El reloj biológico regula a todo el organismo a nivel celular y si tenemos cambios de conducta por un cierto tiempo podremos lograr un cambio no deseado en él. Este es otro de los trastornos que nos puede dejar pasar un período de cuarentena como el que nos obligó el coronavirus.
A causa de los cambios de hábitos de descansos y de alimentación, nuestro reloj biológico principal puede cambiar los ritmos circadianos afectando al funcionamiento de los órganos principales y generar desórdenes hormonales.
Una vez que detectemos los cambios que hemos realizado debemos ver cómo lograr retomar los hábitos que nos devolverá nuestro reloj biológico. Para ello existen técnicas que nos permitirán reeducar nuestras horas de dormir y costumbres de alimentación.
¿Qué es el reloj biológico?
El reloj biológico está presente en todos los seres vivos, desde plantas y animales hasta nosotros los humanos. Este reloj tiene un ciclo de 24 horas y se ve afectado por la luz y por la falta de esta.
Están compuestos de moléculas específicas, que son proteínas. Las cuales interactúan con todas las células del cuerpo. Su función principal es adaptar nuestra fisiología a la hora del día. Se trata de una reacción química que sucede en nuestro organismo para lograr programar las horas de sueño y otras funciones. Entre ellas se encuentra controlar la temperatura corporal, el sistema inmunitario y el hambre, entre otras.
En los seres humanos el reloj biológico se encuentra en una zona de hipotálamo. Este reloj maestro genera ritmos circadianos, regulando su programación. Un ejemplo claro de su existencia son los efectos del jet lag cuando se viaja hacia el este, cuando el día es más corto.
¿Qué son los ritmos circadianos?
Toda vida está relacionada con nuestro planeta, si miramos a nuestro alrededor, las plantas saben cuándo es otoño para comenzar a bajar su savia y dejar caer sus hojas. Algunos animales hibernan, es más algunas flores u hojas se abren de día y se cierran de noche, aunque las coloquemos en una habitación sin luz. Se trata de un mecanismo interno que existe en todo ser vivo que se regula solo.
Estos ritmos circadianos pueden ser afectados por diferentes factores. Entre ellos se encuentran las rutinas y horarios de sueño, comidas y actividad física.
El científico Michael Rosbash es uno de los investigadores que recibieron un premio nobel por sus estudios del reloj biológico.
Signos de que nuestro reloj biológico cambió
Una alteración en el reloj biológico produce cambios en nuestro estilo de vida a tal punto de correr un mayor riesgo de sufrir algunas enfermedades. Porque modifican nuestro patrón de sueño, digestión, secreción hormonal y temperatura corporal, entre otras funciones.
Cuando se alteran con demasiada frecuencia provocan enfermedades crónicas. Entre ellas se encuentra la diabetes, trastorno afectivo estacional, depresión, obesidad, trastorno bipolar y otros.
La producción de melatonina, encargada de regular el sueño, es una de las hormonas que controla el ritmo circadiano. Es directamente influenciada por la luz natural o de dispositivos como los móviles. Cuanta menos luz el cerebro produce más melatonina.
Esto se ve afectado en los cambios de horario cuando se viaja, cambios de turnos de trabajo o mucho tiempo encerrados como ocurrió durante la cuarentena del coronavirus.
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¿Cómo podemos recuperar el reloj biológico?
Cuando se realiza un viaje hacia el este u oeste el cuerpo necesita como mínimo 4 días para recuperar su reloj biológico. El período dependerá de las zonas horarias cruzadas y si es hacia el este u oeste.
Se conoce que el máximo período de jet lag se siente cuando se cruza 9 zonas horarias hacia el este. El cual necesita de 12 días para recuperarse, recordando que cada persona reacciona individualmente.
En cambio, si el reloj biológico sufrió un trastorno por turnos de trabajo rotativo, se puede comenzar una estrategia muy efectiva. La clave está en los horarios, tratar de acostarse a una misma hora con la habitación totalmente oscura.
Otro truco para lograr la oscuridad adecuada es utilizar una máscara para los ojos. Otra estrategia es evitar los sonidos del exterior con unos tapones de oído. El alcohol y el café son bebidas estimulantes, por lo tanto, si se desea descansar se debe evitar tomarlas por al menos dos horas antes de acostarse.
Realizar alguna actividad de relajación como yoga también puede ayudar a dormir.
Levantarse todos los días a la misma hora, independientemente de la hora de acostarse y si has dormido bien o no. Al despertar ilumina toda la habitación con luz natural o artificial.
En algunos casos será necesario recurrir a la melatonina. El médico es el que puede recomendarte esta medicación para dormir mejor. Hacer ejercicio durante el día también ayuda a mantener buen ánimo y estar un poco cansado a la hora de dormir.
Lograr un descanso reparador es señal de un reloj biológico recuperado
En el cerebro, un buen descanso ayuda a muchas funciones de nuestro organismo, tales como la memoria y la regulación de hormonas endocrinas, metabólicas e inmunitarias. Incluso aumenta la recuperación de tejido se ve afectada por las hormonas anabólicas y disminuye la secreción de cortisol, la hormona del estrés. También se conserva la energía y una buena comunicación entre neuronas.
Por el contrario, cuando no tenemos la suerte de descansar como corresponde tenemos problemas durante el día siguiente. Puesto que disminuye nuestro nivel de concentración, memoria e incluso nuestro sistema de defensa baja. También puede ocurrir un control metabólico pobre que da lugar al desarrollo de diabetes.
Psicológicamente, un mal descanso puede ocasionar problemas sociales, depresión y otros. Estos trastornos se pueden evitar o reparar recuperando el reloj biológico con buenos hábitos que nos permitan preparar nuestra mene para descansar.
En el siguiente artículo te contamos todo acerca de: La melatonina y cómo regular el sueño.