Cada día se amplían las aplicaciones que se le pueden dar hoy en día a los smartphones o teléfonos inteligentes. Pero un segmento que avanza a una velocidad fantasmagórica es el del campo de la medicina y en particular el de la salud personal.
Parece un sueño que esta tecnología haya avanzado como lo ha hecho. Aún está fresco en la memoria aquel anuncio hecho por un gerente de Motorola el 3 de abril de 1973 cuando anunciaba la existencia de la primera versión de lo que se llamó un teléfono celular.
Desde ese momento a la fecha la comunicación a través de teléfonos móviles ha cambiado drásticamente la forma en que trabajamos y vivimos cotidianamente. Más recientemente, otra tecnología viene a impulsar estos cambios: los teléfonos inteligentes o smartphone.
Y en esta dirección las transformaciones fundamentales abundan en contar con procesadores más rápidos, mejor memoria y baterías más pequeñas en correspondencia con sistemas operativos altamente eficientes que han allanado el camino para nuevas aplicaciones, comúnmente conocidas como apps que están modificando para bien nuestros entornos personales y laborales.
Pero hablando de salud ¿qué impacto ha generado el uso de los teléfonos inteligentes en este segmento de la cotidianeidad?
Al igual que en otros espacios de la sociedad, el campo de la medicina no ha escapado al vertiginosos desarrollo de aplicaciones en los teléfonos inteligentes o smartphones.
Sus usos van desde la educación médica, las interconsultas frente a un paciente complejo hasta la vigilancia y diagnóstico más eficiente pasando por la comunicación con el paciente. Los teléfonos inteligentes juegan un papel vital en la práctica de la medicina contemporánea.
Acerquémonos a algunas aplicaciones prácticas…
Un ejemplo relacionado con la necesaria monitorización del paciente es el caso particular de la enfermedad de Alzheimer. La aplicación funciona mediante el GPS del smartphone o teléfono inteligente para el seguimiento del paciente en todo momento. La edad del paciente, el grado de demencia, y la ubicación de inicio de los GPS se introducen en el software. Si el GPS detecta que el paciente se encuentra lejos de su hogar, inusualmente tarde en el día o durante momentos con inclemencias del tiempo, el algoritmo puede predecir que el paciente se ha confundido. La aplicación solicita entonces que el paciente confirme manualmente su estado. Si no responde en los términos esperados se activa una alarma que avisa a la familia y al médico de atención primaria.
Otra interesante aplicación estriba en el uso de teléfonos inteligentes conectados a través de Bluetooth a un electrocardiógrafo (ECG). De esta forma los pacientes son monitoreados en tiempo real a través de sus teléfonos inteligentes sin necesidad de estar en el hospital o área de rehabilitación.
Otros estudios demuestran el potencial de los teléfonos inteligentes para monitorear pacientes mediante el uso de zapatos equipados con sensores que se comunican con el teléfono inteligente para seguir el nivel de actividad de los pacientes que han sufrido recientemente un accidente cerebrovascular. El acelerómetro del teléfono inteligente puede utilizarse para interpretar la marcha y el equilibrio de los pacientes.
Los pacientes con diabetes no escapan de estas novedades de aplicaciones de los teléfonos inteligentes. Existe una aplicación que recopila información acerca de los niveles de glucosa y la actividad física prevista, lo que permite hacer recomendaciones de las dosis de insulina a utilizar.
La composición étarea de la población mundial cambia hacia la longevidad y esto impone retos en la atención médica. Partiendo de esta consideración algunos investigadores trabajaron en un proyecto financiado por la Unión Europea denominado “Ambient Assisted Living Experiment”. Este proyecto pretende construir un sistema integral de monitoreo a distancia para monitorear mediante el uso de sensores conectados a las prendas, el comportamiento de sus enfermedades crónicas.
Los datos de este proyecto de monitoreo abarcan desde junio 2009 a mayo 2012 y se demuestra cómo la tecnología de teléfonos inteligentes proporcionan un entorno donde las personas mayores puedan mantener su independencia y a su vez contar con una herramienta capaz de reducir al mínimo los costos de atención de salud mediante el uso de técnicas de detección temprana de enfermedades agudas
Otro sistema es el de diagnóstico a distancia mediante fotos de los hallazgos físicos, como es el caso de muestras aplicando tinción de Gram, para el diagnóstico de malaria o de anemia falciforme.
Otra aplicación está dirigida al diagnóstico de cataratas. Este novedoso sistema desarrollado por investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) ofrece un sistema de detección de cataratas, mediante el uso teléfonos inteligentes frente a un equipo que cuesta alrededor de 5.000 dólares, sin la participación de un avezado oftalmólogo.
Según el pronóstico de Bill Gates debemos esperar que para este 2015 en el orden de 500 millones de personas podrán disfrutar de estos sistemas de atención de salud usando teléfonos inteligentes.