Las más de las veces si te sientes satisfecho con lo que comes, más aún, si te sientes lleno, y aparece un ligero malestar en la parte derecha del abdomen, ¡cuidado! pueden ser manifestaciones de hígado graso.
Y es que el hígado está considerado el órgano más grande y como uno de los más importantes de los seres humanos. Cumplimenta, entre otras funciones, ejecutar las transformaciones metabólicas de mayor trascendencia, como son convertir los alimentos en energía y lograr eliminar las sustancias que resultan tóxicas para los humanos.
Pero ¿que se considera hígado graso?
El hígado graso es una enfermedad común y frecuente que transcurre sin dar síntomas y puede ser totalmente inofensiva, pero en múltiples ocasiones puede determinar que el hígado incremente su tamaño por un acumularse las grasas.
Se considera que el hígado graso no alcohólico (EHGNA) y NAFLD, por sus siglas en inglés, es una entidad de causa multifactorial de gran importancia en el momento actual afectando en el orden del 15 al 25% de la población a nivel mundial. En tanto se refiere en las publicaciones médicas que alrededor del 70% de las personas que padecen de alguna enfermedad del hígado, como puede ser hepatitis, cirrosis u otras terminan afectados con hígado graso no alcohólico.
…otras situaciones con las que se asocia frecuentemente el hígado graso no alcohólico
El hígado graso no alcohólico se relaciona frecuentemente con diabetes tipo 2, dislipidemia, resistencia a la insulina y obesidad. A su vez se encuentra asociado a variables como son la hiperinsulinemia, aumento de los triglicéridos (un tipo de grasas) y modificaciones del índice de masa corporal. Cuando se presentan estas situaciones la frecuencia de que aparezca el hígado graso podrían ser superior al 90% de la población involucrada.
¿A que se puede atribuir el padecer de hígado graso?
Fundamentalmente se reconoce que existen modificaciones del normal funcionamiento de las mitocondrias, organélos que se encuentran dentro de las células y que cumplen la importante función de ser centro de la producción de energía de las células.
De esta forma, al participar las mitocondrias en el metabolismo de las grasas transformando estos en otros productos más simples y energía, si existe un malfuncionamiento del metabolismo de las grasas en las mitocondrias, esto da lugar a que se acumulen las grasas y coexista un aumento de tamaño del hígado generando el hígado graso.
¿Qué manifestaciones existen cuando hay hígado graso?
Según hemos podido apreciar con anterioridad el hígado graso transcurre de forma “silenciosa”, es decir, asintomático, sin presentar manifestaciones o síntomas. Solo cuando lamentablemente la enfermedad avanza es que aparecen las fatigas, debilidad y pérdida de peso.
Esto hace que decurse de forma tal que cuando se hace el diagnóstico mediante estudios de laboratorio de cómo trabaja el hígado es que aparece el compromiso del funcionamiento del hígado, y en muchas ocasiones el daño ha avanzado lo suficiente como para que aparezcan formas graves e irreversibles de daño hepático. En síntesis, solo la alteración de la analítica hepática se convierte en el único indicador diagnóstico.
Al mostrar un amplio espectro de maneras de daño hepático se puede presentar retención de líquidos, pérdida de la masa muscular, hemorragias intestinales y fallo del adecuado funcionamiento hepático. Llegada esta etapa de cirrosis la única alternativa es recurrir al trasplante de hígado.
En contraste, si se realiza el diagnóstico acertado y temprano el proceso se puede detener y en el mejor de los casos lograr que se revierta sin necesitar tratamiento específico alguno.
Esto establece que las posibilidades de diferentes tratamientos sean diversas, sin embargo se destaca entre las más adecuadas, el mantener el control del peso corporal, así como el manejo de las enfermedades que acompañan el hígado graso.