La respiración por la boca o bucal se caracteriza por la inhalación y exhalación a través de la boca y su práctica excesiva y sistemática no solo es anormal, sino que puede tener implicaciones adversas para la salud y el desarrollo. Suele ser más frecuente en los niños.
¿Con que se relaciona la respiración por la boca?
La respiración bucal se ha relacionado con afecciones bucales, tales como:
- boca y labios secos
- deglución anormal
- caries dentales
- enfermedad periodontal
- deformidad craneofacial
- halitosis secundaria
También se ha observado la relación de la respiración por la boca con afecciones médicas como: alteración de la postura, tanto corporal, como de la cabeza y del cuello, apnea obstructiva del sueño, así como pobre desempeño físico y del aprendizaje en tanto otras citas la relacionan con el asma.
¿Consecuencias de la respiración por la boca?
Los mecanismos involucrados en la relación entre la respiración por la boca o bucal y estas afecciones bucales y médicas incluyen deficiencias bioquímicas, fisiológicas, e inmunológicas, así como defectos anatómicos.
Dentro de las alteraciones bioquímicas y fisiológicas detectadas en la respiración bucal se encuentran la pobre concentración de oxigeno de la sangre, llamada hipoxemia y al exceso de dióxido de carbono en la sangre denominado hipercapnia, con la consiguiente alteración del equilibrio ácido-básico de la sangre con la correspondiente acidosis respiratoria.
También la respiración por la boca produce un incremento de la pérdida de agua y energía, con cambios en el patrón de la composición de la saliva. El incremento de la pérdida neta de agua puede exceder el 40% cuando se cambia de la respiración nasal a la bucal.
Además se ha reportado una disminución de la liberación nocturna de la hormona del crecimiento y sus mediadores en los que practican la respiración por la boca, aunque el mecanismo por el cual se produce este efecto no se ha dilucidado aún. Esto puede estar involucrado en la disminución del crecimiento de la mandíbula característico de la facies adenoidea que puede presentarse en las personas que respiran por la boca también llamados respiradores bucales.
Otro efecto que se ha reportado es la liberación de sustancias relacionadas con los procesos inflamatorios y oxidativos, aunque no está del todo claro si esto es el resultado de la respiración bucal propiamente dicho.
Por ejemplo, el oxidante óxido nítrico (NO) se encuentra en el aire exhalado por los seres humanos, y se incrementa en pacientes con asma o rinitis alérgicas no tratadas, enfermedades que establecen interacciones mutuas con la respiración bucal. Esto produce síntomas de obstrucción nasal y rinorrea (flujo abundante de moco nasal), que a su vez contribuyen a la respiración bucal.
Respecto al sistema inmune, se ha descrito una disminución de su respuesta que parece estar vinculada a la deficiencia de oxígeno detectada en los respiradores bucales.
Los efectos anatómicos de las personas que practican la respiración por la boca se dan por la adaptación de los tejidos durante su desarrollo relacionado con el patrón anormal de respiración. Incluyen sobrecarga en la espalda y músculos del cuello, así como deformidad en las vías aéreas superiores que están involucrados en alteraciones posturales y en la apnea obstructiva del sueño. En los respiradores bucales la mandíbula se ubica hacia atrás junto con la lengua, lo que provoca malos hábitos en la vía aérea superior.
De esta forma aparecen las adenoides agrandados por las alergias crónicas que pueden causar la respiración bucal, pero esta a su vez ocasiona un mayor incremento de las amígdalas obstaculizando la respiración nasal. Esta se ve aún más afectada debido a la disminución de la eficiencia contráctil de los músculos de las vías aéreas superiores causada por la boca abierta durante la respiración bucal.
Los cambios en la musculatura facial afectan los arcos dentarios y el posicionamiento de los dientes, vinculado a alteraciones estructurales de los labios, la lengua, el paladar y la mandíbula provocan deformidad facial.
Numerosas son las causas que condicionan este nocivo hábito de la respiración por la boca. Dentro de las principales se encuentran: alergias crónicas, hipertrofia de amígdalas y adenoides, pólipos nasales, tabique nasal desviado, vías aéreas superiores constreñidas, succión del pulgar, excesivo uso del chupete o insuficiente succión en la infancia.
De estas causas de la respiración bucal enumeradas, se les concede mayor importancia por su gran frecuencia, en primer lugar a las rinitis alérgicas por su alta prevalencia y en segundo lugar a la hipertrofia adenoidea secundaria. Por ello se considera muy importante la realización de estudios alergológicos en los respiradores bucales.
Lo anterior garantizaría la elaboración de planes de tratamiento específicos, que instaurados tempranamente contribuirían a disminuir los efectos nocivos de la respiración bucal sobre la salud bucal y general de los pacientes.
Debido a las complejas interacciones que se establecen, en ocasiones es difícil establecer una relación causal estricta. Por ello en ocasiones, factores que aparecen como posibles causas pueden resultar también ser consecuencias de la respiración por la boca.
Todo ello refuerza la necesidad de realizar más estudios para explorar las relaciones causales, y de implementar estrategias de intervención temprana que contribuyan a disminuir la morbilidad de este riesgoso e insidioso hábito: la respiración por la boca.