así como otros asuntos derivados. Es el momento de hacer autocrítica y reconocerte en estos errores en la alimentación de los niños: no te tienes que sentir culpable. Nadie nace sabiendo y aunque queramos hacerlo todo bien, es inevitable que algunas veces no estemos tomando el camino correcto por desconocimiento.
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12 errores en la alimentación infantil
1. No respetar los horarios
Los adultos también deberíamos seguir un horario marcado por el reloj biológico: hacer las comidas todos los días a las mismas horas (aproximadamente) y respetar el ciclo de la cena varias horas antes de ir a dormir es algo que no siempre tomamos en consideración debido a nuestro ritmo de vida y, por desgracia, también se lo pasamos a los niños. ¿En qué puede derivar esto? Desequilibrios hormonales, sobrepeso, dificultad para concentrarse y errores en la asimilación de nutrientes son algunos de los efectos más habituales a la hora de no respetar los horarios en la comida infantil.
No hace falta que seas demasiado estricto, pero procura mantener siempre el mismo tramo horario.
2. Acostumbrarles a los sabores fuertes
Otro de los más comunes errores en la alimentación infantil: A los niños les encantan las chucherías, las patatas fritas de bolsa, las salsas como el ketchup, etc. Ya sabes que no son los alimentos más sanos del mundo, pero… ¿sabes que además puede tener efectos secundarios sobre el paladar de tus pequeños? Acostumbrarles a estos sabores fuertes puede desencadenar un rechazo hacia otros alimentos «neutros», lo que derivaría en un abuso en el consumo de sal, azúcar, etc. Un hábito muy poco sano y difícil de corregir en un futuro.
3. No enseñarles a comer de todo
«Lentejas, si la quieres las tomas y si no las dejas». ¿Crees realmente que es una actitud sana? Evidentemente, darle al niño libertad de decidir qué come y qué no es otro de los errores en la alimentación infantil más habituales. Los adultos tendemos a cambiarles el plato o directamente a no preparar esa comida que no le gusta simplemente por no aguantar una rabieta o conseguir que coma algo, pero es un error de libro: debemos tratar de acostumbrarle a comer de todo y hacerles entender la importancia de los diferentes alimentos.
En este sentido, puedes intentar «engañarles» un poco: si realmente hay un tipo de verdura que no consigues que se coma, el próximo día cámbiaselo por otra de similares beneficios nutricionales o combínaselo con otro alimento sano que sí le guste. Por ejemplo, mezclar las coles de bruselas con un huevo o los guisantes con jamón son viejos trucos de las abuelas que convierten un plato de verduras en algo menos aburrido.
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4. No vigilar la temperatura de la comida
Es cierto que debemos comer legumbres en cualquier época del año, pero no es necesario tomarlas calientes cuando acabas de llegar de la calle un caluroso día de Agosto. Tomar un plato de cuchara muy caliente puede aumentar las posibilidades de sufrir un golpe de calor y daños en el estómago: si es verano, deja que tus platos de olla templen y en cuanto a las cremas de verduras apuesta por las frías; por otro lado, si estamos en invierno deberás hacer todo lo contrario: vigila que no tomen agua o refrescos demasiado fríos y controla la temperatura de la sopa de la cena.
5. Abusar del azúcar
Además del ya comentado error de abusar de las chucherías, no solo éstas son ricas en azúcar. Bollería, batidos, postres e incluso esa cucharadita extra de azúcar que le añadimos a las frutas para que se las coman mejor, hacen que la dieta de un menor pueda ser una bomba de este ingrediente.
Una dieta muy descompensada en azúcar puede conducir no solo a una obesidad temprana, también a problemas dentales, entre otros.
6. Sustituir el agua por otras bebidas
Uno de los principales errores en la alimentación infantil es el de no tomar en cuenta la importancia de beber agua. Los zumos y batidos están muy bien, pero de nuevo estamos añadiendo azúcar a la dieta del niño, un organismo que necesita y debe tomar la suficiente agua. Ni que decir tiene, que debemos reservar solo para ocasiones especialmente el hecho de comer con bebidas gaseosas como refrescos.
Hablando de bebida, lo ideal sería tomar un zumo natural a media mañana y un batido casero de frutas a media tarde: la comida y la cena deberían realizarse siempre con agua para que el niño se acostumbre a beberla.
7. Comer viendo la televisión
De nuevo un error que atañe directamente a la rutina aunque no influya en sí mismo lo que comemos. Los hábitos a la hora de sentarnos a la mesa son igual o más importantes que el propio plato: comer muy rápido, no adoptar la postura incorrecta o comer viendo la televisión son conductas que afectan no solo a la digestión, si no también a los ciclos del niños.
Estos consejos deberíamos continuarlos en la edad adulta para lograr una correcta rutina: no solo debemos cuidar y remendar los errores en la alimentación de niños, también en nuestra etapa adulta.
8. El picoteo insano
Si los adultos no debemos asaltar la nevera cada dos por tres, los niños menos aún. Pero cuando hablamos de picoteo, nos referimos también en este caso a lo que se llevan al recreo. Por suerte cada vez está más controlado y hay muchos colegios que «imponen» que cada día se lleve un alimento diferente: ejemplo, lunes un yogur, martes un bocadillo, miércoles dos piezas de fruta… Si en el colegio de tu niño no lo haces, puedes hacer tú mismo el esquema en casa. Es una buena forma de que se acostumbren a llevar unos hábitos saludables mientras comen de todo.
No caigas en el error de darles solo bocadillos para el recreo o bollería, aunque te resulte lo más sencillo. A media mañana lo mejor que les puedes dar son lácteos o frutas, alimentos que sacien pero a la vez nos aporten nutrientes.
9. Tomar la comida como un premio o un castigo
«Si te portas bien te doy chocolate», «si no haces los deberes mañana pongo espinacas para comer». Con la comida no se juega y tampoco deberías usarla como un castigo o una recompensa. De este modo, solo demonizarán más la imagen de las verduras o las legumbres y las relacionarán con algo malo. Mejor opta por actividades que le gusten, por ejemplo «mañana saldremos con la bicicleta» o «iremos a jugar con los primos el fin de semana».
Nunca utilices la comida como un chantaje.
10. Reparto inadecuado de alimentos
Por lo general, las dietas de los niños suelen ser muy ricas en hidratos de carbono y carnes y pobres en frutas, verduras y pescados. Con los lácteos nos hemos concienciado más al ser un factor directamente relacionado con el crecimiento, pero como padres solemos olvidar la importancia de comer de todo. Por ejemplo, si el niño come carne, el pescado lo solemos dejar algo más apartado; al igual que ocurre con las frutas, pensamos que por un consumo elevado de ellas, ya no necesitan hortalizas ni verduras. ¡Craso error!
Busca siempre el reparto ideal y al preparar el menú semanal ten en cuenta que todos los alimentos de la pirámide nutricional estén presentes.
¿Sabías qué?: ¿Conoces la pirámide nutricional?
11. No darle importancia al peso
Un niño gordito pasa desapercibido en casa por el simple hecho de ser «gracioso». Al tratarse de un niño, no le damos valor al factor estético, pero no somos conscientes de la repercusión que esto puede tener en su vida. Al margen de las (por desgracia) aún habituales burlas en los colegios hacia los niños con un mayor peso, no eliminar los kilos de más a tiempo conducirá con mucha mayor probabilidad a un adulto con sobrepeso y otros problemas como colesterol, triglicéridos, hipertensión y asuntos cardiovasculares que se podrían haber prevenido simplemente dejando de lado los errores de alimentación en la infancia.
No se trata de ponerle una dieta estricta al niño, si no de vigilar el consumo de «alimentos prohibidos» y seguir la lógica que te aplicarías a ti mismo si quieres adelgazar sin pasar hambre: sustituir fritos por alimentos cocidos o al vapor, apartar la bollería industrial en pro de los postres caseros, entre otros.
12. Abusar de los precocinados
Por último, otro de los errores en la alimentación de los niños es el de abusar de los alimentos precocinados, especialmente en las cenas. Intentamos que a mediodía coman bien, pero por la noche cuando llegamos cansados del trabajo solucionamos la cena con pizzas, salchichas, fritos y otros alimentos envasados que si bien nos hacen ahorrar tiempo, tomarlos a diario es una auténtica bomba, especialmente en edades de crecimiento.
Por lo general, son alimentos que no aportan nutrientes, un tema al que debemos darle la relevancia que merece teniendo en cuenta que lo que tu hijo coma hoy, influirá en el adulto en el que se convertirá mañana. Déjalos para una ocasión especial o para un par de comidas esporádicas. No deberíamos pasar de 1-2 veces por semana y si, es posible, mejor por el día que por la noche.
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Y tú, ¿cuántos de estos errores en la alimentación infantil cometes? Si la respuesta es demasiados, no te atormentes por ello. Ponle remedio y cría a tus pequeños de la forma más sana posible. Nadie es perfecto y aunque queramos, nunca conseguiremos hacerlo todo de la forma más correcta posible, pero al menos nos gusta poner nuestro granito de arena para ayudarte a remendar ciertos hábitos o rutinas poco saludables. ¿Vas a cambiar algo de tus costumbres en la cocina y en la mesa?