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Pequeños gestos que te ayudarán a desengancharte del móvil

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Pequeños gestos que te ayudarán a desengancharte del móvil

Nunca es tarde para empezar nuevos propósitos o comenzar con ciertos hábitos. Aunque ya no sea 1 de enero (o tal vez cuando estés leyendo esto coincida justo con que sí lo sea), la verdad es que cualquier día es bueno para comenzar a crear una mejor versión de ti mismo. ¿No crees que debería ser así? Si te has propuesto entre tus nuevos buenos hábitos desengancharte del móvil, este artículo te va a interesar, ya que vamos a darte algunas pautas para ir caminando poco a poco hacia tu objetivo.

Hace unos días, precisamente publicamos otro artículo sobre este tema. Y es que la adicción al smartphone es un problema cada vez más frecuente y, aunque la mayoría de personas no lo cataloguen así, precisamente por lo fuerte que suena esta palabra, lo cierto es que es exactamente eso: una adicción. ¿Cómo llamaría entonces al hecho de desbloquear la pantalla del móvil de forma compulsiva a todas horas, de sentir la necesidad de dormir junto a él o de ser lo primero que miras al despertar? Si tú también quieres desengancharte del móvil, sigue leyendo que vamos a darte unos pequeños trucos que te van a funcionar para ir poco a poco consiguiendo tu objetivo.

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Déjalo fuera de tu habitación: el primer paso para desengancharte del móvil

¿Para qué necesitas llevarte el móvil hasta la cama y dejarlo con él en la mesita de noche, si vas a dormir? Exacto. Hay quienes lo tienen junto a su cabeza, incluso en silencio o en modo avión, pero se ven incapaces de sacarlo de la habitación por esa falsa sensación de seguridad que les otorga tener el móvil siempre cerca. Y eso no es otra cosa que otra representación de una adicción que, por desgracia, está bien vista por la sociedad y por eso es tan difícil deshacerse de ella.

Déjate el móvil fuera del dormitorio, apagado, para que hagas cada mañana ese gesto simbólico de ir a cogerlo y encenderlo. Si tu miedo es “que pueda pasar algo”, siempre puedes comprar un viejo Nokia de los que solo permiten recibir llamadas, con un número de teléfono diferente, y dárselo a esas personas con las que quieres que te puedan contactar en caso de estricta emergencia. Otra excusa para no dejar el móvil fuera de la habitación es el despertador. Compra un despertador tradicional y se acabó el problema.

deventajas de los smartphones

Primero tus rutinas, luego el móvil

Aunque lo dejes fuera de la habitación, aquí no puedes dar por finalizado el asunto de desengancharte del móvil. Si te levantas y lo primero que haces es ir de forma impulsiva a por él, no vas a conseguir ningún avance. Ponte el objetivo de hacer primero tus rutinas (ir al baño, desayunar, lavarte los dientes, vestirte / asearte si vas a salir de casa…) y entonces, una vez hecho todo esto y cuando ya estés “preparado para el mundo”, será el momento de encender tu móvil.

Pero no vale cualquier tipo de uso. Por las mañanas, lo normal es hacer algún tipo de rutina adicional, como ir a trabajar, hacer tareas en casa, llevar a los niños al cole o ir a comprar algo. Por tanto, en el momento en que enciendas el smartphone, mira el reloj. Solo tienes cinco minutos para hacer una revisión rápida de tus asuntos pendientes, mirar si alguien te ha escrito algo importante y, como mucho, buscar los titulares de las noticias más destacadas del momento. Y a los cinco minutos, bloquea la pantalla y guarda el móvil en tu bolsillo, tu bolso o en una caja en casa. Esto hará que avances hacia tu objetivo de desengancharte del móvil y que no afecte a los tiempos que tardas en hacer tus rutinas diarias.

Solo quince minutos después de la cena

El momento después de cenar debería seguir un cierto protocolo si quieres descansar mejor y por tanto que tu salud se vea favorecida. Además, también es un buen momento para disfrutar en familia, después de un día que, seguro que ha estado marcado por las ausencias y la vorágine de la rutina, o, si vives solo, para darte ese momento de relax que necesitas. Por tanto, después de la cena, márcate otro objetivo.

Mira la hora y concédete quince minutos para cerrar asuntos pendientes. Tal vez quieras contestar los mensajes de las redes sociales, los Whatsapps pendientes o similares. No te recomendamos mirar a esta hora nada de trabajo, ya que podrá desestabilizar tu tranquilidad y no hacerte desconectar como deberías. ¿Podrías no contestar nada a esta hora? Claro. Pero también es cierto que, si te dejas mensajes pendientes, al día siguiente los cinco minutos de la mañana se te quedarían demasiado cortos y al final estarías siempre arrastrando cosas por hacer y que no te van a ayudar para tu objetivo.

magnesio por la noche

Haz limpieza de redes sociales: otro truco imprescindible para desengancharte del móvil

Mira cuántos “amigos” tienes en tus redes sociales. ¿1.000 personas? No creo que conozcas a tanta gente, sinceramente. Tener más “amigos” en las redes hace que pierdas más tiempo en el teléfono, ya que tendrás más contenidos que revisar, una lista infinitamente más larga de Stories por ver, y, en general, más inputs que te van a ser contraproducentes para lograr desengancharte del móvil.

Las cuentas de los famosos, de las marcas, del vecino del primo de un amigo al que solo has visto una vez en tu vida… ¿De verdad te interesan ese tipo de contenidos? ¿De verdad te aportan algo? Intenta borrar cada día, al menos, a un 1% de tu lista de contactos. Si tienes 300 amigos, solo tendrás que borrar 3, si tienes 1.000 borrarás a 10… Haz este ejercicio durante un mes y al final habrás logrado reducir un 30% tu lista de “amigos” en redes sociales y por tanto, también lograr que reduzca tu tiempo consumiendo estos contenidos. Antes de pasar al siguiente y último paso, quiero destacar por qué hemos mencionado siempre la palabra amigos entre comillas. Es una forma de recordarte que el hecho de que una persona te dé like no significa que sea tu amigo. Grábate esto a fuego y también cambiará tu relación con el móvil.

Más llamadas, menos Whatsapps

Whatsapp no es el enemigo, ni mucho menos. Pero tiene algunos inconvenientes. Es tan fácil y cómodo de usar que es muy sencillo caer en un uso excesivo de él. Además, aunque creamos que estamos comunicándonos con los demás, en realidad nos puede llegar a separar. No hay nada como un abrazo o un café en persona, es cierto, pero si no te es posible, recuerda que una llamada es mejor que un Whatsapp.

Permite una conexión más cercana, una conversación más fluida y menos superflua y, además, el hecho de que requiera un pequeño “esfuerzo” por ambas partes también conseguirá que lo pienses antes. ¿De verdad no te apetece llamar a esa persona? Entonces a lo mejor tampoco tiene mucho sentido que le escribas un Whatsapp o que le mandes un audio. Haz un uso inteligente de las tecnologías y conseguirás desengancharte del móvil y vivir más en el mundo real que, te aseguramos, es mucho más bonito.

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