En ocasiones pensamos que lo imposible no puede suceder, pero la vida, con su riqueza cotidiana, nos demuestra que en muchas ocasiones lo que aparenta ser imposible resulta posible. Y en esta disquisición inicial, parecida a un juego de palabras, se encierra una gran verdad para con las enzimas.
Y es que las enzimas, también conocidas como biocatalizadores o sistemas biocatalíticos, cuya función es acelerar las velocidades de las reacciones que se suceden en los seres vivos, de forma tal que, no solo se produzcan rápidamente, sino además, en condiciones compatibles con la vida son determinantes en el desarrollo de los procesos metabólicos al permitir reacciones físico-químicas que desde el punto de vista termodinámicas no son favorables pero resultan deseadas. Las enzimas actúan de forma muy influyente en el proceso de la alimentación.
¿Que son las enzimas?
Las enzimas están constituidos por una parte proteíca altamente especializada en la función de catálisis y en muchos casos por otro componente de naturaleza no proteica denominado cofactor.
Estas propiedades hacen que las enzimas se comportan como elementos reguladores de las rutas y vías metabólicas, modulando las respuestas, y por lo tanto su funcionalidad, y de hecho, la actividad de la vía metabólica, en correspondencia con las necesidades biológicas de las células y la respuesta al ambiente.
Parte de estos elementos del fisiologismo, donde la actividad de las enzimas es crucial es la digestión, y por supuesto este proceso está íntimamente relacionado, más que eso, resulta dependiente de las enzimas.
¿Cómo se comportan las enzimas con relación a los alimentos?
El hombre pertenece al conjunto de organismos que obtiene los nutrientes a través de la alimentación.
El proceso comprende la llamada digestión mecánica realizada principalmente por los dientes, la lengua y la acción trituradora de los músculos del estómago, que determina la maceración y destrucción física progresiva de los alimentos acompañando a la digestión química que se desarrolla en paralelo con la mecánica.
Y parte de este conjunto de procesos que reconocemos como digestión química es la activa participación de las enzimas que actúa sobre los alimentos que pierden los atributos particulares de organización, agregación y polimerización. De esta forma se pueden obtener los nutrientes necesarios que circulan a través de la sangre y llegan a las células en forma de aminoácidos, azucares, ácidos grasos, vitaminas y minerales.
¿Cómo se regula la actividad de las enzimas en relación a la dieta?
El aparato metabólico de las células y del ser humano como un todo único y armónico está sujeto a mecanismos de control de forma tal que exista un equilibrio entre la demanda de metabolitos y la energía que se necesita para la subsistencia humana.
Cuando el metabolismo transcurre normalmente la velocidad de cada acción individual y la de las diferentes vías y ciclos metabólicos estará interrelacionada con el propósito de responder a los requerimientos de sustancias precursoras para los procesos sintéticos y para proveer la energía indispensable para el normal funcionamiento del fisiologismo humano.
De esta forma el equilibrio se establece entre dos procesos aparentemente antagónicos y realmente resultan complementarios. Nos referimos al anabolismo-catabolismo.
Estos constituyen las dos grandes vertientes del metabolismo; pues el anabolismo representa los procesos biosintéticos responsabilizados con la formación de los componentes del organismo y consume energía.
En tanto el catabolismo, por el contrario, representa los procesos degradativos de los cuales se obtiene energía metabólicamente útil.
Aunque son procesos aparentemente contrarios, ambos funcionan de forma coordinada y armónica de forma tal que los productos formados en el catabolismo son frecuentemente utilizados como precursores de las vías anabólicas y la energía liberada en el primero son utilizadas para suplir los requerimientos del segundo.
Las enzimas, de esta forma resultan esenciales para la existencia humana.